Las nuevas tarifas ilimitadas de Estados Unidos están de actualidad, pero tienen truco. En comparación, son similares a una tarifa normal española.
Qué revuelo están causando las operadoras móviles en Estados Unidos. Primero Verizon y luego el resto de la competencia: T-Mobile, Sprint y AT&T, todas con un nombre que atrae y guarda mucha letra pequeña. Tarifas de datos ilimitadas que, sin embargo, solo ofrecen una cierta cantidad de esos datos a velocidad aceptable; después se reduce para «evitar molestias en el ancho de banda» sin que se concrete la velocidad de reducción. Vamos, algo similar a lo que hace años tenemos en España.
Tarifas ilimitadas que, en la práctica, esconden demasiada letra pequeña
Estados Unidos no es de los países donde tradicionalmente haya sido más barato navegar con el móvil. Tarifas de datos caras y escuetas GB mensuales, penalización del tethering… Ahora la competencia es más agresiva, algo de lo que se beneficiarán los usuarios. Aun así, las limitaciones siguen siendo notorias.
No se declara la velocidad a la que se reducirá una vez consumido el bono de datos realmente ilimitado
Todas (menos Sprint) tienen un límite máximo para la descarga a máxima velocidad: 22 GB. La mayor parte permite el tethering excepto AT&T, marcando 10 GB mensuales a máxima velocidad (después limitada). Se hace especial hincapié en que bajará la velocidad una vez terminado el periodo de los 22 GB. Y todas monitorizan a sus usuarios para aplicar los límites establecidos en el contrato. Los precios son, de media, el doble de lo que podemos encontrar en España.
Pongamos como ejemplo una tarifa de 25 GB, la más barata de la que tenemos en España: la Sinfín de Yoigo. Polémicas aparte, vamos a enfrentarla en precio con sus homólogas estadounidenses, siempre para contratos de una sola línea. La tarifa de Yoigo también es ilimitada: reduce su velocidad a 128 kbps.
Los precios dicen mucho de la evolución que han marcado las OMV: la elevada competencia en España consiguió que el GB mensual bajase con creces. Aunque eso fue después de que se popularizara el smartphone, porque yo he tenido verdaderas tarifas ilimitadas. Sin límite de descarga, de velocidad y sin ningún impedimento al tethering.
Cuéntame cómo pasó y por qué dejaron de existir las tarifas ilimitadas
Bueno, en realidad no dejaron de existir: como ya he dejado caer en el título, las tarifas españolas también son ilimitadas. Al menos aquellas que ofertan las principales operadoras: cuando llegan a la cantidad en GB contratados desciende la velocidad, pero no cobran más por el exceso de datos. Eso sí, la diferencia de velocidad consigue que apenas se puedan utilizar más que para consultar el correo, redes sociales y poco más.
Las tarifas españolas son ilimitadas en datos, pero la reducción de velocidad las hace poco utilizables
22 GB a máxima velocidad es una cantidad enorme de datos para lo que hacemos actualmente en un smartphone, pero va a quedarse corto en cuanto todos utilicemos el dispositivo para consumo mayoritario de vídeo. Y hay otro problema más del que no se habla demasiado: las operadoras móviles no se esconden a la hora de monitorizar qué hace su cliente con los datos que contrató. Investigan el tethering, la resolución del vídeo, vigilan que no haya excesos en la red… Excesivo control que redunda en una más que sospechosa falta de privacidad.
Recuerdo perfectamente la época en la que habían tarifas verdaderamente ilimitadas en España. Sin gasto máximo de consumo, sin límites de velocidad y, sobre todo, sin que se investigara y penalizara el compartir la conexión. Antes de tener mi primer Android ya usaba una ilimitada de Vodafone. Incluso llegué a sustituir mi ADSL corriente las veces que me cambié de operador. Aquello eran buenos tiempos; que no tardaron en recortarse.
Las tarifas ilimitadas son un foco de abuso, pero cada persona debería tener derecho a hacer lo que quiera con sus datos
Las tarifas ilimitadas dejaron de existir porque se abusaba de ellas y muchos utilizaban esa conexión como doméstica. Esta es la causa oficial, pero no la única: las tarifas dejaron de ser ilimitadas cuando las operadoras lograron «colocar» el contrato de datos. Nadie tenía smartphone y no sabían cómo rentabilizar las redes que habían instalado. En el momento que Android y iOS triunfaron debido al éxito de WhatsApp y redes sociales, la gran mayoría de personas necesitó nuevos contratos. Ley de oferta y demanda.
Que se vuelva a hablar de las tarifas ilimitadas de verdad, las que no cortan velocidad ni ponen límites, nos interesa, incluso aunque quede lejos. Al fin y al cabo, todas las compañías se fijan en la competencia. Los GB han bajado una barbaridad, especialmente en OMVs. Y estoy convencido de que pronto volverá la despreocupación por lo que nos queda por consumir.