El problema de las baterías incendiadas sigue pesando en la reputación de Samsung. A escasas semanas del lanzamiento del Note 8 el fabricante libera un completo informe elaborado por el MIT.

Es hablar de la gama Samsung Galaxy Note para que salten chistes de móviles explosivos. No es para menos: el Note 7 supuso un enorme fracaso para la empresa y una pérdida de reputación que aún no ha recuperado por completo. De ahí que Samsung haya dado la vuelta a su proceso de fabricación para avalar la seguridad de sus baterías. Incluso le ha pedido ayuda al MIT.

El instituto tecnológico de Massachussets, sede de la mejor ingeniería del mundo, se ha adentrado en las entrañas de las fábricas de Samsung para elaborar un completísimo informe del estado actual de los procesos, tanto de fabricación como de las garantías de seguridad. El resultado es un PDF de 10 páginas con todo tipo de análisis, resultados y gráficas que arrojan luz sobre el intrincado proceso de elaboración de baterías. Vale la pena leerlo.

Samsung quiere certificar que sus baterías son seguras

Esa es la principal intención del estudio encargado al MIT: no es independiente, por lo que tampoco podemos considerarlo imparcial al 100 %. En las 10 páginas leemos tanto los hechos que desencadenaron el desastre del Samsung Galaxy Note 7 como los pasos asumidos por la empresa para evitar sucesos similares en un futuro. La famosa comprobación de seguridad de 8 puntos para las baterías arroja niveles muy altos de confianza para los nuevos productos. El Samsung Galaxy Note 8 depende de ellos.

Uno de los puntos clave en el proceso de certificación que avala la seguridad de las baterías es el que se lleva a cabo con las unidades fabricadas. Samsung ha ampliado la muestra a 100 000 baterías de entre las millones de ellas que salen de sus fábricas cada mes. De hecho el hincapié en las pruebas y testeos ha sido importante tras el incidente del Samsung Galaxy Note 7.

Entre las pruebas realizadas a las baterías se encuentran las de estrés, unas de las más importantes. De cada lote de baterías (entre 10 000 y 15 000 unidades) Samsung elige una muestra para someterla a descargas y cargas sucesivas además de a otros tests destructivos. Si se encuentra un solo error el lote completo vuelve a la fábrica.

En el documento el MIT da un paseo pormenorizado por la fabricación y comprobación del componente vital de cualquier smartphone. Según Samsung no es el más caro de todos los que se integran en el móvil, pero sí el más peligroso. La empresa dedica un equipo de más de 100 ingenieros a la tarea de comprobación en 8 puntos. No hay duda que el Galaxy Note 7 no solo le acarreó una pérdida de confianza entre sus clientes, también un gasto extra en todo lo que rodea a las baterías. Por extensión también se ha ganado en seguridad, algo que redunda en nuestro beneficio.

Descarga el informe completo del MIT

El PDF es muy interesante, aunque no 100 % imparcial. Al menos en apariencia, claro, no tenemos acceso a las fábricas de baterías de Samsung. Está escrito en inglés y detalla una buena cantidad de los entresijos de la fabricación estos componentes. Más peligrosos de lo que parecen, sobre todo si no son tratados con la máxima seguridad.