Aunque la palabra parezca que tiene denotaciones un tanto viejunas, los estigmas están muy presentes a día de hoy. Incluso en el moderno y acelerado mundo de la tecnología. Cuando HTC sorprendió el año pasado en el MWC de 2015 con un proyecto para crear unas gafas -visor, casco o como se os antoje llamarlas- de realidad virtual muchos encogieron los hombros y respondieron con una amarga cucharadita de ricino en forma de escepticismo al anuncio de la taiwanesa, que no atraviesa su mejor momento en el que es el corazón de su negocio: los smartphones.
Un año y un mes largo después, las HTC Vive, creadas con un socio privilegiado en el mundo de los vídeojuegos como Valve, llegarán al mercado. Y en El Androide Libre hemos tenido la oportunidad de probar la versión definitiva que llegará en abril al mercado, a un precio de 899 euros, y que ya se puede reservar en la página de HTC Vive.
HTC Vive, nuestra prueba en vídeo
Después de poder haberlas probado durante un buen rato en la Fira de Gran Via durante el Mobile World Congress he llegado a una conclusión: HTC va en serio con la realidad virtual y tiene materia prima para hacerlo bien.
Además de un hardware logrado, el software está a la altura de lo esperado y tiene un socio clave como Valve que, a buen seguro, ejercerá de dinamizador del contenido para este soporte. Es decir, que a HTC, por mal que lo esté pasando en el mundo de los teléfonos móviles, no se le ha acabado el tarro de la esencias.
Tres experiencias distintas con las HTC Vive
Bien, os resumo brevemente en qué consistió la experiencia. En el stand de HTC, como podéis ver en el vídeo, tenían dispuestos una serie de boxs o sets donde tenían en cada uno de ellos un ordenador y unas Vive conectadas mediante cables. De esta manera, pude disfrutar de un espacio suficiente como para moverme durante las tres experiencias diferentes. La primera de ella consistía en andar sobre la cubierta de un barco hundido en el fondo del mar, entre peces e incluso ver ante mis ojos como se sumergía una enorme ballena. Hemos encontrado en YouTube un vídeo con esta experiencia y os la traemos para que os hagáis una imagen de ella.
La segunda de ellas fue, quizás la más entretenida. Se trataba de un simulador de trabajo, en el que representaba a un trabajador de recursos humanos y tenía que hacer los pasos tipicos de un día en la oficina, desayunar, conectar el ordenador, leer unos emails, prepararme un café, hacer unas fotocopias, firmar tres o cuatro despidos…
La última fue un juego de tipo ‘shooter’. Me encontraba sobre una plataforma y alrededor mío aparecían ovnis a los que tenía que eliminar. Para ello contaba con dos pistolas en cada mano que podía intercambiar por un escudo si percibía posibilidades de ser alcanzado.
La primera de las sensaciones que tuve es que el acabado final que han logrado para esta primera versión comercial es impresionante. Por suerte, he tenido contacto con los otros dos grandes proyectos que quieren conquistar la Realidad Virtual (Oculus y Project Morpheus) y después de probar este tengo la certeza que las HTC Vive son las que mejor logran involucrar al usuario dentro de la experiencia que esta viviendo.
Cámara frontal y sensores de espacio
Una de las cosas que más me llamó la atención fue la cámara frontal de las gafas. Al principio la activé para ver la silueta del técnico remarcada con líneas turquesa. El objetivo no es otro que mezclar lo «real y lo virtual», es decir, que podremos utilizarla para localizar en un momento un vaso de agua, contestar al teléfono o cualquier necesidad durante nuestra partida.
En cuanto empecé a vivir la primera experiencia detecté cuál es una de sus grandes virtudes: la forma de marcar las barreras físicas de mi ‘terreno’ de juego para que no me choque con ninguna pared. Cuando me acercaba a alguno de los laterales automáticamente se dibujaba la pared en líneas turquesas.
Hay dos sensores, que trabajan en vertical y horizontal, que se encargan de detectar y comunicar los límites de la estancia de juego cuando el jugador se acerca
Probé a avanzar hasta chocar para comprobar si las indicaciones eran milimétricas y si. Lo son. Lo son gracias a los dos sensores -trabajan en vertical y horizontal- que se colocan en las dos esquinas del cuadrado de juego que queremos conformar.
Los mandos de HTC Vive son excepcionales
Otro de los elementos que me llamó la atención poderosamente son los controles. Los mandos son, sencillamente, espectaculares. Creo que en esto también está muy por delante de Oculus y, por supuesto, de Project Morpheus de Sony. Lo cierto es que reconocen fielmente los movimientos de la mano y las extremidades y resultan super intuitivos y cómodos a la hora de manejarse con ellos, coger objetos, lanzarlos.
Los mandos de HTC son excepcionales: intuitivos y complementan perfectamente la experiencia
Me sorprendió en el ‘shooter‘ como reconocía perfectamente cada vez que me llevaba la mano a la espalda para cambiar la pistola por el escudo. En definitiva, un complemento que refuerzan y completan la experiencia al usar las Vive.
Los ‘peros’: Precio y cables
Personalmente, el visor me resultó agradable de usar y no note que fuese incómodo ni que me cargase el cuello ni nada por el estilo. Si que fue más incómodo el tema de los cables. Los pisé un par de veces y hubo un momento en el que tuve que detenerme porque un pie corría riesgo de enrollarse con ellos.
Es un mal que aqueja a todos los proyectos -salvando por supuesto a Cardboard, Gear VR, Lakento y demás visores para móviles- y el creador de Oculus lo definió, el asunto de los cables, como «el gran problema de la realidad virtual».
El precio puede parecer elevado, pero personalmente, si partimos de que Oculus cuesta 100 euros menos, a mi me parece lógico. Está un paso por delante de la experiencia que ofrece el visor de la compañía de Facebook e incluye los controles que, como decimos, son muy agradables y prácticos.
El otro debate es el precio general de esta innovación. Quizás acabe ocurriendo como con los móviles y proyectos como Cardboard y Gear VR lleguen a una gran masa de usuarios que quieran experiencias ‘casual’ y HTC Vive, Oculus o Morpheus queden para personas más ‘heavy users’.