Cada vez quedan menos aspectos de la vida que no hayan sido puestos vuelta al aire por el auge de los smartphones, y tener un dispositivo con tan potente y versátil como un ordenador no iba a dejar indiferente al mundo de la medicina, las mobile medical apps han venido para quedarse.
Tanto para los pacientes como para los médicos, los teléfonos inteligentes, tabletas y relojes son una oportunidad única para realizar tareas simplificando la cantidad de utensilios utilizados, reduciendo costes y aumentando la comodidad. Actualmente existen cerca de 100.000 aplicaciones de carácter médico, un 70% de ellas está destinada a la información y sensibilización, mientras que un 30% está destinada a médicos y pacientes.
Hace sólo unos años, controlar nuestra salud a través de un reloj y un teléfono podía parecer una historia de ciencia ficción, pero lo cierto es que la tecnología ya ha dado varios pasos y es muy posible que en un futuro muy próximo sea algo rutinario.
Project Ara, la gran apuesta de Google en la salud
De todos los proyectos que hay en el mundo del smartphone, los teléfonos modulares de Google son los que más potencial tienen para tener un impacto importante en la medicina. Hasta ahora, la mayoría de aplicaciones médicas requieren el uso de sensores externos, pero el poder incluir módulos biosensores podría convertir el teléfono en un pequeño laboratorio ambulante, capaz de analizar sangre, comida o la calidad del agua en unos minutos.
Para ello sólo habría que poner una muestra de lo que queramos analizar en un chip desechable e introducir este en el módulo de nuestro teléfono. Esto será de especial utilidad en países en vías de desarrollo, donde podría ayudar en la lucha contra epidemias.
Midiendo la glucosa con tu smartphone
La diabetes es una de las principales causas de muerte en el mundo, y afecta tremendamente a la calidad de vida de los pacientes, que tienes que estar permanentemente pendientes de sus niveles de azúcar, pero los smartphones, y seguramente en poco tiempo los relojes inteligentes, pueden ayudar a hacerles la vida más fácil.
Hasta ahora, los medidores de glucosa y la bomba de insulina funcionaban por separado, sin embargo la Universidad de Virginia ha desarrollado una aplicación para Android que recibe las lecturas del medidor, calcula cuánta insulina necesita y envía los datos a la bomba de insulina de forma automática.
De momento esta aplicación está en fase de pruebas y sólo funciona para la diabetes de tipo 1, pero sus resultados son más que esperanzadores: tras probarla con 20 pacientes durante periodos de 42 horas, la aplicación obtuvo un 97,7% de efectividad. Desde luego, un progreso a seguir.
Una herramienta para luchar contra las enfermedades de transmisión sexual
Las enfermedades de transmisión sexual como el sida o la sífilis son de las más comunes en el mundo en desarrollo, donde la falta de higiene e información facilitan tremendamente su expansión. La Universidad de Columbia ha desarrollado un sistema que permite diagnosticarlas en únicamente 15 minutos con un smartphone y una gota de sangre extraída del dedo.
Se trata de un pequeño dispositivo que se acopla al teléfono y permite identificar hasta tres marcadores de enfermedades de transmisión sexual. Las ventajas sobre las herramientas de laboratorio son indudables: la movilidad y un coste muchísimo más bajo que facilitaría tremendamente su diagnóstico. Ahora sólo falta que Tinder incluya algo así en su aplicación.
Detectando ataques cardiacos en sus primeras fases
Detectar un ataque al corazón en sus primeras fases puede ser la clave para salvar una vida. Un teléfono inteligente puede hacer las veces de electrocardiograma, de forma que un paciente de riesgo con el entrenamiento adecuado pueda detectar uno con la antelación necesaria. En eso es en lo que están trabajando científicos de la Universidad de Duke.
Además, gracias a la tecnología móvil, el paciente podría transmitir los datos a un centro médico de forma instantánea donde podrían realizar un análisis en mayor profundidad. En Android ya existen aplicaciones como AliveCor que, con el accesorio adecuado, permiten controlar el ritmo cardiaco de forma muy precisa, de forma que los pacientes puedan minimizar los riesgos. También puede servir para prever ataques epilépticos con unos minutos de antelación.
Más vale prevenir que curar
Siempre se ha dicho que la detección temprana de las enfermedades, especialmente las más graves, es algo fundamental, y precisamente en ese aspecto puede ser decisiva las nuevas tecnologías móviles, como los smartphones y especialmente los relojes inteligentes cuando estos tengan un poco más de recorrido.
La tecnología móvil evoluciona a un ritmo enorme, y la medicina puede ser uno de los campos más beneficiado por este avance, y eso nos beneficia a todos.