Destacar en un mercado como el de los teléfonos móviles no es sencillo. Hemos visto caer marcas míticas como Nokia o BlackBerry y llegar otras. Una de las últimas en llegar a España ha sido Vivo, una empresa con una presencia fortísima en China y que, poco a poco, va ganando cuota de mercado en nuestro país. Para ello se está centrando no en móviles de más de 1000 euros, sino en terminales de gama media que ofrecen lo necesario para que el usuario esté muy contento, sin por ello disparar el precio.
El último ejemplo de esto es el Vivo V23 5G, un terminal que se anunció en China hace unas semanas y que he de reconocer que pasó por debajo de mi radar hasta que ha puesto a la venta en España y he tenido la oportunidad de probarlo a fondo en un viaje de 4 días además del tiempo de uso en el trabajo.
Y sí, este Vivo V23 5G es un móvil pensando para los selfies, como veremos luego, pero que eso no os engañe. Es mucho más.
Características del Vivo V23 5G
- MediaTek Dimensity 920.
- Memoria RAM: 12 GB LPDDR4X.
- Almacenamiento interno: 256 GB UFS 2.2.
- Tamaño: 6,44 pulgadas.
- Resolución: FHD+.
- Tecnología: AMOLED.
- Tasa de refresco: 90 Hz.
- 64 + 8 + 2 Mpx.
- Otros: LED Flash.
- Resolución: 50 + 8 Mpx.
- 5G.
- 4G.
- Bluetooth.
- Wifi ac.
- Batería: 4.200 mAh.
- Carga rápida: 44 W.
- Puerto USB-C.
- Dimensiones: 7,55 mm.
- Peso: 190 g.
- Versión de Android: 12.
- Interfaz del fabricante: FuntouchOS 12.
Un diseño soberbio
La calidad de construcción de los móviles es algo que se exige en terminales caros, en la gama más alta. Los precios nos invitan a no pasar nada por alto.
En la gama media eso no siempre es así, pero se nota cuando un fabricante decide llevar este apartado a un nivel que está por encima de lo que pagamos. Es justo lo que pasa con el Vivo V23, que dispone de dos acabados, cada cual más curioso.
El modelo que hemos podido probar es el negro, que cuenta con un marco metálico de líneas rectas y un módulo de cámara que aloja los tres sensores traseros. La parte posterior es mate con un ligero toque de brillo cuando le da la luz. La palabra que buscamos para describirlo es elegancia.
Además, si queremos algo más llamativo tenemos el modelo Sunshine Gold que directamente cambia de color cuando lo dejamos al sol, como hace el realme 9 Pro Plus, pero a nuestro juicio con tonos más elegantes.
La única pega que se le puede poner al móvil es que el diseño, muy actual, puede llegar a ser algo incómodo en la mano si lo tenemos mucho tiempo cogido. Eso sí, parece que Vivo ha pensado en eso porque nos regala una funda de silicona en el paquete de venta, que en esta ocasión he usado mucho ya que he estado de viaje.
En el día a día prefiero ir sin funda, pero siempre se agradece que haya una en la caja de venta, al igual que el cargador de 44 W del que hablaremos luego.
Un rendimiento genial y memorias de gama alta
Muchos podrían pensar que 499 euros es un precio elevado para un modelo con el MediaTek Dimensity 920, un chipset de gama media / alta que hemos visto en aparatos de precio inferior.
Y sí, es cierto que terminales de realme o Xiaomi tienen precios más bajos, pero también es cierto que disponen de mucha menos memoria que este Vivo V23.
La única variante que se vende en España, que es la que tiene ese precio, dispone de nada menos que 12 GB de RAM y 256 GB de memoria interna, cifras que no vemos siquiera en la mayoría de móviles de gama alta. La primera usa tecnología LPDDR4X y la segunda UFS 2.2. Es decir, se nota el salto con respecto a los terminales más económicos, aunque no se usen las mismas memorias que en la gama alta.
Solo esto explica el aumento del precio con respecto a otros modelos, pero, como veremos más adelante, hay más características que nos hacen empezar a pensar que merece la pena pagar lo que vale este terminal.
El MediaTek Dimensity 920 es un procesador muy solvente, como llevamos varios meses diciendo en los diferentes análisis que hemos hecho de móviles que lo usan. Y si encima comparte cama con memorias de ese calibre, solo podemos decir que no tendréis ningún problema en cuanto al rendimiento de este móvil hagáis lo que hagáis.
La única pega que le ponemos aquí a este modelo es que no tenga dos altavoces, algo que casi la totalidad de sus competidores, incluso modelos mucho más baratos, ya incorporan.
La conectividad es la esperada de un móvil más caro, con Bluetooth 5.2, Wifi de doble banda, NFC, pero también con las carencias de la gama alta, como la tarjeta de memoria, la radio, la bandeja para microSD o el jack de auriculares.
La pantalla cumple en un móvil de 500 euros
Hace no mucho tiempo la diferencia entre la gama media y alta en este apartado radicaba, mayormente, en la tecnología del panel. Ahora eso no es así.
Como se ha demostrado en varios móviles, los paneles OLED ya no son exclusivos de terminales de 1000 euros, e incluso modelos de menos de 250 los usan. Así, las diferencias son más sutiles, pero igualmente existen.
La pantalla del Vivo V23 5G es buena, tanto como podríamos esperar de un móvil de este precio, con quizás una salvedad.
La diagonal es de 6.44 pulgadas, lo que junto con los cantos rectos y unos marcos muy contenidos hace que el móvil sea aceptablemente compacto, al menos para los estándares actuales.
Es cierto que el notch de la doble cámara frontal llama la atención, pero como siempre decimos, te acostumbras rápido y se entiende que no se haya apostado por una perforación que debería ser casi igual de grande.
La pantalla es compatible con la tecnología HDR10+, algo que no siempre vemos en estos precios y los colores son realmente buenos. Incluso el brillo máximo se ha demostrado suficiente incluso a la luz del sol, algo que su rival directo de Samsung, el Galaxy A53 5G, no puede decir.
La salvedad de la que hablábamos antes está en la tasa de refresco. Este modelo cuenta con un panel de 90 Hz de frecuencia máxima, lejos de los 120 que vemos en modelos como el Redmi Note 11 Pro+ o el propio Galaxy A53.
No es que esto suponga un gran problema, siempre es más notorio el salto de 60 a 90 que de 90 a 120, pero por 499 euros podemos exigir ya esa cifra.
Sí que hemos visto que el sensor de la pantalla que hace que se apaga cuando estamos hablando por teléfono no siempre funciona. Quizás sea un problema del software que se pueda solucionar con una actualización.
El selfie es la característica estrella de este modelo
Rara vez tenemos que dividir la sección de cámara de un análisis en dos partes, pero en esta ocasión es necesario.
Vivo ha erigido las cámaras frontales en el elemento diferenciador de este V23 5G. Hablamos en plural porque tenemos dos sensores delante, algo que no es la primera vez que lo vemos, pero es una prestación extremadamente peculiar.
Además, disponemos de dos luces LED que actúan a modo de flash, acompañado por un flash virtual en la pantalla, que se ilumina en parte cuando la luz no es suficiente. Pero es que hay más. Esas luces pueden cambiar su temperatura de color para hacer que las fotos no sean ni demasiado cálidas ni demasiado frías.
El software de la cámara no sólo tiene los ajustes de grabación o toma de imágenes normales, sino que incluye además filtros y formas de ayudarnos a tomar mejores imágenes, como plantillas para disparar y multitud de opciones.
La cámara principal usa un sensor de 50 Mpx, algo que ya de por sí es llamativo, por la elevada resolución del mismo. Pero lo curioso es que en el notch hay un segundo sensor, un ultra gran angular de 105º y 8 Mpx que lleva los selfies de grupo a otro nivel, lo cual es algo que cada vez más gente usa, aunque en la cámara trasera, que es donde están este tipo de sensores.
La calidad de las fotos es bastante buena, sobre todo cuando intentamos llegar al límite de la cámara en situaciones de contraluz o de movimiento de la grabación. Sí que se nota el salto de calidad entre la cámara principal y el gran angular, sobre todo de noche, pero es algo que le pasa a todos los dispositivos.
Como decíamos antes, además de la doble cámara tenemos un doble flash LED que ayuda algo a que las imágenes con baja luz tengan un mayor detalle.
Los vídeos también nos dan un resultado correcto, y es de agradecer que podamos hacer uso de las dos cámaras para grabar. Además, el sensor principal permite la grabación en 4K, aunque el gran angular solo permite grabación en FHD.
Se echa en falta un mejor gran angular
Las tres cámaras traseras son las que estamos acostumbrados a ver en esta categoría. Al angular normal y al ultra gran angular se suma un sensor macro que vamos a obviar, como casi siempre. Ojalá Vivo hubiera apostado por un teleobjetivo, aunque fuera sencillo.
La cámara principal, de 64 Mpx, permite hacer fotos normalmente a 16 Mpx usando el Pixel Binning. Además, es capaz de grabar a 4K, algo que no permite el gran angular.
La calidad de las fotos es bastante decente, tanto de día como de noche, aunque los colores en algunas tomas son algo estridentes, recordando a como procesaba Samsung hace unos años. Otras imágenes, no obstante, son realistas a más no poder.
El gran angular baja mucho su resolución y eso se nota sobre todo en baja luz, donde el detalle escasea y donde la nitidez no es la que esperaríamos, sobre todo en los vídeos.
En una ocasión le pedí a mi novia que me hiciera un vídeo de noche, y al verlo en el móvil pensé "Vaya, qué mal graba de noche, una pena". Seguí mirando y resulta que había grabado con el gran angular, eso explicaba la calidad.
Pero de día este sensor cumple sobradamente, incluso en el rango dinámico de las fotos, algo que muchas veces damos por perdido. No quema los cielos, aunque a veces tengamos colores algo irreales, y la deformación de los bordes, pese a notarse, no es excesiva.
El retrato no es el mejor que he visto, y el recorte deja desenfocado a veces partes del pelo. Los colores en ocasiones parecen haber sido pasados por un HDR muy forzado, pero en otras ocasiones obtenemos tomas muy decentes.
Muy buena autonomía y carga rápida de buen nivel
La batería, de 4200 mAh, no es especialmente grande, pero ha cumplido bien. Además, la carga rápida de 44 W lo pone a la altura de lo que podemos pedir a móviles de este precio, aunque haya competidores con 65 o hasta 120 W.
Las pruebas que hemos realizado a este móvil son especialmente intensas dado que lo hemos usado mayormente en exteriores, sin Wifi.
En la primera prueba de batería hemos tenido el móvil con la tasa de refresco de 90 Hz, variable, y lo hemos usado casi por completo bajo cobertura 5G y 4G. Hemos hecho fotos, hemos hecho vídeos, hemos jugado, e incluso hemos leído y usado el móvil como punto de acceso Wifi para escribir artículos, entre ellos este que lees. Hemos llegado a las 5 horas de pantalla con 23 horas de batería.
En la segunda prueba el uso ha sido más intenso, y en todo momento hemos estado bajo cobertura móvil. Hemos usado de nuevo el móvil como punto de acceso y hemos hecho uso del mismo en la playa, con lo que eso supone para el gasto energético por el brillo de la pantalla. Hemos llegado a las 5 horas de pantalla con 21 horas de batería.
En la tercera prueba de batería el uso ha sido parecido, con juegos en la playa y uso de Twitter y redes sociales. Eso sí, no hemos visto vídeos, ni hecho fotos. Hemos llegado a las 5 horas de pantalla con 29 horas de batería.
La cuarta prueba ha sido diferente porque hemos estado mucho tiempo bajo cobertura Wifi, y hemos jugado más a HearthStone, pero no hemos hecho llamadas o fotos. Hemos llegado a las 4 horas y media de pantalla con 39 horas de batería.
La quinta y última prueba ha sido radicalmente diferente a la primera, porque hemos estado siempre en Wifi, nada en 4G salvo unos minutos en los que hemos ido a hacer la compra y hemos estado escuchando podcasts. Hemos jugado, usado Tik Tok y visto algunos vídeos y leído. Hemos superado las 6 horas de pantalla con 38 horas de batería.
Vivo se olvida de Android puro
Cuando Vivo llegó a España lo hizo con la promesa de tener un software limpio, que no ralentizada sus móviles. Posteriormente vimos cómo en China su interfaz cambiaba mucho, dándole un gran protagonismo a los widgets.
En 2022 hemos visto cómo Vivo se aleja de la interfaz con la que llegó a España y abraza la versión más intensa de Funtouch, su interfaz.
Esto no es un problema en sí mismo por el mismo motivo por el que no lo es normalmente en Samsung o en OPPO: funciona muy bien.
Como decíamos, los widgets son los protagonistas con una selección mucho mayor de la que vemos en otros fabricantes y algunos muy similares a los que tiene Apple, lo que en esta ocasión es algo positivo. Destacar por ejemplo el del clima, que permite hacer scroll y mostrar varias pantallas sin movernos del escritorio.
También destaca el nano reproductor, de tamaño muy contenido y que no sólo sirve para controlar la música alojada en el móvil, como es normal, sino que se integra con Spotify.
Por supuesto, todo esto corre sobre Android 12, lo que es algo esperado, pero dado que últimamente hemos visto algunos modelos ser lanzados con Android 11 no damos ya por descontado.
Esperemos que Vivo mantenga su muy buena política de actualizaciones y este móvil dé el salto a Android 13 a finales de año.
Podemos decir que echamos en falta la interfaz pura de Android, que nos habría encantado ver en un Vivo con Android 12, pero parece que tendremos que acostumbrarnos a este diseño, mucho más inspirado en los gustos orientales que, no obstante, no llega a ser ni pesado ni feo.
Una grata sorpresa
En las últimas semanas he retomado el ritmo de análisis y cuando Vivo me planteó analizar este modelo acepté casi por inercia, sin saber qué esperar. Quizás haya sido eso o quizás es que el móvil es muy bueno, pero hacía tiempo que un terminal no me dejaba con tan buen sabor de boca.
Dejemos claro que, como hemos dicho al inicio de este análisis, Vivo no quiere ser una marca barata. Dicho eso, los 499 euros que pide la empresa por este modelo están justificados.
Hay elementos que comparte con otras marcas como Samsung, Realme o Xiaomi, como la buena autonomía, la carga rápida, un sistema de cámaras traseras solventes o la pantalla de gran calidad, etc.
Hay otros en los que pierde, como en el sonido por la ausencia de un segundo altavoz, o en conectividad por jugar a ser un gama alta, con la ausencia de los elementos antes mencionados.
Pero hay aspectos en los que sobresale como ningún otro smartphone de su categoría. El más obvio es el apartado de las cámaras frontales, donde no tiene competencia. El no tan obvio es el diseño, con un toque industrial que hace que parezca más un móvil de gama muy alta, un iPhone por ejemplo, que un terminal Android de gama media.
Y conseguir eso es todo un reto.