La batalla por hacerse con el Internet de las cosas ha comenzado, y tenemos dos grandes contrincantes metidos que conocemos muy bien: Google y Apple han mostrado un gran interés en el Internet de las Cosas, y están metidos de lleno en ese mercado.
Todo parece indicar que todo se va a conectar a Internet: nuestros electrodomésticos, nuestro termostato, la cerradura de nuestra casa… incluso hay proyectos de crowdfunding con ambientadores inteligentes como meta. Está de moda hacerlo todo «inteligente», el llamado Internet de las Cosas será la tendencia de aquí a no mucho -si no lo es ya-, y no parece que podamos hacer mucho para impedirlo, aunque ya pasen desgracias.
Dos gigantes que conocemos de sobra, la Google que comenzó como un simple buscador, y la Apple que comenzó vendiendo ordenadores hechos a mano, han avanzado una auténtica barbaridad en sólo unos años. Para ambos gigantes el Internet de las Cosas no ha pasado desapercibido, y cada uno tiene un plan a su medida para intentar atacar ese mercado, ¿pero de quién terminará siendo el éxito?
Google y Apple en el Internet de las Cosas: Brillo contra HomeKit
Antes de entrar en la materia, nos toca hablar de la apuesta de cada compañía en el Internet de las Cosas. Para ser exactos, cada fabricante tiene una apuesta en el Internet de las Cosas, cada una con un enfoque diferente:
- Por una parte, la idea de Google es Brillo: un kit de desarrollo para hardware especializado en el Internet de las Cosas, que incluye un sistema operativo basado en Android, servicios clave y una consola de desarrollo. Soporta todo tipo de componentes, y la plataforma incluso nos permite realizar actualizaciones OTA, recibir avisos de fallos, y obtener estadísticas de uso.
- El segundo punto también habla de Google, porque Brillo no está sola en esto del Internet de las Cosas: Weave es otra creación de Google que quiere establecer un estándar de plataforma de comunicaciones en el Internet de las Cosas. Weave está disponible dentro de Brillo, pero también podemos descargar las librerías de compatibilidad para hacer un sistema operativo diferente compatible.
- Por la otra, Apple tiene otra idea con HomeKit: un framework especializado en comunicarse y controlar accesorios en la casa del usuario, con añadidos como que los usuarios puedan agrupar acciones y activarlas utilizando Siri. Los desarrolladores pueden tanto crear acciones para controlar esos dispositivos, o permitir a los usuarios que interactúen con los accesorios compatibles.
Cada sistema tiene su filosofía, aunque la mayor diferencia está clara: mientras que Brillo quiere ser parte de un nuevo ecosistema en el Internet de las cosas (dispositivos con Brillo, comunicaciones con Weave, nuestro teléfono y la nube), HomeKit es un complemento más para el enorme ecosistema de Apple, una de las fortalezas de la compañía de la manzana mordida.
Por ejemplo, podremos usar las bondades de Weave y Brillo en un teléfono iOS si estamos a bordo del barco de Google, pero un dispositivo Android no va a poder aprovechar HomeKit a corto plazo. Apple confía en que su atractivo ecosistema sea suficiente para atraer a los desarrolladores de aplicaciones y componentes, algo que de momento parece funcionar.
La gracia es que HomeKit es un proyecto más avanzado que Brillo, por lo menos a primera vista. Mientras Brillo requiere una invitación de Google para poder trabajar en la plataforma, HomeKit está abierto a cualquier desarrollador de iOS que tenga una aplicación dedicada a la automatización del hogar, y a los fabricantes que quieran hacer accesorios y estén dispuestos a pasar por el proceso de conseguir una licencia «Made For iPhone».
Y todo indica que el sistema de Apple con HomeKit funciona, porque ya existen ejemplos perfectos del buen uso de HomeKit en iOS: desde encender las luces de una habitación con la voz, hasta tener una herramienta como Home que controle por completo todos los accesorios conectados. Algo que, de momento, no tenemos en Android a ese mismo nivel, aunque no nos falten plataformas (hablaremos de ello más adelante).
Project Brillo, el sistema operativo de Google para el Internet de las Cosas
iBeacons contra EddyStone: la batalla por hacerse con los faros
Sin embargo, esta no es la única batalla que Apple y Google mantienen en el campo de conectarnos a cosas poco convencionales, porque existe otro campo en el que también se dan de palos, y en la que no hay tanta competencia como la hay en el Internet de las Cosas.
Estamos hablando de las llamadas balizas o faros, tecnologías por las que nuestros smartphones se conectan a antenas cercanas que nos aportan información útil. Antenas de corto alcance en estadios, museos, tiendas, transporte público… que nos aportan información basada en la localización, utilizando nuestro smartphone como pantalla para ello.
Como antes, nos toca hablar de dos sistemas:
- Apple lleva un tiempo con iBeacon, un sistema que aprovecha el Bluetooth de los dispositivos iOS para aportar esa información. Sigue siendo una exclusiva del ecosistema de Apple, sólo funciona si tenemos un iPhone en nuestras manos, pero lleva funcionando desde 2013.
- Google por fin se ha puesto al día con Eddystone, su propio sistema de balizas hecho en código abierto. Eddystone es capaz de comunicarse con dispositivos iOS y Android (además de navegadores web y aplicaciones que quieran aprovecharlo), aunque con algo menos de integración con el sistema.
La meta de ambos servicios es clara: proporcionar información contextual al usuario, dependiendo de donde esté, a través de su smartphone. Apple partía con ventaja en este campo, una ventaja de 2 años entre los usuarios, pero Google se ha puesto las pilas y ya está llegando, gracias en parte a que los fabricantes de iBeacons ya están actualizando sus antenas para ser compatibles al mismo tiempo con Eddystone.
Eddystone: el proyecto de codigo abierto de Google para Beacons
Internet de las Cosas, una batalla llena de rivales
Volviendo al tema de este artículo, está claro que la información nos va a seguir a todas partes, y que cada vez más cosas de nuestro alrededor se van a volver inteligentes, ya sea porque es algo útil de verdad, ya sea por poder ponerle la etiqueta de inteligente aunque sea inútil. Y, como ya os hemos contado en más de una ocasión, la competencia llega fuerte en este aspecto.
Como podéis comprobar por vosotros mismos, hay muchísimos interesados en jugar en este mercado, pero las grandes empresas tampoco se achantan ante tanta competencia. Google y Apple tienen muchísimas armas con las que apoyar sus propuestas para el IoT, ¿conseguirán lo que se proponen?