Hace unas semanas hubo una polémica con algunas unidades de la BlackBerry KeyOne a las que se le desprendía la pantalla. Parece haberse solucionado, pero hay un «pero» en el camino.
Muchos de nosotros conocemos la (triste) historia de BlackBerry, la empresa canadiense líder en telefonía tiempo otrora. Tras abandonar sus viejos dispositivos y aventurarse en el mundo de Android (quizás demasiado tarde) ha sacado diversos dispositivos que no han cuajado del todo, como la BlackBerry KeyOne o la BlackBerry Priv. Dispositivos con un claro reclamo: que siguen usando teclado físico. Y de la KeyOne es de la cual hablaremos porque, si lo recordáis, hubo un problema con muchas unidades. Y es que tenían el «pequeño» inconveniente de que se les desprendía la pantalla del cuerpo del terminal. Sí, así es.
Tras una polémica de diversa extensión, sabemos que la firma canadiense se ha puesto las pilas y ha solucionado el problema en nuevas unidades. Y muchos diréis: ¡qué bien! ¡Ahora podré comprarme mi KeyOne sin problemas! Como diría cierto meme, «vamo a calmarno». Para desgracia de los fans de la empresa, este problema persiste en las unidades antiguas que no se han retirado. Aunque toca hablar un poco de lo que ocurre, por lo que coged palomitas, la historia tiene miga.
Más adhesivo en las BlackBerry KeyOne
¿En qué consiste este problema? Bien, como pudimos ver en el vídeo de JerryRigEverything del post de arriba (el cuál recomiendo que veáis) el problema radicaba en la pantalla. Al tener el teclado físico ocupando la segunda parte del dispositivo, la pantalla va pegada al cuerpo y… bueno, esta se despegaba. Así como lo estáis leyendo. Según diversos medios y foros, varios usuarios reportaron que tras una leve caída, la pantalla se salía de su lugar como si no estuviera pegada a nada. Teniendo en cuenta el elevado precio de este terminal, el enfado no tardó en sucederse.
La solución ha sido simple: se ha añadido más adhesivo a la parte donde va ubicada la pantalla de manera que no se salga. Según un comunicado que encontraréis en inglés en los foros de Crackberry, esta medida se ha probado para que una simple caída no provoque de nuevo el problema. Os dejamos traducidas las palabras de un representante oficial de BlackBerry al respecto:
«Como ya hemos visto en la prueba de durabilidad de Kevin, la BlackBerry KeyOne ha sido diseñada para ofrecer una experiencia de teléfono inteligente, diferente y altamente duradera que puede cumplir con el uso diario normal.
En un esfuerzo adicional para asegurar que todos nuestros clientes y fans de BlackBerry Mobile tengan una experiencia excepcional, estamos implementando medidas adicionales que añaden aún más fuerza y adhesivo a la pantalla de la BlackBerry KeyOne. Estas nuevas medidas ya están siendo implementadas en los nuevos KeyOne y están empezando a afectar a nuestros inventarios de minoristas y portadores, y seguirán entrando en stock durante todo el verano. Si ya has comprado la BlackBerry KeyOne, estás totalmente cubierto por la garantía de nuestro fabricante, por lo que si surge algún problema, ponte en contacto con nosotros y te podremos ayudar con un reemplazo de garantía si es necesario.»
El que BlackBerry esté pendiente del asunto y además dé facilidades es una buena noticia. Pero en la nota sacamos un factor que preocupa y que ya ha sido comentado en distintos foros. Especifica que las nuevas unidades de la BlackBerry KeyOne que salgan al mercado tendrán este problema resuelto, pero no habla de las viejas unidades que siguen vendiéndose todavía. No se ha hablado nada de reponer stock o de retirar la última remesa, por lo que el riesgo es claro: es posible que si compras una KeyOne tu pantalla sufra el problema del escaso adhesivo.
Lo peor de todo es que es bastante difícil diferenciar a una KeyOne afectada de otra nueva. La fecha en la que se «resolvió» el problema es desconocida, por lo que la pegatina que indica la fabricación no vale para nada. El hecho de que te gastes bastante dinero en un dispositivo y que juegues a la ruleta rusa con él es, cuanto menos, reprochable. Y quisiera hacer una pequeña reflexión que si bien no va a hacer daño, creo que precede en estos instantes.
BlackBerry… ¿qué te ocurre?
Siempre le he tenido mucho respeto a BlackBerry. Su idea de pequeños dispositivos con teclado físico me parecía fascinante y diferente. Era una alternativa a los mismos dispositivos de siempre. Y gracias a unas buenas tácticas comerciales supo hacerse un lugar más que privilegiado en la telefonía móvil. El problema llegó cuando Android y iOS le comieron el terreno: la firma canadiense cometió exactamente el mismo error que Nokia, no saber cómo caerse del trono.
BlackBerry falló al igual que Nokia en no saber tratar la llegada de Android
Desde entonces, no han dado más que palos de ciego. Si bien su sistema BlackBerry 10 no era malo en absoluto, el problema radicaba en su estrategia comercial totalmente ilógica. Dispositivos «normalitos» con un precio desorbitado y cuyo único atractivo era el mantenimiento del teclado físico. Tenemos el perfecto ejemplo de la BlackBerry Priv, un dispositivo del que incluso se dijo esta demoledora frase: «no se la deseo ni a mi peor enemigo.»
Además de no ser ni mucho menos un dispositivo merecedor de los 600 euros que vale, la KeyOne no sólo ha demostrado conservar la misma vía, sino que además parece ser que no se ha tratado con el mimo que debiera. Si vas a hacer un dispositivo en el que la pantalla se sujete, ¿por qué no pones adhesivo? O incluso mejor. ¿Por qué no la atornillas? ¿En serio haces un teléfono que pasa por diversos test de calidad cuya pantalla se te caiga al mínimo golpe? ¿Y valiendo 600 euros?
Lejos de compartir mi opinión sobre la KeyOne en especial, diré que BlackBerry me ha defraudado, y mucho. Realmente esto no es un ataque, sino una crítica. Quiero que a esta firma le vaya bien, se lo merece, y me ha dado muchos motivos para maravillarme por la tecnología en mis tiempos mozos. Pero cuando alguien hace las cosas mal, no está de más alguna que otra colleja. Y espero realmente que BlackBerry sepa adaptarse a los tiempos modernos y no se congele entre las grietas de su gloria pasada.