A pesar de que la programación parezca algo muy sencillo, el desarrollo de software es en ocasiones un arte que siendo relativamente fácil de aprender, es realmente complicado alcanzar la excelencia por un gran número de factores que afectan al resultado final.
El resultado final exige mucho más que funcionalidad y eficiencia, las aplicaciones son un producto muy solicitado, y no basta con una buena aplicación, sino que resulta necesario que transmita esas sensaciones a los usuarios, donde cualquier pequeña molestia repercute en el sentimiento final.
Splash Screens: Las pantallas de inicio también son importantes
Siendo conscientes de que cada pequeño detalle del diseño es importante, y que es un aspecto donde los programadores de aplicaciones suelen mostrarse más torpes, los chicos de Google suelen crear recursos y guías de diseño para que las mejores aplicaciones se sientan realmente como aplicaciones de primera categoría.
La guía de diseño más relevante en la actualidad de la gran G es Material Design, y en sus recomendaciones destacamos aspectos como el aspecto por capas, los botones flotantes o las transformaciones y animaciones. Cuando un desarrollador implementa todas estas características, las aplicaciones acaban resultando más vistosas e intuitivas, lo cual contribuye a la experiencia final. Pero en estas líneas de diseño existe una recomendación que suele pasar desapercibida, y es la de usar Splash Screens, también conocidas como pantallas de inicio.
¿Por qué son importantes las Splash Screens? Básicamente por el mismo motivo que es importante cada aspecto del diseño visual de la aplicación. La respuesta más sencilla sería esa, pero en esta ocasión expondremos más detalles. El hardware de nuestros dispositivos no es perfecto, y según el tamaño de la aplicación, puede tardar unos segundos en abrirse. De este modo, el propósito de una Splash Screen es el de hacer de punto intermedio entre nuestro escritorio y la aplicación en cuestión.
¿En que consisten las Splash Screens entonces? Pues son un recurso tan sencillo como un fondo simple -generalmente blanco o del color principal de la aplicación – junto con el logotipo de nuestra aplicación y un breve texto – como el nombre de nuestra aplicación por ejemplo – y ya está.
Seguramente tras la explicación nos suenen un poco más, ya que a pesar de ser un elemento que queda muy descuidado por muchos desarrolladores, existen ejemplos destacados como YouTube, Google Drive o la suite de Microsoft Office para Android.
Evidentemente, este tipo de transiciones es realmente útiles para aplicaciones cuyo tamaño ya requiera que el usuario tenga que esperar, no siendo tan necesario en aplicaciones pequeñas que carguen al instante. Existen ocasiones en las que la primera impresión es la que más importa.
Si eres desarrollador y tu aplicación es de un tamaño considerable, te recomendamos implementar este elemento a las líneas de diseño de tu aplicación, pudiendo aprender más sobre ellas visitando los links expuestos a continuación.