Xiaomi tiene entre los usuarios de España fama de ser una marca con una muy buena relación calidad precio en sus móviles. Esto ha hecho que su cuota de mercado haya subido hasta posicionarse como la firma que más smartphones vende en nuestro país.
Poco a poco, el precio medio de los terminales de la compañía ha ido subiendo, aunque siempre manteniendo un coste ligeramente inferior al de la mayoría de alternativas.
Pero Xiaomi no quiere contentarse con esa imagen de marca y desde 2020 empezó a ofrecer dispositivos de gama alta a un precio que no tenía nada que ver con lo visto hasta el momento. Nacieron los Xiaomi Ultra, móviles de la empresa que superaban los 1000 euros.
El primero de ellos, el Xiaomi Mi 10 Ultra, no llegó a nuestro país, pero sí lo hizo su sucesor, el Xiaomi Mi 11 Ultra, con el que hemos estado más de una semana.
Características Xiaomi Mi 11 Ultra
- Procesador: Snapdragon 888.
- Memoria RAM: 12 GB.
- Almacenamiento interno: 256 GB.
- Micro SD: no.
- Tamaño: 6,81 pulgadas.
- Resolución: QHD+ 3200 x 1440 píxeles.
- Tecnología: OLED.
- Principal: 50 Mpx f/2.0.
- Sensor gran angular: 48 Mpx f/2.2.
- Sensor teleobjetivo: 48 Mpx zoom 5x f/4.1.
- Otros: LED Flash, pantalla posterior...
- Resolución: 20 Mpx f/2.2.
- 5G/LTE.
- Dual SIM.
- Bluetooth 5.2.
- WiFi.
- NFC.
- Batería: 5.000 mAh.
- Carga rápida: 67 W.
- Carga inalámbrica: 67 W.
- Carga reversible: 10 W.
- Puerto USB-C.
- Puerto infrarrojos.
- Versión de Android: 11.
- Interfaz del fabricante: MIUI 12.
Cerámica, cristal y metal, en un cuerpo de casi un cuarto de kilo
Las imágenes y fotografías del Xiaomi Mi 11 Ultra no dejan a nadie indiferente. De frente pasa por ser un móvil casi convencional, aunque su pantalla esté fuertemente curvada en los laterlaes mayores.
Pero la cosa se complica cuando hablamos de la parte trasera. Aquí hace presencia un enorme módulo de cámara que ocupa todo el ancho del móvil. Además, sobresale muchísimo del terminal, lo que hace complicado no poner en algún momento el dedo encima de él, aunque tambien ayuda a apoyarlo el dedo indice y no hacer recaer el peso del dispositivo solo en el meñique cuando lo usamos a una mano de forma vertical.
Curiosamente, el Mi 11 Ultra no presume de tener muchos sensores, y con los tres de los que dispone cumple más que sobradamente como veremos más adelante. Eso sí, al lado de ellos hay una segunda pantalla, una que hemos visto antes, en concreto en la Xiaomi Mi band 5.
Esta pantalla auxiliar nos ayuda a usar los sensores traseros para hacernos selfies. Es un elemento muy auxiliar, pero puede ser relevante si nos hacemos muchas fotos de este tipo.
Junto con ese modulo trasero lo que más llama la atención de este modelo es el peso. Sus 234 gramos lo convierten en uno de los más contundentes del mercado. Pensad que es casi un cuarto de kilo en la mano, durante mucho tiempo.
Personalmente se me ha hecho incómodo de usar en la cama, estando tumbado. No ha ayudado el calentamiento, del que hablaremos luego.
Pese a este gran tamaño, Xiaomi no ha dotado de jack de auriculares a este smartphone, ni de bandeja para microSD. Ambos detalles son ya menores en la gama alta, pero ASUS está intentando desmarcarse ahí con el ASUS Zenfone 8 y el ASUS ROG Phone 5.
Si que se incluye la certificación IP68, algo que ya practicamente todos los móviles de este precio tienen, qué menos.
Un rendimiento sobresaliente a costa de un calentamiento excesivo
Si hay un apartado en el que no hay medias tintas en este modelo es en el rendimiento. Xiaomi se esfuerza en no ser rácana en sus modelos de gama alta y es lo que se aprecia en este terminal.
Para empezar, tenemos el Snapdragon 888, el último procesador de Qualcomm. Además, la RAM es de 12 GB, no habiendo opción de menos capacidad en España. Lo mismo pasa con la memoria interna, de 256 GB. Aquí se da ya por descontado que tenemos tecnologías LPDDR5 y UFS 3.1, algo que remarcamos mucho pero con razón. La diferencia a la hora de instalar 100 aplicaciones o descargar un juego de 6 GB en un terminal con estas memorias y en uno más barato es muy notoria.
La experiencia de uso es muy positiva y la fluidez del sistema impera en todo momento, independientemente de la configuración de la pantalla.
Eso sí, nos hemos encontrado con un problema serio: el calentamiento.
El Snapdragon 888 no es un procesador que gestione bien la temperatura, como hemos dicho en algunos análisis previos. Sin embargo, este ha sido el dispositivo que más se ha calentado desde que probé el infame Snapdragon 801.
Sólo me ha sucedido al poner al terminal al máximo en Honkai Impact Third, pero se ha calentado tanto que he tenido que dejarlo en la mesa, era muy molesto en la mano. Es cierto que es un juego muy intenso, pero parece que el sistema no frenara el calentamiendo del terminal porque decidiera que el juego tiene prioridad.
Su hermano menor, el Xiaomi Mi 11, también se calentaba, pero dentro de unos parámetros normales. Como veis en la imagen, la temperatura normal del terminal está en torno a los 35 grados, pero cuando lo exprimirmos sube a unos muy elevados 50 grados. Imaginad poner la mano en la chapa de un coche que ha estado al sol en verano en la playa.
Con respecto a la conectividad, tenemos lo mejor del momento, con Wifi 6E, bluetooth 5.2, NFC, GPS de doble banda...
Xiaomi sigue aportando un sonido mejor que la media
Xiaomi tomó la decisión hace ya varios modelos de poner dos altavoces en prácticamente todos sus móviles de más de 250 euros.
Este cuesta mucho más, y por eso no iba a ser una excepción. El sistema de altaoces tiene dos unidades, una en cada marco pequeño, arriba y abajo. Han sido ecualizado por Harman Kardon y la calidad del sonido, así como el volumen, es muy bueno.
Eso sí, se echa en falta el jack de auriculares en un terminal que aspira a ser "perfecto". Personalmente no lo habría usado, pero aún hay quien quiere poder usar sus auriculares con cable de gama alta, sobre todo a la hora de exprimir los nuevos servicios de música con Audio Lossless o un sistema similar.
Una pantalla que cumple en todos los apartados
Hace poco tuve la oportunidad de quedar con una amiga que usa un Xiaomi Mi 6. Me fascinó lo pequeño que era, no lo recordaba tan compacto. Y eso que su pantalla era de 5.5 pulgadas, que en su momento no era pequeña. Todo el móvil en conjunto era más pequeño que la pantalla del Mi 11 Ultra, por mucho.
Este dispositivo usa un panel de 6.81 pulgadas, muy grande aunque no muy lejos de lo que han usado marcas como Samsung o OnePlus en sus terminales de gama alta.
Eso sí, tiene una curvatura muy fuerte en los laterales aunque el software de MIUI permite crear zonas virtuales para evitar los falsos toques.
La tecnología del panel es OLED, y tiene soporte para HDR10+y un brillo máximo de nada menos que 1700 nits de pico, aunque en el dia a día se queda en un máximo de 900 nits, más que suficiente para usarlo en cualquier contexto.
La tasa de refresco máxima es de 120 Hz, pero podemos cambiarla a 60 si queremos ahorrar batería a costa de perder sensación de fluidez. Por su parte, la tasa de muestreo tactil es de 480 Hz.
La calidad de este panel es soberbia y las opciones de personalización de MIUI son la guinda al pastel. Incluso podemos decir que no hay unos virajes al verde muy fuertes cuando inclinamos la pantalla.
Destacar el sensor de huellas en pantalla, que además de funcionar bien permite medir el pulso cardíaco con una precisión bastante aceptable, al menos si la comparamos con los sensores de los relojes y pulseras inteligentes que solemos llevar.
Una cámara extremadamente versátil... que no es perfecta
Cuando Xiaomi presentó sus Mi 11 lo hizo en multidud de formas, desde un Lite a este Ultra pasando por un modelo i, un Pro y uno normal.
Al no haberse puesto a la venta el modelo Pro en España, el único que cuenta con zoom óptico es el que hoy analizamos. Además, lo hace con un sistema periscópico de 5 aumentos, con un resolución muy elevada para ser un teleobjetivo.
Los 48 Mpx de este sensor con zoom se igualan en el gran angular y suben a los 50 Mpx en el sensor principal.
La calidad fotográfica del sensor principal es muy elevada, comportándose bien a la hora de perfilar elementos, corregir colores, etc. Incluso en interiores tenemos un ruido controlado. Sólo lo pasa mal cuando hacemos algunos retratos en condiciones complejas.
La calidad del zoom óptico también es buena aunque no consigue hacer que los elementos en movimiento no salgan borrosos, algo normal por la apertura del sensor. No obstante, está a la altura de los mejores, y para foografía de arquitectura y viajes es más que válido.
El gran angular también se ha comportado muy bien en resolución, colores y eficacia, aunque la deformación en los laterales es muy notoria.
El disparo macro se integra en el gran angular y nos ha dado la sensación de que se notala deformación en este tipo de imágenes mucho más que en otros modelos que usan el mismo sistema. Además, no enfoca un elemento de forma homogénea.
La calidad de las fotos con el sensor principal es buena aunque peca un poco de exceso de nitidez, casi remarcando demasiado los bordes, quizás para evitar la sensación de pérdida de detalle.
El telefoto hace buenas tomas para ser un sensor con baja apertura, pero la nitidez no es, ni de lejos, la misma que de día. Algo similar pasa con el grn angular, que tiene buen detalle pero que no controla los colores tan bien como el sensor principal.
De noche la cámara delantera sufre, y es cuando más partido le sacamos a la pantalla trasera, para hacer selfies con los sensores del módulo posterior.
Con respecto al vídeo, tenemos algo que destacar. Este es el primer móvil que probamos que usa la tecnología de Qualcomm que permite grabar cambiando entre los sensores sin que, en teoría, se note el salto de un sensor a otro. Es cierto que se nota la mejora, pero no llega a ser del todo inisible. Eso sí, en el caso del iPhone en ocasiones tampoco lo es por lo que, siendo realistas, podemos decir que está cerca del móvil de Apple en este sentido, aunque no a la misma altura.
La estabilización es muy buena en los tres sensores y se agradece que haya un sistema óptico OIS tanto en el sensor principal como en el telefoto, lo que permite enfocar bien sin mucha trepidación, algo necesario cuando disparamos con el zoom digital de hasta 120 aumentos.
Sobre todo de noche, podemos ver cómo se nota el salto entre sensores por la forma en la que tratan los colores, más que por los saltos en el metraje.
La cámara delantera, de 20 Mpx, nos ha dejado algo fríos. La calidad no es mala pero el brillo es demasiado alto por defecto y el HDR, sin ser malo, no es tan fiel a la realidad como nos gustaría.
No obstante, en este caso podemos usar las cámaras traseras como sistema para hacernos autofotos, gracias a la pantalla trasera. El vídeo se comporta mejor, aunque hay muchos cambios en el tratamiento de la luz.
El mayor fallo a nivel fotográfico del terminal viene de la mano de la aplicación. Cuando pulsamos para hacer la foto el terminal la toma, pero la interfaz tarda hasta un segundo en mostrarnos que ha realizado la foto y la ha guardado, y siempre tenemos la sensación de que se ha colgado el sistema y hemos errado el tiro, aún cuando luego no es así.
No es aceptable tener esa sensación en un móvil de este precio. Bajo ninguna circunstancia.
La bateria no es lo mejor del Xiaomi Mi 11 Ultra
Xiaomi ha sacrificado las dimensiones y el peso de este terminal para intentar darnos una autonomía digna. Ha usado una batería de 5000 mAh que es capaz de llenarse con una carga rápida de 67W tanto de forma inalámbrica como con cable.
Esto supone un hito en la firma y en el mercado, siendo este uno de los móviles que mejor se comporta en este sentido. Eso sí, la autonomía es otra cosa.
En la primera prueba de batería hemos puesto la pantalla con una tasa de refresco de 60 Hz y la resolución al máximo, QHD. Estaba activado el modo automático por lo que hemos usado la pantalla también en FHD. Hemos estado jugando, escuchando podcasts y haciendo algunas fotos. Hemos llegado a las 4 horas y media de pantalla con 18 horas de autonomía.
En la segunda prueba de batería hemos puesto la pantalla con una tasa de refresco de 120 Hz y la resolución en FHD. Hemos usado mucho el móvil en esta prueba en exteriores, con la pantalla con un brillo alto y uso puntual del GPS. Hemos llegado a las 3 horas y media de pantalla con 22 horas de autonomía.
La tercera y última prueba cuantificada ha sido con la tasa de refresco a 60 Hz, y la resolución en FHD. Hemos hecho uso del terminal en interiores, jugando a HearthStone y es cuchando música, y también lo hemos usado algo en exteriores, aunque no tanto como en la anterior prueba. Hemos llegado a las 4 horas de pantalla con 26 horas de autonomía.
Nos ha dado la sensación de que el Mi 11 Ultra consume demasiada batería, incluso en espera, algo que no hemos visto en otros modelos de Xiaomi.
El Xiaomi Mi 11 Ultra sigue en MIUI 12, con Android 11
El software del Xiaomi Mi 11 Ultra ha cumplido con lo que esperábamos de él, pero hay algunas cosas que chocan. Por un lado, es raro que la marca no haya actualizado aún este modelo a MIUI 12.5
Quizás vayan a saltarse este firmware y estrenar MIUI 13 en él dentro de poco, pero que haya modelos como el Redmi Note 10S con esta última versión y que este no la pueda usar es raro.
En cuanto a funciones, os remitimos a un extenso vídeo que hicimos hace unas semanas sobre Android 11 y MIUI 12.
Eso sí,tenemos que mencionar algo que normalmente en los móviles baratos pasamos por alto: la publicidad.
Sabemos que parte de los beneficios de Xiaomi vienen de la venta de móviles pero otra de la publicidad de MIUI. En un smartphone de 200 podría tener cierta disculpa, en uno de 1200 no tanto.
Conclusión: 1200 son muchos euros
Xiaomi tiene un largo camino por delante al intentar desasociar su imagen de marca de los precios bajos. Esta decisión es comprensible, pero si al consumidor medio español le choca gastarse más de 300 o 400 euros en un móvil, imaginad su cara cuando mira uno de 1200.
Dicho eso, Xiaomi no es la única firma con terminales de ese precio, pero compañías como Samsung o Apple no han movido su marketing en torno al precio de sus productos, o al menos no de forma tan agresiva como Xiaomi.
Más allá de eso, el Xiaomi Mi 11 Ultra es un gran dispositivo, con puntos débiles como el calentamiento o la autonomía, pero también con muchos fuertes como la cámara, la potencia o lo completo de su propuesta. No hay nada importante que Xiaomi no haya implementado aquí, y solo algunas cosas menores que ya no vemos en la gama alta estan ausentes.
Dicho eso, la firma necesitará varias generaciones para demostrar que merece la pena pagar más de 1000 euros por uno de sus móviles. Aunque, siendo sinceros, es algo que ni siquiera es fácil para las demás empresas.