Análisis Samsung Galaxy S20 Ultra: un gran golpe que no acierta del todo
Hemos analizado durante varios días el nuevo Samsung Galaxy S20 Ultra y si bien es un smartphone imponente, nos deja un extraño sabor de boca.
1 marzo, 2020 19:282020 es un año relevante para Samsung. La empresa ha presentado recientemente los Samsung Galaxy S20 Ultra, S20 Plus y S20, y nosotros los pudimos probar brevemente. Pero terminales de esta categoría merecen un análisis más sosegado, en el que exprimir cada una de sus funciones y características al detalle.
Es por eso que hemos pasado una semana con el más potente de ellos, el Galaxy S20 Ultra, en su configuración mas económica, la que cuesta 1359 euros y tiene 12 GB de RAM y 128 GB de memoria interna.
Características Samsung Galaxy S20 Ultra
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Pantalla:
- Tecnología Infinity O Dynamic AMOLED.
- Resolución QHD+ (3200 x 1440 píxeles).
- 6.9 pulgadas en ratio 20:9.
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Rendimiento:
- Procesador: Exynos 990.
- 12 GB de memoria RAM.
- 128 GB de almacenamiento interno.
- MicroSD de hasta 1 TB en el hueco de la segunda tarjeta SIM.
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Cámaras:
- Frontal:
- Principal de 40 Mpx con f/2.2.
- Grabación de vídeo 4K.
- Traseras:
- Cámara principal de 108 Mpx, autoenfoque y estabilizador óptico con f/1.8.
- Cámara gran angular de 12 Mpx con f/2.2
- Cámara telefoto de 48 Mpx con f/3.5 con zoom híbrido 10x y zoom digital hasta 100x.
- Grabación 8K.
- Frontal:
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Conexiones:
- Puerto de carga (45 W) y datos (USB 3.1) con conector USB-C.
- Puerto Jack de 3.5 mm para auriculares.
- Zona de carga Qi en la parte trasera.
- Compatibilidad con Ethernet con un adaptador USB-C y WiFi a/b/g/n/ac/ax (Wi-Fi 4/5/6). Wi-Fi Direct. ANT+. NFC. Bluetooth 5.0.
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Sensores:
- Giroscopio, sensor de huellas bajo pantalla, acelerómetro, proximidad, luz ambiente RGB, barómetro, brújula y campo magnético.
- Batería: 5000 mAh
- Otros: resistencia al agua IP 68.
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Tamaño:
- 167 x 76 x 8.8 mm.
- 221 g.
- Versión del sistema: Android 10 con One UI 2.
El S20 Ultra tiene diseño sobrio, demasiado sobrio
Hace una década a Samsung se le echaba en cara que intentara imitar a Apple. El primer Galaxy S demostraba que en Corea del Sur seguían muy de cerca lo que creaba la empresa de Cupertino. Sin embargo, poco a poco esa estrategia se fue diluyendo y Samsung desarrolló algunos de los móviles más icónicos del ecosistema Android.
Smartphones como el Samsung Galaxy S6 brillaron con luz propia y crearon un lenguaje de diseño que permeó durante generaciones.
En 2020 Samsung ha declarado que los Galaxy S van a vivir un nuevo comienzo. Eso afecta a cómo se diseñan, y no es per se un problema. El fallo, por decirlo así, es que son móviles demasiado neutrales. No muestran personalidad, algo que puede ser crítico en un mercado en el que hay cientos de rivales y todos se parecen.
En algunas ocasiones las marcas tiran de colores y texturas para diferenciarse, como hizo Huawei con el Huawei P20 Pro y su famoso acabado Twilight. Samsung también demostró que podía hacer eso años antes con el S6 y sus muchos colores, pero en el S20 Ultra ha decidido que sólo habrá dos tonos, uno negro y uno gris.
Los colores no ayudan al diseño del cuerpo, que podría ser el de cualquier smartphone de cualquier empresa. Sí, los marcos frontales son muy pequeños, los materiales son buenos y el módulo de cámara es… distintivo, al menos en este modelo.
No es que la construcción, la forma o la estética sean un fallo en sí mismo, pero si vas a pedir casi 1400 euros por un terminal, ha de ser excelente desde cualquier punto de vista. Y es justo en este apartado donde, a mi juicio, está el mayor fallo del Samsung Galaxy S20 Ultra: su peso.
Samsung nos fascinó a todos el año pasado con el eso de los S10, en el buen sentido. He podido usar los Galaxy S20 y S20 Plus y puedo decir que se mantienen en esa línea, pero no así el S20 Ultra. Sus más de 220 gramos hacen que mantenerlo en la mano mucho tiempo pueda llegar a ser incómodo.
El peso del S20 Ultra es elevado, demasiado elevado
Es posible que la culpa de ello la tenga la enorme batería de 5000 mAh que lleva este terminal, similar a la del Xiaomi Mi Note 1o que también pesa demasiado. Este es le precio que pagamos, metafóricamente, por tener una autonomía normal con unas prestaciones de impresión.
Un rendimiento excepcional que consume mucha batería
Hemos llegado a un punto en la evolución de la tecnología que incluyen los smartphones en el que es casi imposible pensar un uso para el cual los modelos de gama alta puedan quedarse cortos en algún momento.
Los Galaxy S20 usan el último procesador de Samsung, el Exynos 990, e incluyen un chip 5G. Además, por primera vez tenemos los modelos de salida con nada menos que 12 GB de RAM, aunque hay uno con 16 GB. Esto es aplicable a los S20 Ultra. La fluidez que da esta configuración, como podéis imaginar, es muy elevada, y haciendo cualquier cosa es posible volver a una app abierta y que siga ahí. Al menos si el sistema lo permite.
La memoria interna del modelo que analizamos es de 128 GB, del todo insuficiente teniendo en cuenta el recio de este modelo. Eso sí, la velocidad de escritora es demencial y se nota que Samsung ha querido poner la mejor memoria interna, aunque no tenga una capacidad especialmente alta. Sí, hay variantes con más memoria pero de igual modo que la base en la RAM es de 12 GB, en el almacenamiento debería ser 256 GB.
Lo que sí hemos visto, y se puede comprobar en las pruebas de autonomía que hemos hecho, es que el Exynos 990, o la pantalla, gastan muchísima batería cuando usamos juegos muy exigentes como Honkai Impact Third. Tanto es así que incluso hemos llegado a tener mejor autonomía con la pantalla a 120 Hz que a 60 Hz.
Algo similar vemos en la conectividad, donde además de bluetooth 5 y Wifi 6 disponemos de NFC y un puerto USB C 3.2, el más actual que hemos visto hasta la fecha. Y la velocidad de conexión a nuestro router han arrojado velocidades altas (470 mbps en bajada y 410 en subida), pero menos que las obtenidas con los Snapdragon 855 y 865.
Esta pantalla es, sin duda, lo mejor del móvil
Durante muchos años los móviles de gama alta de Samsung se han caracterizado entre otras cosas por usar unas pantallas con curvaturas muy agresivas. De hecho esto incluso llevó a crear una subfamilia, los Edge, terminales con pantallas de bordes imposibles.
A mucha gente le llamaba la atención, como alarde tecnológico. Otros lo veíamos hasta útil a la hora de usar los gestos y escribir en el teclado deslizando el dedo sobre la pantalla. Pero muchos se quejaban de que en el día era un engorro. Parece que Samsung ha escuchado a estos últimos y en los S20 la curvatura de los laterales mayores de las pantallas prácticamente ha desaparecido. Se mantiene el cristal 2.5D que hace que el borde no esté cortado a 90 grados y el manejo sea cómodo, pero no tiene nada que ver con lo que habíamos visto hasta ahora.
Este es el mayor cambio a nivel visual, pero a nivel técnico también hay novedades. Los Galaxy S20 incluyen por primera vez un panel con tecnología OLED y tasa de refresco de 120 Hz. Esto permite alcanzar una fluidez que no se suele ver en aparatos de este tipo.
A esos 120 Hz hay que sumar una sensibilidad al tacto de 240 Hz, lo que convierte la pantalla en una de las más rápidas a la hora de responder a nuestras órdenes y a la hora de mostrar contenido.
También hay que destacar que la resolución de esta pantalla es QHD+, es decir, que Samsung no se conforma con paneles FHD y ha mantenido esta característica, aunque por defecto viene desactivada, igual que los 120 Hz. Es decir, que si alguien se compra un S20 y no toca los ajustes, nunca usará la pantalla al máximo de capacidad.
¿Y por que haría Samsung algo así?
El motivo es sencillo: la autonomía. Estas dos características de la pantalla exigen un aumento de la energía con lo que podemos ver que hay un drenaje de la batería con la pantalla a 120 Hz. El aumento también sucede con la resolución al máximo. De hecho, el gasto es tan alto que Samsung ha decidido no permitir usar la pantalla a 120 Hz y con resolución QHD a la vez. Esto creemos que debería permitirse, aunque no fuera aconsejable. Dicho eso, Samsung debe mejorar, mucho, el rendimiento en batería de este móvil, como comentaremos luego.
Volviendo a la pantalla, hemos de destacar el tamaño de esta. Sus 6.9 pulgadas convierten al S20 Ultra en un terminal excepcionalmente grande, lo que no agrada a muchos. En los ajustes tenemos opciones que nos permiten cambiar la temperatura de color, el modo de visualización entre uno más suave y uno más vivido o activar el modo oscuro.
La experiencia usando la pantalla es excelente, incluso en exteriores donde el brillo sube lo suficiente como para que no haya problemas de uso al sol o con los reflejos.
Unas cámaras que sorprenden, pero no entusiasman
El año pasado vivimos una auténtica fiebre por el zoom en los móviles. Huawei ya calentó motores en 2018 con el Huawei P20 Pro pero el año pasado esta misma empresa y otras como OPPO demostraron que el zoom óptico podía ser muy bueno.
Samsung se quedó atrás en ese apartado y con los Samsung Galaxy S20 ha querido ponerle remedio. Bueno, al menos con el S20 Ultra. Este modelo incorpora en su zona trasera cuatro lentes.
El sensor principal tiene una espectacular resolución de 108 Mpx que nos permite obtener una imagen grande o bien usar el pixel binning convirtiendo 9 píxeles en 1 para obtener fotos de 12 Mpx. Este sensor nos permite grabar vídeo en 8K (hablaremos de ello luego) e incluso recortar las fotos para quedarnos con la zona que queramos si usamos la resolución máxima.
La calidad de imagen que obtenemos es buena, el rango dinámico, el comportamiento del HDR, todo está a la altura de lo esperado en Samsung. Hay alguna crítica, como que el recorte de las fotos con modo retrato sigue sin dejar perfectos los bordes y, teniendo un sensor ToF, esto ya mosquea.
El segundo sensor, de 48 Mpx, es un telefoto de 4 aumentos, aunque en el marketing se hace mucho hincapié en los 10 aumentos. Ese zoom es híbrido. Es decir, usa en parte el zoom digital y en parte el óptico. Y no da malos resultados, en absoluto.
El problema del zoom viene cuando queremos utilizar un acercamiento entre uno y cuatro aumentos, momento en el cual parece que el móvil lo que hace es recortar la imagen del sensor principal directamente. Vemos que la calidad presente en las fotografías de 1x y 4x no está en las tomas que realizamos cuando usamos una ampliación entre esos dos valores.
Algo parecido pasa cuando usamos los modos de zoom de 30x y 100x (llamado Space Zoom). La calidad de estos modos es tan baja que prácticamente deja inutilizables las fotos salvo para, en alguna ocasión puntual, poder leer un cartel que está muy lejos. pero nada más. Además, la trepidación es tan elevada que no podemos usar este modo sin trípode o sin apoyar el dispositivo.
El último de los sensores es un gran angular que se comporta bien, sobre todo en la fidelidad de color si lo comparamos con los otros dos sensores. En demasiados móviles vemos cómo la calibración del gran angular difiere mucho de las demás cámaras, y aquí no pasa. Además, los bordes no pierden mucha calidad y la deformación se corrige de manera exitosa. Eso sí, ¿12 Mpx? Venga Samsung, podías haber optado por un sensor de mayor resolución. En este tipo de fotos, yo al menos, se busca hacer zoom en la pantalla del móvil.
Y hay una queja que se aplica a todas las cámaras. Las imágenes salen demasiado contrastadas y con los colores en exceso subidos. Esto hace que se pierdan detalles en las sombras y que la fidelidad con la realidad sea menor.
De noche la calidad de las imágenes baja más de lo que creíamos que iba a hacer. Es cierto que tiene disponible un nuevo modo noche similar al que usan los iPhone, Pixel o Huawei, pero los resultados nos los esperábamos mejores.
El resultado del zoom sigue siendo competente, pero necesitamos puntos de luz, cuando la iluminación baja el ruido sube. Pero es en esos puntos de luz donde el detalle se pierde, como podéis ver en la farola de la imagen superior.
Pero pasemos a hablar de la interfaz de la cámara. Posiblemente la función qué más me ha llamado la atención en la aplicación de cámara sea la Captura Única, qué nos permite tomar entre 2 y 14 capturas, vídeos y fotos, de un instante concreto. Esta función parece perfecta a la hora de fotografiar y grabar a mascotas y niños pequeños, que no sabes en qué momento posarán para ti y no quieres perderte ese instante.
Pero también es posible usarla de forma normal, para obtener vídeos con música, fotos con desenfoque y con filtros e incluso algunos GIFs simpáticos.
Pero no sólo de apartado fotográfico presume este móvil, también del videográfico. Los Galaxy S20 son los primeros terminales en poder grabar video en calidad 8K. Eso sí, sólo a 24 fps y sin estabilización óptica. En la galería tenéis algunas muestras, pero nuestra impresión es que merece mucho más la pena grabar en 4K a 60 fps. Pese a todo, se echa en falta la estabilización avanzada de la que presume Samsung en resoluciones altas.
También podemos grabar en cámara lenta a 960 fps, pero en 720p. Es ridículo que un móvil que presume de cámara no pueda grabar así en FHD.
En cuanto a las opciones de software de esta característica tenemos que destacar el Live Focus Video, que ya estaba presente en modelos previos pero que aquí no se omiten. Nos permite grabar vídeos con desenfoque, y aunque el comportamiento no es perfecto, nos ha gustado más de lo que esperábamos. Además, en el modo normal de grabación de vídeo que permite cambiar entre cámara delantera y traseras sin cortar la toma.
De noche el vídeo pierde muchísimo, con gran cantidad de grano aunque bajemos la resolución.
Pero hay una pega bastante importante y es que este terminal parece que falla muchas veces a la hora de enfocar un objeto, sobre todo cuando estamos grabando vídeo y cambiamos entre el fondo y un objeto en primer plano. Normalmente los terminales se toman poco tiempo para hacer eso, tan poco que la acción nos suele pasar desapercibida. Aquí no, aquí lo vemos claramente.
Y no podemos cerrar esta sección sin hablar de la cámara delantera, que es posiblemente la más equilibrada del móvil. Graba vídeo con una estabilidad que asusta, no quema los fondos y nos ofrece unos selfies bastante correctos. En parte es debido a que Samsung aplica también el pixel binning en está cámara, reduciendo los 40 megapíxeles a 10 megapíxeles efectivos.
Los selfies de noche son muy mejorables de nuevo, mucho grano y poco detalle. Eso sí, en la grabación de vídeo la estabilización sigue siendo muy decente.
La batería es enorme, pero la autonomía no
El año pasado Samsung ya se puso al día en la carga rápida de sus smartphones, al menos en la gama alta. En los S20 lo ha mantenido pero tenemos una queja. Este móvil tiene una carga rápida de hasta 45 W, pero el cargador de la caja es de 25 W.
Este es la típica decisión que cuando la toma Apple nos llevamos las manos a la cabeza, y que aquí debería suscitar una respuesta similar. Pocos serán los usuarios que decidan adquirir por separado un cargador que permite usar la carga rápida al máximo de sus prestaciones en este modelo.
La carga inalámbrica se mantiene, pero los 15W de carga rápida sin cables se antojan algo escasos en el que es uno de los móviles Android más caros del mercado (plegables aparte).
En la primera prueba de autonomía lo hemos usado con resolución FHD y con una tasa de refresco de 60 Hz. Es decir, en teoría esta es la configuración que mejor rendimiento da en cuanto a batería. No obstante nuestras pruebas nos han dado sólo 3 horas y media de pantalla con unas 22 horas totales de autonomía. Es cierto que hemos jugado bastante, pero esperábamos un comportamiento mucho mejor.
En la segunda prueba hemos estado escuchando podcasts con auriculares bluetooth, hemos hecho bastantes fotos e incluso varios vídeos para probar la cámara y hemos estado jugando a Honkai Impact Third. De nuevo hemos tenido un rendimiento pobre, de unas 3 horas y media de pantalla con unas 20 horas totales de autonomía.
En el tercer ciclo de carga hemos querido ver cómo es el comportamiento del móvil con la tasa de refresco establecida en 120 Hz. Lo hemos usado exclusivamente en interiores, con cobertura Wifi, y ara leer en Twitter, usar Instagram y jugar. Curiosamente hemos obtenido mejores resultados, unas 4 horas y cuarto de pantalla con 25 horas totales de autonomía. Es muy probable que esto se deba a que hemos jugado menos a Honkai Impact Third.
Hemos realizado un cuarto ciclo de carga en el que hemos vuelto a los 60 Hz y hemos jugado algo menos, aunque hemos grabado vídeos, hecho fotos, etc. Pero hemos estado mucho más tiempo en exteriores que bajo cobertura Wifi. Hemos alcanzado las 4 horas de pantalla con 18 horas totales de autonomía.
La última prueba de batería a hemos hecho con un uso mayoritario en exteriores, pero sin jugar mucho. En esta ocasión hemos llegado a las 3 horas de pantalla con 30 horas totales de autonomía.
One UI 2.1 es interfaz correcta, pero empieza a saturarse
Samsung ha pulido mucho One UI desde que lo presentara a finales de 2018. En el Samsung Galaxy S20 Ultra se mantienen las novedades que vimos en modelos anteriores, como el modo noche o la posibilidad de habilitar subtítulos automáticos para cualquier fuente de sonido. Eso sí, por ahora en inglés.
Pero hay algunas novedades. Una de ellas es Iluminación Edge, que permite usar la pantalla como un LED de notificaciones, como vemos en las capturas. Si os interesa esta función os enseñamos a configurarla hace unos días.
También se estrena la integración de Google Duo en el marcados de teléfono, permitiendo hacer videollamadas de forma muy sencilla. Es de esperar que esto, que se ha desarrollador junto con Google, llegue a más modelos.
Y si sois de los pocos que usáis Bixby también podréis probar la nueva integración de Spotify con las rutinas de Bixby.
Hay funciones nuevas que no entramos a desmenuzar porque mucho nos tenemos que no serán masivas, como Quick Share, que permite enviar archivos entre móviles Galaxy como Airdrop lo permite entre los iPhone o Music Share, que permite enviar música de un móvil a un sistema de sonido bluetooth usando el S20 como pasarela.
En cuando a la interfaz estética, hemos visto que One UI está empezando a aumentar el número de opciones de manera agresiva y empieza a ser un poco complejo conocerlo todo. Samsung no debe convertir su nueva capa en lo que antaño fue Touchwiz.
Un buen móvil que cuesta demasiado dinero
Tras haber analizado durante mas de una semana este móvil he llegado a dos conclusiones. La primera es que no es el móvil que yo elegiría.
Es demasiado grande pero, sobre todo, muy pesado. La cámara ha mejorado con respecto a lo visto en el S10, pero hay algunas cosas que no se entienden, como la agresividad en el contraste o la saturación de las imágenes. No obstante, esto se podría corregir por software, lo mismo que el problema con el enfoque.
Hay que destacar que la autonomía puede servir en algunos casos, pero se quedará demasiado corta en nosotros. Un móvil con 5000 mAh debería darnos la tranquilidad de llegar de forma muy holgada al menos al final de la jornada. Eso, en este caso, no siempre se cumple.
Pero no todo es negativo, la potencia de este terminal y el rendimiento está fuera de toda duda, nos ofrece conectividad 5G, algo que no es obligatorio pero que en este rango de precios tampoco sobra, y una cámara muy versátil que por fin se pone a la altura de sus rivales en aspectos como el zoom. Me refiero al zoom 4x, no al 100x.
Aunque sin duda alguna la estrella es la pantalla, por tamaño, resolución, tasa de refresco, tecnología e incluso por un sensor de huellas que sorprende por lo que rápido y eficaz que es.
La segunda conclusión a la que he llegado es que este móvil podría competir perfectamente con los terminales de gama alta del resto de fabricantes con un precio de entre 900 y 1000 euros, coste aproximado hay que tiene el Samsung Galaxy S20 Plus. Lo que no entiendo es cómo el precio de partida de este terminal supera los 1300 euros, mayor incluso que el del iPhone 11 Pro Max con el que sin duda se comparará de forma muy directa.