ARM ha presentado la nueva microarquitectura Cortex A73, sucesora de la A72, y que responde al nombre de Artemis. A lo largo de la presentación se han repetido numerosas veces las palabras «rendimiento sostenido» y es que la compañía cree que esta es una de las asignaturas pendientes de los actuales smartphones, ya que estos sólo son capaces de ofrecer su máximo rendimiento durante unos minutos.
Esto se debe principalmente al calor. A mayor rendimiento mayor calor genera, y para mantener el equilibrio interno, llegada una determinada temperatura, los smartphones deben bajar su rendimiento para poder absorber y disipar el calor. Esto es algo que ocurre especialmente cuando se trabaja con 3D o grabando video 4K, siendo algo que se ha hecho especialmente patente en las últimas generaciones de smartphones.
Un mayor rendimiento en menor espacio
La nueva arquitectura Cortex A73, es capaz de ofrecer un rendimiento un 30% mayor que sus antecesoras, alcanzando velocidades de reloj de hasta 2,8 GHz, pero esto lo hace con una mejor optimización para terminales móviles, logrando también una eficiencia energética hasta un 30% mayor. Además, nos encontramos ante los núcleos más pequeños hasta el momento, situándose por debajo de los 0,67 mm2.
Mantiene un diseño de 64 bits similar al del Cortex A17. Sin embargo incluye algunas sorpresas, y es que en vez de mantener o ampliar el ancho del A72, han dado un paso atrás a un ancho similar al de la familia Sofia. De esta forma el A73 se posiciona como unos núcleos con mayor rendimiento pero con menor consumo que los A-72.
Además del Cortex A73, ARM presenta la nueva Mali-G71
ARM no sólo ha volcado sus esfuerzos en mejorar la microarquitectura de CPU, también ha rediseñado la GPU Mali basándola en una arquitectura denominada Bifrost. Dicha arquitectura mejora la anterior generación con una mayor eficiencia y 1,5 veces mayor potencia añadiendo soporte para coherencia completa con el sistema. O lo que es lo mismo: la nueva GPU Mali-G71 accede en igualdad de condiciones a los datos cacheados sin necesidad de esperar a la CPU.
Esta nueva arquitectura Bifrost reduce la cantidad de veces que la GPU ha de acceder a la memoria para leer y escribir los datos. Además, y gracias al nuevo sistema «QUAD Vectorization», la Mali-G71 también reduce el número de ciclos para llevar a cabo la vectorización, proceso constante en la renderización de gráficos y su movimiento. ARM ha optimizado notablemente la ejecución de instrucciones con la nueva arquitectura Bifrost dando un aslto cualitativo enorme para sus GPUs.
Solucionar el calentamiento, un avance clave
Si los fabricantes quieren seguir apostando por terminales más delgados y compactos, es necesario que se solucionen los problemas de eficiencia energética que llevan a un excesivo calentamiento, y hacerlo es posible, como ha demostrado Huawei con su Kirin 950. Y parece que también ha sido el principal objetivo de ARM con su nueva arquitectura.
Vía Anandtech 1 y 2