Cada vez toma más fuerza el proyecto de Google para crear coches autónomos que nos libren de conducir hacia el trabajo y además, de reducir considerablemente el riesgo de accidentes. Mediante cámaras y unos modernos sensores, se pretende dotar al coche en cuestión de ojos y brazos para tener así un chófer particular.
Ya vimos como este mismo año saldrían a las carreteras estadounidenses una flota de coches acompañado de conductores centrados en la seguridad para comprobar el rendimiento. Unas pruebas para pulir a fondo la autonomía de estos coches antes de lanzarlos al mercado y comercializarlos. Esperemos que todo vaya bien y antes del 2020, para cuando se tiene pensado el lanzamiento oficial, podamos disfrutar de estos coches.
Lexus es el fabricante de los coches autónomos de Google, concretamente el modelo RX450H. Este automóvil alcanzaría velocidades máximas de 40km/h con el fin de afianzar la seguridad del pasajero. Además, desde Mountain View nos aseguran que la forma de conducción es equiparable a la de un conductor con 75 años de experiencia.
Coches que parecen pilotados por ancianos
Pues bien, un persona (anónima por cierto) ha podido probar ya estos coches autónomos y nos cuenta su experiencia. Nos habla de que estos coches circulan por la vía pública como una anciana lo haría. Con precaución, disminuyendo la velocidad antes de una curva sin visibilidad y sin ir al máximo de velocidad permitido. A la hora de acelerar lo hace despacio y nunca busca el adelantamiento para sobrepasar a otro conductor.
Pero esta lentitud favorece al conductor pero no al resto de personas que circulan por las carreteras. Según el analista, esto podría sacar de las casillas al resto de conductores. Esta lentitud puede enfadar a otros conductores con algo más de prisa por llegar a su destino, así que durante los primeros años, si tienes uno, no te librarás de pitadas.
Por y para la seguridad de los conductores
Hablamos de un coche autónomo que dispone de excesivas medidas de seguridad para afianzar la integridad física de sus pasajeros. Además, se trata de un coche de grandes dimensiones que puede llegar a ser engorroso de adelantar en ciertas situaciones. Por lo que aunque tú vayas tranquilamente revisando Twitter dentro del coche, otra persona detrás tuya es probable que esté perdiendo los nervios por llegar tarde.
Esperemos que sólo sean las primeras versiones o que en un futuro, una actualización del sistema de control sea capaz de hacer circular estos cochces como si fuesen conducidos por nuestros padres y no por nuestros abuelos.
Vía | Time