Siempre que conocemos novedades, sobre todo de terminales, nos centramos bastante en hablar de los chipset que integran, las velocidades y toda esa potencia desbocada que se está alcanzando con el desarrollo de los proceadores. Una evolución brutal en cuestión de pocos años y uno de los objetivos de casi todos los fabricantes, seguir trabajando en aumentar velocidad y prestaciones a lo que vendría a ser el cerebro de los teléfonos y tablets.
Algo que siempre ha sido protagonista, tanto ahora en la era móvil, como hace años con los PC’s. El procesador, que sin lugar a dudas es el elemento central, siempre ha tenido una relevancia por encima del resto de componentes. Pero resulta curioso conocer nuevas propuestas y hacia donde van algunos fabricantes en el desarrollo de sus productos. Es el caso de ARM, que ha presentado recientemente una de sus líneas de desarrollo y que resulta muy interesante: Procesadores de bajo consumo.
Sin lugar a dudas no es un concepto nuevo, ni siquiera revolucionario, puesto que es algo que ya existe hace tiempo. Pero hay algo más allá de este simple concepto. ARM no quiere centrarse en la velocidad, si no en el bajo consumo, ultra bajo. Esto tiene una explicación, y es que la compañía quiere estar preparada para el Internet de las cosas. La tendencia es que cada vez tengamos más aparatos conectados, y realmente ya no queda tanto para que nuestros electrodomésticos y otros dispositivos tengan la posibilidad de comunicarse entre sí y con nosotros.
Es por ese motivo, principalmente, por el que ARM trabaja en estos procesadores que deben tener un consumo mínimo, casi ínfimo. Así es posible que se puedan abastecer de una fuente de energía que no dependa de una batería. Este es un campo totalmente inexplorado, así que resulta interesante qué puede aportar un fabricante como ARM. Se estudian muchas posibilidades, incluida la utilización de las ondas electromagnéticas que campan por el aire para transmitir información. En estos casos lo importante no es la velocidad, y la cantidad de información a procesar resulta tan elevada como en un teléfono o tablet, por lo que resulta bastante óptimo.
Este puede ser el primer paso hacia los hogares inteligentes, o nuevas propuestas que nos ayuden en nuestro día a día y nos hagan más fáciles las tareas cotidianas como localizar unas llaves, por ejemplo. Las posibilidades son infinitas, y tenemos la esperanza de que Android tenga un papel importante en el desarrollo de estas ideas. ARM sigue trabajando en ello, y no se descarta que en poco tiempo tengamos las primeras novedades con estos procesadores de bajo consumo.