La llegada de Google Glass ha supuesto un tremendo cambio de panorama para el mundo de la tecnología, irrumpiendo con un concepto hasta ahora digno de cualquier título de ciencia ficción. Pero las gafas de Google son reales, y aunque todavía están en pañales ya se puede vislumbrar el potencial que estas pueden aportar. Mucho se ha discutido, tanto para lo bueno como para los posibles «peligros» que su uso puede tener, pero quizá permanecemos ajenos a todo lo que Google Glass puede inspirar.
Porque además de las gafas, su uso puede extenderse a otras aplicaciones igualmente singulares. Pese a que de momento Google Glass está en plena efervescencia, con muy pocos desarrolladores con acceso a ellas y Google tutelando y controlando las unidades de prueba, no cabe duda que hay un interés especial por parte de muchos sectores industriales que ven este proyecto como el comienzo de algo más grande.
Por ejemplo Mercedes Benz, el fabricante de automóviles no es ajeno a las novedades que Google Glass aportará, y no quiere perder la posibilidad de dotar de interesantes novedades a sus vehículos de alta gama. Por eso en su laboratorio ubicado en el epicentro tecnológico mundial (Palo Alto, California) están desarrollando sistemas que permitan la utilización de las Google Glass para la navegación dentro de sus coches.
La intención del fabricante alemán es conseguir un sistema de navegación puerta a puerta. Es decir, que el usuario busque en casa o en la calle una dirección, y que pueda seguir tanto a pie como en su vehículo las indicaciones sin tener que hacer nada más, de manera que sean tanto las Google Glass como el vehículo capaces de realizar la transición de forma transparente para el usuario. Una fusión que podría no limitarse únicamente al GPS, ya que podría ser el inicio de muchas más funciones.
Algo que todavía está en la incubadora, junto con más interacciones con las ya populares gafas de Google. Y es que pese a los esfuerzos por parte de los desarrolladores, todavía es pronto para poder empezar a disfrutar por el público en general de las Google Glass, así como de cualquier tipo de aplicación ya sea para las mismas, o que interactue con ellas como el proyecto de Mercedes. Por ahora tanto las gafas como sus aplicaciones son escasas y muy exclusivas.
Pero parece una tendencia cada vez más al alza, que fabricantes de vehículos integren tecnologías y aplicaciones móviles a los coches. Algo que en un futuro nos puede aportar medidas para elevar la seguridad al volante, así como ayuda a la conducción. No todo es entretenimiento a bordo, y es de agradecer.