Ya estaban tardando. Desde que las primeras unidades de Google Glass llegaron al público, muchos de los usuarios mas entusiastas se han dedicado a ver cómo pueden aprovechar sus tripas para crear y modificar nuevas funciones. Lo mejor es que Google no parece haber puesto muchos impedimentos ante estos proyectos, seguramente conocedora del gran potencial que puede tener un nuevo dispositivo con una comunidad entusiasta.
La principal razón por la que estos proyectos de fans están tardando tan poco en aparecer es porque Google Glass usa Android, aunque la interfaz no se parezca mucho a lo que estamos habituados. Eso es porque el software de Glass es un launcher, una capa que permanece encima de la inferfaz habitual de Android y que es la que recibe las órdenes vía voz. Para acceder a esta interfaz tradicional solo hay que seguir unos pasos básicos que implican conectar el dispositivo a un ordenador y usar ADB para ejecutar algunos comandos.
Gracias a esto, cargar apps en Google Glass es mas sencillo de lo que parecía en un principio. Por supuesto, algunos programas se controlan mejor que otros y aportan mas a la experiencia. Por ejemplo, el juego Ingress es un buen candidato, gracias a la ambientación futurista y el uso de la cámara para escanear lugares importantes de nuestra ciudad, parece un programa diseñado con Glass en mente.
También hay otros proyectos que buscan añadir funcionalidades que no vienen de serie en el dispositivo, como por ejemplo la posibilidad de compartir fotos en Facebook. Normalmente las fotos que tomamos se suben a Google+, pero aquellos que utilicen mas habitualmente la red social de Zuckerberg ya pueden aprovechar Glass to Facebook, una app que hace exactamente lo mismo.
Como vemos, esto es solo el comienzo: Google Glass bien puede ser el crisol en el que nazca la próxima generación de grandes apps, un requisito indispensable para su popularización.
Fuentes | Android Police y Techcrunch