Las baterías son uno de los componentes más delicados de nuestros smartphones. Por un lado siempre tenemos que mantener cierto nivel de carga para que nuestro dispositivo siga funcionando, mientras que por el otro tenemos que cuidarla si queremos que con el tiempo conserve la mayor capacidad posible (recordemos que una batería conforme se carga y se descarga, va degradándose y reduciéndose su capacidad, lo que se traduce en una menor autonomía del dispositivo que la porte), algo que en ocasiones resulta pesado. Por suerte, Texas Instruments pretende facilitarnos más estas tareas con sus nuevos chips de carga para dispositivos móviles.
Estos chips están compuestos a su vez por dos chips diferentes, cada uno encargado de una función concreta. En conjunto consiguen mejorar tanto la vida útil de la batería como los tiempos necesarios para cargar por completo la batería.
El primero de ellos se encarga de medir la impedancia y la carga de la batería de una forma muy precisa para después pasar esa información al segundo chip, que en función de esos datos, cargará la batería de una forma u otra, buscando siempre la más óptima posible. Gracias a esta tecnología, a la que han llamado MaxLife, la vida útil de la batería se incrementa en un 30%, lo que se traduce en que la capacidad de la batería reducirá más lentamente conforme los ciclos de carga se vayan produciendo. Por ejemplo, tras 80 ciclos de carga, una batería sin este chip conservaría el 94% de su capacidad, mientras que uno con este chip se mantendría casi intacto con un 98%. Evidentemente, esta diferencia se haría aún más notable conforme pase el tiempo.
Así mismo, este chip mejora el tiempo de carga en un 50%, lo cual es esencial para contrarrestar el aumento de capacidad de las baterías, que ahora rondan los 2500 mAh (hace poco más de un año rondaban los 1700 mAh). Esto es posible, en parte, gracias a que trabajan con intensidades de 2.5 y 4.5 amperios, mientras que la mayoría se mueve ahora mismo en 1 amperio.
Estos chips ya están en fase de desarrollo, aunque en breve estarán a la venta y comenzarán a integrarse en diferentes dispositivos. Se ofrecerán dos modelos, uno de 2.5 Amperios (ideal para smartphones) y otro de 4.5 Amperios (ideal para tablets y otros dispositivos con baterías de mayor capacidad).
Con estos desarrollos parece que el mundo de las baterías comienza a moverse y a innovar. Sin embargo, creo que no será suficiente para mejorar la situación actual, tan solo servirá para mantenerla, pues los nuevos componentes exigen cada vez más energía en lugar de mantenerse estáticos.
Vía | Engadget