Un asesor de Obama, allá por 2008, vino a decir que los votantes ya no se fiaban de los políticos sino de sus conocidos. Muchas veces, nos fiamos tanto del sentir de nuestros amigos, familiares y compañeros de trabajo que llegamos al punto de caer en el error tremendo de que escrutando nuestro entorno podemos llegar a tener unas estimaciones políticas a la altura de los tan mencionados y discutido sondeos de opinión del CIS.
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Hay dos tipos de grupos amigos: los que cada vez que sale la política como tema de conversación se apoderan de ellos los espíritus de Marhuenda e Inda y acaba la charla a grito pelado; o aquellos que tiran de talante.
Sea como sea, en la mayoría de casos, es difícil extrapolar estos ‘microclimas’ de opinión a la realidad. Lo mismo que ocurre con las redes sociales, donde suele ocurrir tres cuartas partes de los mismo.
Nosotros hemos hecho la prueba. En un chat de Telegram hemos colgado en una encuesta anónima -sin ningún tipo de rigor sociológico más que el de incluir la opinión de un grupo con bastantes cierrabares- sobre las elecciones del próximo domingo y el resultado es impepinable a priori: Podemos ganaría con más del 75% de los votos.
Una cuantía suficiente, incluso, para acometer la machacona reforma de la Constitución que esgrimen desde uno y otro bando. Nosotros le hemos querido poner cifras, ¿por qué?: Porque habitualmente los que más se están/estamos pronunciando en nuestras conversaciones tienden a posicionarse del lado de las formaciones de izquierdas.
Este es el punto de partida que hemos escogido para realizar un recorrido por cómo internet puede inducir a equívoco.
Twitter y el campeón del debate. Un ejemplo de política ficción
¿Quién ganó el debate a cuatro celebrado a principios de la campaña electoral? ¿Y el cara a cara entre Pedro Sánchez y Mariano Rajoy? Hubo muchos -incluso periodistas de los que dedican las mañanas a las tertulias televisivas- que esgrimieron, especialmente en el primero de los casos, el sentir de Twitter para defender que Pablo Iglesias se había llevado el gato al agua.
Si uno se conectaba al final del debate sorprendía que en periódicos con una audiencia claramente conservadora, las encuestas que abrieron en el nido del jilguero más conocido de Internet arrojaban una clara victoria del candidato de Podemos.
Por poner un ejemplo y un nombre concreto, ocurrió con la pregunta que se lanzó en el perfil de ABC.es. O_0 ‘Si el ABC dice que Iglesias ganó el debate, la victoria tiene que ser clara’, pensarán muchos. Si a eso, le sumamos hashtags y comentarios en nuestro timeline el veredicto parece ser claro. En este caso, la imagen era bastante clara, algo que, por ejemplo, no ocurrió entre el cara a cara entre Sánchez y Rajoyq que todo parecía estar más dividido.
La estrategia, la población representada y a quién seguimos
Independientemente de si ganó o no, hay que tener varios elementos en cuenta. Uno, la capacidad de mover las redes de cada formación. Una buena campaña, comentarios adecuados, retuits acertados y etiquetas efectivas pueden acabar silenciando o, al menos, restando brillo a las estrategias de otros rivales.
Segundo, Twitter es una plataforma que cuenta con una buena y ecléctica parroquia pero hay sectores y franjas de edad de la población infrarepresentadas. Por último, también hay que mencionar que toda visión que recibamos está directamente en más de relacionado con los perfiles a los que sigamos y las listas de intereses que consultemos.
Política ficción: Lo más mencionado en Facebook no es lo más votado
A raíz de la supercampaña de Obama en 2008, la política multiplicó su interés por las redes sociales como altavoz de sus mensajes. Poco después, Facebook empezó a articular un departamento dedicado a estudiar la relación entre su plataforma y los votantes, así como para ver el éxito y el comportamiento que las distintas formaciones tenían en la red social.
Para quien no lo sepa, el Frente Nacional francés de Marine Le Pen tiene un clon británico. Eurofobo y con actitudes que rozan la xenofobia, en las últimas citas con las urnas en Gran Bretaña el conocido como UKIP ha atraído más atención por lo agresivo de sus discurso.
Durante los meses de campaña, este partido fue el más mencionado entre los usuarios ingleses de Facebook, muy por encima de laboristas y conservadores.
Sin embargo, esto no se tradujo, en absoluto en votos, si no que ni de lejos obtuvo la representación que se podía esperar dado el ruido que había obtenido en Facebook -que a la postre se averiguó que los comentarios eran en su mayor parte negativos- y en Twitter, donde sus campañas tuvieron mucho ruido.
Las posiciones antagónicas hacen más ruido que el centro
Carl Miller, un reputado analista británico especializado en Social Media, tuvo una explicación. «las redes sociales suelen ser un lugar que amplifica mucho los discursos anti-establisment y las propuestas más rompedoras y que tienden a alejarse del centro en posturas antagónicas», aseguró en su momento.
«Ocurrió lo mismo en Facebook con la campaña del ‘Sí’ en el referéndum escocés. Fueron especial activos y efectivos en Internet frente a los partidos que defendían la continuidad en Reino Unido». Sin embargo, las encuestas y el resultado final arrojaron una victoria del ‘no’, resultado que, solo haciendo caso a las estadísticas de redes sociales, pocos podías esperar.
Facebook y el botón ‘Yo voto’: La red social puede influir en tu voto
Sea como sea, Facebook comienza a tener una influencia directa sobre el voto de las personas. No en vano, una investigación del centro Pew sostiene que un usuario que se conecta varias veces al día tiene 2,5 más de probabilidades de asistir a un mitin o reunión política y un 57% más de posibilidades de convencer a alguien sobre su voto.
Una investigación del Centro Pew dice que un usuario que utiliza Facebook varias veces al día tiene 2,5 más de probabilidades de asistir a un mitin o reunión política y un 57% más de posibilidades de convencer a alguien sobre su voto.
En España, donde se cuentan hasta 21 millones de usuarios activos al mes en Facebook, se han dado ciertos paralelismo con lo que explicaba Miller. Podemos, PP, Rajoy e Iglesias, son en ese orden los partidos y los candidatos más mencionados, al principio de la campaña.
Además, estos ‘microecosistemas’ de opinión tienden a compartir otros características más allá de sus opiniones. A continuación podemos ver, cómo son los gustos cinematográficos de los usuarios de Facebook dependiendo de la formación a la que tienen intención de votar mañana:
Después de este colorido dato, volvemos a la influencia de Facebook en el voto. Este domingo muchos de vosotros os encontraréis con un botón ‘Yo he votado’ en vuestro perfil. La intención de la red social es animar y fomentar la participación. No en vano, ya hay estudios (como el realizado por Nature en 2012) que aseguran con este tipo de medidas nuevas personas se pueden animar a votar. Por ejemplo, en EE UU hace cuatro años, el informe estima que 300.000 personas adicionales acudieron a las urnas influídos por ususarios de la red social.
La debacle de Pedro Sánchez: el sondeo de Forocoches le da cero diputados
Al bipartidismo no le va eso de ‘Pillo simio’. Tanto a PSOE como PP se le están complicando plazas tradicionales, fundamentales para la política nacional. Sin embargo, hay en una donde tendrán que sudar la gota gorda: Forocoches.
Y es que en esta inmensa y popular comunidad de internet está repleta de hilos en los que se comentan los últimos sondeos de intención de voto. En cambio, más curiosa resulta la encuesta sobre que papeleta escogerán los participantes de Forocoches el próximo domingo. Si uno solo hace caso, el escrutinio estaría entre dos: Ciudadanos y Podemos.
La imagen que añadimos es del pasado día 14 de diciembre. En ese caso, Podemos se confirmaría como ganador de las elecciones con el 41,23% de los votos y Ciudadanos gobernaría la oposición con más del 37%. El PP sería la tercera fuerza con un raquítico 4,8% de las papeletas y en el PSOE, hasta Pedro Sánchez se quedaría sin escaño, con un 1,23%. Poco más que comentar que otro claro ejemplo de un caso de política ficción en Internet.
Siempre hay una excepción que confirma regla ¿o la destruye?
La conclusión de todo es que, aunque puede ser un buen termómetro, las redes sociales y los foros de internet, así como nuestro entorno en la vida real no son una fiel representación de la sociedad. Las cosas cambian radicalmente de ciudad a ciudad y más cuando comparamos las grandes urbes con ciudades de menor población.
En las europeas y las municipales ningún sondeo acertó con los resultados de Podemos y sus marcas blancas: sin embargo, en internet consiguieron una actividad y visibilidad más acorde con lo que finalmente obtuvieron
Sin embargo, nunca hay que despreciar lo que dice Internet. Al CIS y las encuestas se les ha atragantado las estimaciones de Podemos y las marcas blancas bajo las que concurrieron en municipales. Ocurrió en mayo, cuando casi ningún sondeo acertó el auge de las candidaturas de unidad popular, a pesar de haber copado gran parte del protagonismo en las redes. Más sorpresa fue, en las elecciones europeas de 2014, los 5 eurodiputados obtenidos por la entonces plataforma de Pablo Iglesias.
Una candidatura fraguada en televisión pero que tuvo gran seguimiento y apoyo en plataformas como YouTube, Twitter o Facebook, a pesar de que entonces el CIS auguraba que sudarían la gota gorda para sacar un único diputado.