Si hay una empresa que en los últimos años ha logrado revolucionar la industria editorial ella sola -o prácticamente ella sola- esa es Amazon con su Kindle. No contenta, la empresa está dispuesta a dar un nuevo golpe que puede volver a poner patas arriba muchos conceptos que teníamos fijos sobre los libros: a partir de julio comenzará a pagar por página leída.
Este cambio no va a ser algo que se aplique a todos los libros que compremos en Amazon, sino que se centrará, por ahora, en dos de sus servicios Kindle Unlimited -un servicio de suscripción que da acceso ilimitado a más de 750.000 títulos por 9,99 al mes- y Kindle Owners Lending Library -disponible sólo en EEUU, permite a los suscriptores de Amazon Prime tomar prestado un libro al mes sin fecha de vencimiento-. A partir de ahora Amazon repartirá los beneficios de estos servicios entre los autores dependiendo del número de páginas que se hayan leído.
Es difícil de medir el impacto que puede tener esta nueva decisión de Amazon, pero evidencia un buen número de cambios en la forma de consumir literatura, más allá de las dudas sobre la privacidad sobre el hecho de que una gran compañía sepa hasta el momento en el que pasamos la página de 50 sombras de Grey. La primera es que la era en el que se compraban libros por el simple hecho de tenerlos en la librería -sin leerlos- puede estar cerca de su final, o como mínimo en una profunda crisis.
Pagos por página leída ¿el final del libro por postureo?
Conozco a una persona que tenía siempre en la mesita de café el Ulises de Joyce con un punto, colocado de forma que parecía que había estado leyendo hace un rato, pero descargar un libro sólo por postureo tiene poco o ningún sentido. Para muchas editoriales y autores importaba poco si la gente se leía el libro, lo que importaba era que lo comprase. De prosperar esta nueva forma de pago de Amazon, el juego ha cambiado completamente. Y al final de lo que se trata es de que la gente lea, no sólo de que la gente tenga libros.
Por otro lado, también puede fomentar en exceso un tipo de literatura ligera, de poca complejidad y plagada de cliffhangers como si la vida de Jack Bauer se tratara, con estructuras más parecidas a las series de televisión que tienen que tenerte una semana entera acordándote de volver la semana que viene que a lo que venía siendo habitual en la literatura, donde el elemento de enganchar al lector solía ser algo más sutil.
¿Se fomentarán las historias alargadas en exceso?
Por otro lado también puede llevar a muchos autores a alargar excesivamente sus libros, estirando tramas de forma innecesaria sólo para dar más páginas al lector que hagan sonar la bolsa, cuando uno de los principios fundamentales a la hora de relatar una historia es «menos es más». Esto ya es algo habitual en cierto tipo de best-seller que hace de la longitud y el peso físico la manera de legitimar lo vacío del contenido, valgan como ejemplo El Código da Vinci o las antes mencionadas 50 sombras de Grey.
Eso sí, los autores no podrán recurrir al famoso truco del colegio «hazlo en Arial 12 que ocupa más» ya que Amazon cuenta con un sistema normalizado llamado KENPC ( Kindle Edition Normalized Page Count), aunque los elementos gráficos como ilustraciones o gráficos si cuentan, pero es de suponer que se implementará algún sistema para evitar el abuso de estos elementos.
Sea como sea, la evidencia es que la literatura de consumo está cambiando y que Amazon no plantea sólo el libro electrónico como un sustituto del viejo papel, sino que pretende darle una entidad propia y completamente distinta, con sus propios géneros literarios y también con un sistema de pago al autor radicalmente distinto del visto hasta ahora.
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