Ya con la resaca de las presentaciones de IFA, hemos visto como muchas marcas han presentado sus productos y, aunque los relojes y dispositivos wearables han sido los principales protagonistas, los verdaderos reyes del tinglado continúan siendo los smartphones y las tablets. Samsung fue uno de los principales reclamos de IFA, un evento en el que presentó su nuevo Note 4, entre otros dispositivos, pero también se acordó de mencionar su gama de tablets, en concreto, las últimas en llegar y que destacan por la gran calidad de sus pantalla: las Samsung Galaxy Tab S de 10.5 y 8.4 pulgadas.
Ambas fueron presentadas en Nueva York en un evento dedicado el pasado mes de junio, algo que en realidad nos sorprendió un poco, ya que sólo unos meses atrás, a comienzos de año, el fabricante surcoreano anunció su gama de tablets Tab Pro, supuestamente para tenerlas como topes de gama. Entonces, ¿cuál es el principal reclamos de las Tab S? Su pantalla con panel SuperAMOLED (entre otras novedades, claro). Hemos pasado unas semanas con la de mayor tamaño, la Tab S 10.5, y aquí va nuestro análisis en profundidad sobre la que posiblemente es, una de las mejores tablets Android que se han creado hasta la fecha.
Review de la Samsung Galaxy Tab S 10.5
Como siempre, vamos a comenzar dando un repaso por los componentes del dispositivo. La Tab S 10.5 tiene un hardware de alta gama, con el que Samsung quiere ganarse el puesto de mejor tablet de su tipo. Comenzando por lo más evidente, tenemos su enorme pantalla de 10.5 pulgadas, se trata de un panel SuperAMOLED con resolución WQXGA 2560×1600 píxeles, lo que da una densidad de unos 288ppi y luce espectacularmente bien.
En su interior, en la versión sólo con conectividad WiFi, la que nosotros hemos utilizado, manda un procesador propio Exynos 5 Octa de ocho núcleos, dividido en dos de cuatro núcleos a 1.9GHz y otros cuatro a 1.3GHz. En el caso de la variante compatible con redes LTE, su procesador pasa a ser un Qualcomm Snapdragon 800 QuadCore a 2.5GHz. Para acabar de completar el conjunto y asegurar una experiencia fluida, le acompañan 3GB de RAM.
Características de la Samsung Galaxy Tab S 10.5 WiFi
- Pantalla SuperAMOLED 10.5 pulgadas WQXGA 2560×1600 píxeles
- Procesador Samsung Exynos 5 Octa 5420 (Quad 1.9GHz + Quad 1.3GHz)
- GPU Mali-T628 MP6
- 3GB RAM
- 16GB o 32GB de almacenamiento + ranura para tarjeta micro SD
- Cámara trasera de 8MP + Flash / Frontal de 2.1MP
- 16GB de almacenamiento + tarjeta microSD hasta 128GB
- WiFi 802.11 a/b/g/n/ac MIMO, WiFi Direct, Bluetooth 4.0, IrLED
- Android 4.4 KitKat + TouchWiz
- Batería de 7900mAh
- 247.3 x 177.3 x 6.6 mm
- 465 gramos
En cuanto al almacenamiento, tenemos dos modelos de 16GB o 32GB, aunque ambos disponen de ranura para insertar una microSD de hasta 128GB en las que podremos almacenar todo tipo de contenidos multimedia. Por su parte, la cámara trasera monta un sensor de 8MP y está acompañada de un flash LED, mientras que la frontal se reduce hasta los 2.1MP, más que suficientes para realizar videoconferencias.
Si vamos a la batería, en la Galaxy Tab S 10.5 tiene una capacidad de 7900mAh, un paso atrás si vemos la Tab Pro 10.1 o la Note 10.1, que superan los 8000mAh, pero sin embargo dan la talla y además tenemos el modo de ultra ahorro de energía que debutó en el S5. Por compararla con la competencia, la Sony Xperia Tablet Z2 queda muy por debajo al montar una batería de 6000mAh.
Si miramos al software, como no podía ser de otra manera, la Tab S funciona bajo Android 4.4 KitKat, eso sí, personalizado por la nueva capa TouchWiz con los escritorios Magazine UI que, sinceramente no me han disgustado. Más adelante entraremos en ellos, así como el resto de regalos que trae.
Diseño y construcción
Samsung ha puesto mucho cuidado en el diseño de las Tab S, aunque muchos de sus elementos vienen heredados de dispositivos anteriores, principalmente del Galaxy S5 presentado en el Mobile World Congress de Barcelona. Al verla por primera vez sorprende su diseño, da muestras de una tablet de calidad, con bordes muy ajustados y dimensiones ciertamente contenidas, aunque no deja de ser una tablet de 10.5 pulgadas.
¿Qué es lo que no acaba de gustarnos? que no deja de ser plástico. A simple vista parece genial, pero al cogerla en la mano es cuando notamos que esos acabados brillantes y marcos con aspecto metálico no dejan de ser eso, un acabado. Ojo, eso no significa que sea de mala calidad, al contrario, pero ya que Samsung quiere batir a los iPads con sus Tab S, no estaría de más hacerlo también en los materiales utilizados.
Sin embargo, si hay un aspecto espectacular en las Samsung Galaxy Tab S, tanto la 10.5 como la 8.4, es su grosor: 6.6 milímetros. La cifra es espectacular, tanto a la vista como al cogerla y transportarla. Además, el peso acompaña, ya que con sus 465 gramos la he llegado a utilizar durante horas “a peso” y se agradece la “ligereza”.
Si hacemos un repaso exterior a su diseño, comenzando por el frontal la principal protagonista es su pantalla de 10.5 pulgadas, bajo ella se encuentra el botón físico que caracteriza a los Samsung y está acompañado los botones capacitivos de Atrás y acceso a las Apps recientes. El botón físico, por cierto, alberga el lector de huellas dactilares, ya que estas tablets son las primeras en incorporarlo, y funciona igual que en el S5, deslizando sobre él, algo que no acaba de gustarme y ralentiza su uso.
Sobre la pantalla tenemos la cámara frontal de 2.1MP y los sensores de proximidad y luminosidad. La parte trasera tiene el mismo acabado microperforado del S5, que cada vez me gusta más y me parece que mejora mucho el agarre y ofrece un buen tacto. Esa zona está prácticamente limpia a excepción de la cámara trasera y el flash, centrados en la parte superior, y los dos puntos de enganche para la funda accesorio.
Esa funda, por cierto, también la hemos podido probar y es de gran calidad. Se acopla enganchando los dos puntos traseros (hay que apretar, sin miedo, aunque impresiona un poco) y protege la tablet al completo, dejando los orificios para cámara y micrófonos. Además, nos permite utilizarla como stand, pudiendo colocarla en 3 posiciones de inclinación. Muy útil y bien acabada.
Por último, en el borde superior tenemos los botones de encendido y volumen, así como el emisor de infrarrojos, mientras la parte derecha tiene la tapita que esconde el slot para la microSD y el puerto microUSB. A destacar la colocación de los altavoces, están muy bien situados tras dos rejillas en el marco derecho e izquierdo, de modo que son casi imperceptibles y no llegamos a taparlos al apoyar o coger la tablet con las manos. El sonido que ofrecen es bastante alto.
En general la Samsung Galaxy Tab S 10.5 es sólida, bien construida y no “cruje” en ningún momento, pero es plástico y en ese sentido queda por detrás de modelos como la Xperia Z2 Tablet o el propio iPad. Eso sí, si Samsung ya ha comenzado a meter marcos de metal tanto en el Galaxy Alpha como en el nuevo Note 4, estoy casi seguro que pronto veremos las primeras tablets con el mismo diseño y acabados.
Pantalla, la gran protagonista
Lo dejaron claro durante su presentación, la pantalla de las nuevas Tab S serían su principal reclamo. Decir “Amoled” recuerda irremediablemente a Samsung, el gigante surcoreano lleva utilizando esta tecnología mucho años, sobre todo en smartphones, donde ha conseguido que con mucho trabajo y mejoras, la brecha entre las LCD y ellas sea cada vez menor, y sólo hay que ver la gran evolución llevada desde el Note 3, S5, estas Tab S y por último en el reciente Note 4.
La pantalla de las Tab S es noticia porque para ver la última tablet con Amoled de Samsung hay que remontarse nada menos que a 2011, cuando la utilizaron en la Galaxy Tab 7.7. Desde entonces, siempre han optado por las LCD en sus tablets (incluso en las Tab Pro), hasta la llegada de las Tab S. Así, han conseguido fabricar un genial panel SuperAMOLED con una tremenda resolución 2560×1600 que, según los análisis detallados de DisplayMate, es el mejor que se ha creado hasta la fecha en tablets.
Negros puros y colores brillantes, así se podría definir a esta pantalla. Visualizar imágenes en gran resolución, vídeos o textos es una maravilla, además la representació de colores es bastante fiel y ya no peca tanto de sobresaturación. Los ángulos de visión son muy buenos, y el brillo máximo alto. En interiores no he llegado a utilizarlo nunca al máximo, y en exteriores se ve correctamente, aunque tampoco es de lo más destacable.
Por cierto, otra de las ventajas de utilizar SuperAMOLED es que permite reducir el peso y el grosor del dispositivo, y su gasto energético es menor, es por ello que quizá queda justificado el uso de una menor batería (además de estar limitados por el grosor de 6.6 que querían conseguir, claro).
En líneas generales estamos ante una muy buena pantalla, gran resolución para disfrutar de todo tipo de contenidos definidos (esto se nota más todavía en la Tab S 8.4, donde hay más densidad), podemos variar la forma en que se reproducen los colores según queramos y me ha gustado especialmente el bajo brillo que se puede conseguir, necesario si trabajamos con ella en ambientes oscuros y no nos queremos dejar los ojos.
Cámara
No soy un gran fan de hacer fotografías ni vídeos con tablets, me siento como el cuarto árbitro sacando la tablilla con el tiempo de descuento, pero si vas a utilizar la Tab S para alguna toma esporádica, cumple de sobra. Como cámara principal y trasera monta un sensor de 8MP f/2.4 que se comporta en situaciones de buena iluminación, el nivel de detalle es bueno y los colores resultantes del procesado adecuados, el enfoque y disparo es bastante rápido y el ruido escaso.
Si nos vamos a ambientes oscuros, sí flaquea un poco y el ruido hace aparición, pero vamos, nada que no ocurra en otros dispositivos de su tipo y siempre tendremos el flash LED para echarnos una mano. La frontal de 2.1 MP, también con apertura f/2.4, es suficiente para algún que otro selfie y más que correcta para videollamadas. Por cierto, ambas cámaras son capaces de grabar vídeo en resolución FullHD 1080p.
Aquí tenéis unas cuantas fotos que he realizado con la Galaxy Tab S 10.5, están reducidas a 1024x, pero si quieres verlas a máxima resolución, puedes descargarlas desde esta carpeta de Drive.
Por otra parte, la aplicación de cámara es prácticamente calcada a la del S5, tenemos múltiples ajustes fotográficos, opciones extras, modos de disparo y efectos que aplicar a las fotos.
Experiencia de uso y software
Como he dicho al comienzo, en la Tab S nos encontramos con una de las últimas versiones de Android (4.4.2 KitKat) y, como suele ser habitual en los dispositivos Samsung, viene “escondido” bajo la rediseñada capa TouchWiz. Hay que reconocer que esta nueva versión de su personalización mejora mucho tanto estéticamente como en fluidez. A muchos no les gustará y preferirán Android stock, pero lo cierto es que se hace necesario una capa de este tipo en tablets, ya que añade muchas funciones y utilidades que mejoran la experiencia en pantallas grandes.
Por ejemplo, en el propio escritorio de la Tab S tenemos una zona, digamos, “tradicional”, es decir, escritorio tal y como lo conocemos donde colocar accesos directos, carpetas y widgets de aplicaciones, y si desplazamos a un lateral encontramos Magazine UI, que no es más que una pantalla compuesta por cuadros de información, que se integra con Flipboard y donde podemos ver de una vez las últimas noticias o temas de interés.
Si deslizamos una vez más entonces tenemos una zona más orientada al trabajo y la productividad, ya que tenemos acceso rápido al calendario, eventos próximos, cuentas de emails, documentos recientes y demás. Esa productividad también se ve potenciada con el sistema de multiventana. Samsung sigue mejorando esta utilidad (más aún en el Note 4) y en estas tablets basta con deslizar desde el borde derecho de la pantalla para desplegar un pequeño panel desde el que escoger qué apps queremos utilizar al mismo tiempo, pudiendo redimensionar el trozo de pantalla para cada una y demás.
Además, el hecho de que tengamos como botón capacitivo el de Apps recientes, podemos cambiar rápidamente entre ellas, aunque en ocasiones el sistema se ralentiza, pero nada preocupante en ese sentido. En cuanto al resto de la interfaz, se ha mejorado la zona de notificaciones, podemos personalizarla con muchos “interruptores” y en general todo adopta una estética más flat con colores planos.
Ya no encontramos tantísimas aplicaciones propietarias de Samsung, pero aun así tenemos unas cuantas como RemotePC, S Voice, SideSync 3.0, WatchON, WebEX y por no hablar de la enorme lista de “Galaxy Gifts”, regalos de aplicaciones y periodos de suscripción premium a servicios que tendremos por comprar esta tablet (espacio en la nube, juegos, revistas…).
En el uso diario, esta tablet se comporta perfectamente. A pesar de montar el Exynos 5420 (que a mucha gente no gustará), su rendimiento es muy bueno en prácticamente cualquier condición, además los 3GB de RAM ayudan a que no falte memoria en ningún momento, aun haciendo uso intensivo de la multitarea.
Navegando por la web es muy fluido y consumiendo contenidos multimedia está en su salsa, ya os podéis imaginar cómo se ven los archivos en alta definición con esa pantalla. Leer textos también es una pasada por la definición de los mismos, obviamente no hablo de leer libros, ya sabemos que lo mejor en esos casos es la tinta electrónica, sino de revistas como las que se regalan (tipo GQ y más).
En juegos también se comporta muy bien, en concreto, títulos exigentes como el Real Racing 3, Asphalt 8 y similares se mueven a la perfección y sin ningún amago de ralentizarse, así que en ese sentido no hay queja. Eso sí, en esas situaciones la temperatura de la Tab S también aumenta (y más en el mes de agosto).
En cuanto al lector de huellas, no ha cambiado nada con respecto al del S5. Lo configuramos pasando varias veces el dedo por el botón y podemos utilizarlo para desbloquear la tablet y hacer pagos con PayPal. Si el objetivo de Samsung con él era combatir el TouchID de Apple, en ese sentido todavía está muy lejos, me sigue pareciendo un sistema lento y en muchas ocasiones falla, al igual que ocurría en otros casos como el del HTC One Max. Todavía hay que mejorar ahí.
Por el resto, bueno, es Android, tienes todas las aplicaciones de Google Play a tu disposición, aunque quizá eso también sea un punto a mejorar, ya que todavía echamos en falta muchas con interfaz adaptada a tablets, esperemos que la llegada de Material Design y la unificación del diseño ayude (porque imaginamos que las Tab S también recibirán Android L, por falta de potencia no será).
Benchmarks y test de rendimiento
Lo de siempre, no me gusta mucho hablar de resultados en benchmarks porque no reflejan el rendimiento real de los dispositivos y son sólo un número. Aun así, como a muchos os gustan y aunque parezca mentira, muchos los tienen en cuenta para comprar un dispositivos u otro, allá van.
En AnTuTu, uno de los más conocidos, arroja una cifra superior a los 33000 puntos, por encima, por ejemplo, del LG G3 y por debajo del S5 (con procesador Qualcomm Snapdragon 801).
Batería y autonomía
Aquí encontramos una batería no extraíble con capacidad de 7900mAh que está un escalón por debajo de las Tab Pro, pero como hemos dicho anteriormente, la pantalla SuperAMOLED requiere menos energía y para conseguir ese grosor de 6.6 milímetros hay que recortar espacio y uno de los apartados afectados es la batería.
Aun así, en nuestras pruebas hemos comprobado que con un uso medio, utilizándola esporádicamente para navegar, ver algún vídeo, leer documentos y demás, puede durar dos días sin problema. Con un uso más intensivo, juegos, navegación web continua y sin tener especial cuidado con el brillo, acabaremos con ella en una jornada. Es decir, en uso continuo y exigente aguantará de 8 a 10 horas dependiendo de las conexiones, brillo y demás.
Si en algún momento nos vemos justos de autonomía y no estamos cerca del cargador, podremos activar el modo de ultra ahorro de energía que ya nos presentaron también con el Samsung Galaxy S5. Consiste en un modo que pasa a blanco y negro la pantalla, por tanto, al ser un panel SuperAMOLED, todas las zonas negras se encuentran apagadas, y limita el número de aplicaciones y herramientas disponibles a unas pocas, consiguiendo así aumentar la batería unas horas más.
Por cierto, la velocidad de recarga (con el cargador original), está muy lejos de ser la más rápido del mercado, pudiendo sobrepasar ámpliamente las 5 horas para llegar al 100%.
Conclusiones: ¿la mejor tablet Android del momento?
Llegamos al final de este análisis y la pregunta anterior es la duda que me queda tras haber estado con ella las últimas semanas. Si Samsung buscaba crear una tablet donde la pantalla fuese la principal protagonista, lo ha conseguido, luce genial y además está incrustada en un cuerpo envidiable, ligero y delgado.
Sin embargo, aunque la Samsung Galaxy Tab S se mueve con suficiente soltura en la mayoría de situaciones, ¿hasta qué punto le afecta montar un Exynos en lugar de lo último de Qualcomm? Está claro que no todo pasa por montar los últimos componentes del mercado, pero me atrevería a decir que en los próximos meses veremos una revisión de este modelo con muy pocos cambios y entre los que estará un Snapdragon 805/810, capaz de mover estas resoluciones con mayor facilidad.
Ojo, con esto no quiero decir que no de la talla, al contrario, para mi uso, el que he detallado arriba, ha cumplido y sin duda podría decir que ésta sería una de las primeras tablets con Android que compraría si estuviese en situación de ello (aunque quizá me inclinaría más por la de 8.4 pulgadas, por tamaño más que nada). Aun así, siendo una fantástica tablet, tiene margen de mejora: los materiales utilizados para su construcción y la batería (cambiaría un par de milímetros por una de mayor capacidad).
¿Su precio? El modelo de 16GB ya se puede encontrar por debajo de los 500€ y entre sus competidores destacables tenemos como principal rival en Android la Xperia Z2 Tablet o la nueva Xperia Tablet Z3 Compact (contra la Tab S de 8.4) y, por supuesto, el iPad.