El NFC es práctico para identificar dispositivos, pero los campos electromagnéticos quieren robarle ese puesto a la tecnología de transmisión.
El uso principal del NFC es el de emparejar dispositivos. Se ha convertido en una forma muy rápida y sencilla de conectar dispositivos por Bluetooth o WiFi Direct. No es una buena forma de transferir datos, pero sí es una buena forma de iniciar ese contacto. De hacer que los dispositivos se entiendan entre ellos.
Sin embargo, puede que al NFC le queden cuatro telediarios. Nuestros dispositivos podrían captar la huella electromagnética que desprende cada dispositivo cuando está encendido, y usar esta huella para identificar al dispositivo. Lo mejor es que un equipo universitario lo ha conseguido, usando un Moto G 2013 modificado con software y hardware personalizado.
Un Moto G capaz de leer campos electromagnéticos
La primera parte del experimento es abrir esta posibilidad. Para ello, un grupo de la Universidad Carnegie Mellon modificó un Moto G de 2013 con piezas y código personalizado para la ocasión. Una vez el teléfono está preparado para leer campos electromagnéticos, el equipo ha utilizado machine learning para clasificar cada campo magnético.
Con todo esto, el Moto G es capaz de reconocer dispositivos sólo por la huella que deja su campo electromagnético. El teléfono sólo tiene que tocar el dispositivo para reconocer qué está en contacto. Y no sólo hablamos de dispositivos grandes y potentes, como una televisión o un router inalámbrico. Este sistema también sería capaz de reconocer objetos como un Chromecast, una bombilla o una cerradura conectada.
Los creadores de esta idea creen que un posible uso de esta tecnología sería sustituir al NFC. Por ejemplo, que la aplicación del termostato se abra si acercamos el teléfono al termostato. O que nos de la posibilidad de imprimir al acercar el teléfono a una impresora. Y la gracia sería que los dispositivos no tendrían que ser compatibles con el sistema. El único que tiene que reconocer quién es quién sería el teléfono.
El director del grupo responsable, Chris Harrison, cree que falta al menos un año para que el sistema se pueda comercializar. Teniendo en cuenta que otros grupos de desarrollo grandes, como Disney Research, están también tras esta tecnología, parece viable que la veamos en poco tiempo.