Es uno de los comentarios habituales entre todos los que nos dedicamos a escribir y hablar sobre tecnología: muchos avances en la misma, innovaciones en la potencia de los procesadores, en el tamaño en nanómetros para sus transistores… Pero ¿qué pasa con las baterías? ¿Conseguiremos que este elemento tan vital en cualquier gadget logre una autonomía decente? A corto y medio plazo no, aunque las investigaciones avanzan de manera constante.
El principal problema de las baterías es su autonomía, pero no es el único. También está la tendencia explosiva: literalmente, una batería de litio podría explotar si sufre una punción o maltrato extremos. Y no menos importante: los ciclos de carga también toman protagonismo. A pesar de que las baterías de litio supusieron una mejora inmensa con respecto a las de Ni-Mh, se va degradando su capacidad para retener energía con cada ciclo de carga. ¿Hay solución para esto? Parece que sí.
Investigadores descubren la manera de aumentar los ciclos de carga hasta más de 200.000
En la universidad de Irvine, California, se encontraban investigando sobre nuevos componentes para las baterías de litio intercambiando este material por nanocables de oro cuando descubrieron que, cambiando también el líquido de las habituales baterías de litio por gel, las nuevas baterías se recuperaban de las cargas hasta límites virtualmente infinitos. Concretamente, más de 200.000 ciclos de carga.
El experimento arroja mucha esperanza en un campo que no logra evolucionar al mismo nivel que el resto de hardware: las baterías de litio son la principal zancadilla a la verdadera independencia de los gadgets. Y no sólo en los móviles, terreno que nos pilla de cerca, también en los vehículos eléctricos: su principal hándicap es el deterioro de las baterías debido a los ciclos de carga.
Los nanocables de oro utilizados son más finos que el cabello humano y se encuentran suspendidos en un gel electrolítico no combustible (recordemos las pilas de litio explosivas). Durante el experimento, consiguieron recargar las baterías por completo más de 200.000 veces en tres meses sin que se apreciaran pérdidas en la capacidad o daños en los componentes. Para hacernos una idea de la magnitud del descubrimiento, los ciclos de carga habituales de una batería de litio son de unos 7.000.
Un avance enorme que, como siempre, tardará en llegar a nivel de consumo
Este avance es enorme dentro del campo energético: poder almacenar la energía sin que se deteriore el recipiente y manteniendo intacta su capacidad es un gran paso para crear baterías mucho mejores. Por desgracia, el descubrimiento de la universidad de Irvine tardará en llegar, pero siempre es una buena noticia encontrarnos con este tipo de noticias. ¡La batería eterna está cada vez más cerca!
Fuente | ACS Energy Vía | Phone Arena