La privacidad en nuestras comunicaciones electrónicas es una de las cuestiones que más importan a los usuarios en los últimos tiempos, especialmente a raíz de los escándalos de espionaje masivo llevado a cabo por algunas agencias estatales o la filtración de fotos (muy) privadas de celebridades. Muchas personas utilizan smartphones, tablets y ordenadores de la empresa como si fueran propios sin ser conscientes de que la privacidad en los terminales de empresa puede ser casi inexistente.

En lifehacker han escrito un magnífico artículo al respecto, partiendo de la experiencia del autor al trabajar en los departamentos informáticos de diversas empresas. muchas personas, al recibir un teléfono, tableta o ordenador de la empresa, acaban considerándolo «suyo» sin que este realmente lo sea. El autor del artículo explica como es habitual encontrar fotografías personales o juegos de los hijos en los ordenadores y smartphones recuperados de empleados que han dejado sus puestos de trabajo o han sido despedidos. Fotos que en muchos casos no volverán a recuperar, ya que muchas empresas no dan tiempo a sus empleados para hacer copias de archivos personales.

El jefe que todo lo ve

Y luego está ya el tema clásico del software instalado y los escándalos que causa cuando la gente se entera de que este está siendo monitorizado por la empresa, ya sean chats o el correo. Si usas un programa propiedad de tu empresa o que esta paga por usarlo, lo mejor es que te olvides de tener una cierta privacidad en él. Este control no siempre se debe a motivos maliciosos y complejos de gran hermano de los jefes: los correos y los chats se guardan durante un tiempo por necesidad legal en caso de que haya una demanda, y se suelen realizar copias de seguridad de los terminales de quienes abandonan la empresa por si surge algún problema y algunos de tus archivos son necesarios.

Pero es evidente que hay muchas empresas que van más allá y monitorizan paso a paso todo cuanto hacen sus empleados con la idea de que así estos rendirán mejor. Hace poco surgió el caso de una californiana que fue despedida por desinstalar una aplicación de gestión laboral que permitía a su jefe saber dónde estaba en todo momento, incluso fuera de horario laboral.

En caso de que necesites algo de privacidad en el trabajo, es recomendable no usar chats corporativos y recurrir a otros servicos como Hangouts o el mismo Whatsapp y por supuesto olvidarte del email de la empresa y recurrir siempre a la cuenta personal -aunque si lo haces desde la red Wi-fi del trabajo todavía podrán verlos si no están encriptados-, realizar copias de seguridad de tus archivos personales ya sea en la nube o en un USB y, por supuesto, hablar las cosas más privadas cara a cara, que además de ser más efectivo será completamente privado.

¿Y si instalan aplicaciones corporativas en mi terminal

Pero hay muchas empresas que en vez de proporcionarte ellos los dispositivos instalan aplicaciones corporativas en tu terminal, de forma que un mismo teléfono unifica la vida profesional y la laboral de cada persona. Aquí es donde el tema se vuelve algo más confuso, y mucha gente no es consciente de qué pueden llegar a saber de él de esta manera.

Para empezar, todo el correo de la empresa pasa a través de sus servidores, por lo tanto aunque el terminal sea tuyo, también lo sabrán, igual que pueden saber qué estas haciendo si estas conectado a sus redes wifi. Además, a través de aplicaciones que puedan instalar pueden saber tu operador de teléfono, la marca y modelo, el nivel de batería, la memoria libre, localización el uso de la memoria y evidentemente la información del correo y aplicación corporativa. Además, también podrán ver qué otras aplicaciones tienes instaladas en el teléfono, pero no podrán acceder a la información de estas.

El control excesivo siempre es negativo

Las fotos, tus mensajes y correos (siempre que no sean corporativos) fotos, videos, datos de navegación y llamadas quedan fuera del alcance de la empresa. Si únicamente usas el correo de la empresa en tu terminal, el acceso a datos de tu teléfono es más limitado, pudiendo ver el modelo y la marca, además del correo corporativo, pero no la localización.

Todos podemos llegar a aceptar un cierto grado de control en el trabajo, al fin y al cabo te están pagando y es normal que quieran asegurarse de que haces tus obligaciones de forma correcta, pero también es obvio que este control debe tener un límite, no sólo por una cuestión de privacidad y dignidad del trabajador, sino también porque el control siempre agobia y un trabajador agobiado es probable que rinda menos. Pero ya sabes, si necesitas hacer algo sin que tu empresa lo sepa, mejor hazlo lejos de las herramientas de la empresa, tu jefe podría estar observándote.

Imagen 2 Michaelhyatt.com

Imagen 3 Forbes