Una de las últimas modas en esto de la tecnología móvil está siendo la reducción de los biseles laterales de los dispositivos. Esto por una parte puede resultar genial para algunos, ya que se mejoran los diseños y se eliminan los molestos bordes oscuros de alrededor de las pantallas y además permite incorporar pantallas de mayor tamaño en huecos iguales o más pequeños creando grandes terminales de dimensiones contenidas.
Es algo que, por ejemplo, hemos visto en las últimas presentaciones del LG G2 o el reciente Samsung Galaxy Note 3. En el primero los biseles tan sólo miden 2’65 mm y para llegar a esos niveles han tenido que prescindir incluso de botones laterales, dejando solo el innovador botón trasero (Rear Key) e incluso tuvieron que incorporar la tecnología Dual Routing que divide los conectores del panel táctil ayudando a reducir todavía más el bisel.
En el caso del Note 3 tener menos bordes ha permitido a Samsung meter una pantalla más grandes en un cuerpo más pequeño que el del Note II, por lo que en ese sentido si merece la pena ese esfuerzo por reducir. Pero también tiene una parte negativa, la comodidad de uso.
La excesiva reducción de biseles lleva consigo un aumento de los toques accidentales a la pantalla, porque la tocamos con los dedos o la palma al agarrar el teléfono o simplemente por roces con sólo sostenerlo. Otro de los inconvenientes de la reducción del bisel es que los fabricantes se estrujen las cabezas para recolocar los botones, como pasa en el caso del G2, cuya ubicación puede resultar incómoda para determinadas personas e incluso ser un factor decisivo en la compra del terminal, o menos espacio para una batería mayor.
Concepto: bisel cero
Es una idea que hemos visto en muchas películas de ciencia ficción. Dispositivos, smartphones o tablets, sin borde alguno, todo pantalla. Parece un concepto muy tentador y bonito, pero claro, nada funcional. Los toques accidentales serían continuos aunque podríamos soñar con «unir» diferentes dispositivos para crear una pantalla de mayores dimensiones.
Incluso Matías Duarte se ha pronunciado en el tema de los biseles al haber sido preguntado por los anchos bordes que tiene el tablet Nexus 7. Y según él, los biseles anchos y asimétricos son necesarios para tener una buena experiencia de uso, tanto al sostener el dispositivo en vertical como en horizontal. Tiene que haber una comodidad y seguridad en el agarre, un lugar donde posar los dedos sin que intervengan en la pantalla. Y estos argumentos son igualmente aplicables a las pantallas de menor tamaño de los smartphones.
La cuestión es, sí, se puede y se debe reducir el ancho de los biseles para mejorar el tamaño, diseño y aspecto de los dispositivos, pero claro, sin sobrepasar el nivel que perjudique la comodidad de los usuarios, que al fin y al cabo, somos los que pasamos varias horas al día utilizándolos.
¿Vosotros que pensáis? ¿Estáis a favor de que se sigan reduciendo los bordes en favor de mayores tamaños de pantalla en espacio más reducidos?
Vía | PocketNow