A finales de junio, Logitech anunció su nuevo teclado gaming, que he tenido oportunidad de probar en EL ESPAÑOL - El Androide Libre. El Logitech G515 destaca abiertamente por su experiencia global y por un detalle importante: reduce la altura de las pulsaciones de las teclas a los 22 mm, al ser un teclado de perfil bajo.
Este dispositivo se puede adquirir en España por un precio de 165 euros y en la versión de cable por 109,99 euros (aunque esta llegará a finales de año). Tiene algunos aspectos a destacar como su suave tacto, el sonido 'brown' de sus teclas que hace que sea poco ruidoso. También cuenta con una iluminación totalmente personalizable para las mejores partidas y una batería que permite llegar a los 8 o 9 días de autonomía sin que haya que conectarlo a la conexión USB del PC con el cable que viene en la caja.
En mi caso, acostumbrado desde siempre a los teclados mecánicos de Logitech con cable, tenía mis dudas sobre la autonomía, pero dejando la configuración de la iluminación RGB tal y como viene de fábrica, me he olvidado de su carga para dejar apartado uno de mis mayores miedos; sobre todo por la costumbre de no tener que estar cargando otro dispositivo o periférico más (como si tuviéramos pocos).
La ventaja lógica de ser inalámbrico es que lo puedes mover de aquí para allá y te quitas de en medio un cable, así que la mesa del escritorio queda más despejada y 'limpia'. Esta experiencia no es nada nueva, pero sí que he querido retratar en estas líneas para entender mejor mi perspectiva sobre los teclados inalámbricos, porque seguro que hay todavía muchos reticentes a los mismos.
Vengo de usar un teclado Logitech mecánico con sus teclas altas y el sonido 'brown', así que en estos apartados andaba también un poco a la expectativa, sobre todo porque el Logitech G515 cuenta con unas teclas que están a media altura y se activan a una distancia mínima de 1,3 mm y un recorrido total de 3,2 mm. Un gran cambio al que me acostumbré más rápido de lo que pensaba: acabé tecleando rápido casi a los minutos.
La postura de la mano es más natural, y aquí nos podemos olvidar de tener una almohadilla extra para tener la mano levantada, como ocurre con los mecánicos, lo que hace que la muñeca no quede tan colgada como si estuviera en el 'aire'. Una experiencia que beneficia a la larga a nuestras articulaciones y más cuando son horas y horas usando un teclado diariamente.
Ofrece un sutil toque que se deja gustar rápidamente en el tecleo. Se debe a las tapas de teclas PBT con un tacto sutil y de gran durabilidad. Este es otro dato importante, pero para comprobarlo hace falta tiempo y los teclados de Logitech suelen durar lo suyo.
Cabe recordar que mi teclado anterior, el G610, y al que se puede decir que 'maltraté' desde hace años, ahí sigue, aunque alguna tecla ya lo ha estado pasando mal. Dicho esto, hay otro detalle muy a tener en cuenta para el uso prolongado que se le dará en el tiempo: las teclas están cubiertas por un material que evita la corrosión del agua y las posibles marcas de aceite.
Personalización e iluminación
Un teclado gaming necesita funciones para programar teclas, macros y esos efectos de iluminación que vayan a la par que los mismos colores usados en la torre. Tanto los fabricantes como Windows 11 disponen de las herramientas y experiencias necesarias para otorgar a cualquier periférico o equipo de una iluminación especial, y Logitech cuenta en este teclado con 16,8 millones de colores disponibles con la app G HUB.
Desde la misma se puede configurar una buena ristra de animaciones y efectos, y descargar los mismos que pueda crear la comunidad de usuarios de los teclados gaming de Logitech. Los hay desde los que tienen un patrón programado para crear una animación de gran armonía y de color, hasta otros en los que al pulsar cualquier tecla se genera un efecto de expansión del color al resto de teclas.
A cada tecla se la puede asignar 15 funciones en total y desde G Hub se pueden guardar la configuración al igual que perfiles y actividades ya sea para jugar, trabajar o incluso realizar streaming. Esta experiencia es bien importante para personalizar cualquier acción o macro a cualquier tecla.
La autonomía
El teclado gaming Logitech G515 hace que probemos esos efectos de gran vistosidad, pero conlleva que la autonomía se pueda resentir. Si uno prefiere la comodidad de dejar de lado el cable que viene en la caja, y que sirve para cargar el teclado en dos horas, la autonomía es más que suficiente para una semana.
Con el efecto de luz que viene por defecto, con las teclas W, A, S y D marcadas con un tono rosa y el resto en un azul claro, consume, usando el teclado durante unas 10 horas diarias, entre los 8 o 9 días. Lo que está muy bien para olvidarse del cable para conectarlo al PC y el escritorio aparezca lo más despejado posible.
Si se utilizan algunos de sus efectos más llamativos, como el de expansión del color que hace que en cada pulsación el resto de teclas se bañe del mismo por todo el teclado (un efecto muy chulo), la autonomía puede sufrir un poco, pero en términos generales el G515 produce la sensación de que cargado al 100 % uno se puede olvidar del cable para conectarlo al PC durante bastantes días; y al venir de teclados mecánicos con cable, la verdad que se agradece.
¿Me lo compro?
Después de varias semanas probándolo y, como no, siendo una herramienta imprescindible para el trabajo y el tiempo de ocio en un PC con Windows 11 y una gráfica potente NVIDIA RTX 4070, para juegos como GTA Online, Diablo IV o Diablo II Resurrected, la experiencia en ambas vertientes es estupenda desde lo agradecido que es en el tamaño, vistosidad de sus efectos de color y lo simple y bien que funciona.
Sí que hay un problema con la actualización de Logitech G Hub, que en mi caso bloqueó el acceso a la configuración del teclado para efectos de color y macros (por suerte pude probarlos durante unos días antes de la última actualización).
Por último, y más importante, cómo se siente teclear en un teclado de perfil bajo, acostumbrado a las teclas del mecánico G610 de Logitech (que el pobre me ha durado bastante con algunas teclas que pasaron a mejor vida); que era justo lo que más me echaba para atrás (con un vínculo muy arraigado a lo vintage del teclado del Amstrad CPC 464 o el Atari 520 ST que en su día tuve como ordenadores en plena adolescencia).
Y solo puedo decir que la pose de la mano apoyada en la superficie es más natural, la ergonomía del diseño produce que teclee más rápido y el sonido (incluso el G610 siendo un brown) es bien bajo para que también produzca un sonido armonioso cuando se teclea de seguido (aquí viene rápida la imagen GIF del gatito tecleando sin parar). Un teclado que ya sustituye a mi sufrido Logitech G610 y que evapora uno de los miedos que tenía: sustituir un inalámbrico por un teclado con cable.