La telefonía móvil tuvo su origen en Estados Unidos, donde Motorola era la empresa de móviles por excelencia. Durante la última década del siglo pasado empresas de uno y otro lado del Atlántico compitieron entre sí por ofrecer productos llamativos y útiles.
Marcas como Siemens, Phillips, Nokia o Ericsson rivalizaban con la propia Motorola. La finlandesa Nokia llegó a ser la número uno a nivel mundial, con presencia en prácticamente todo el globo. O al menos en todos los países donde los móviles eran relevantes.
Peso eso cambió. Los smartphones introdujeron una nueva etapa a la que Nokia no supo adaptarse lo suficientemente rápido y es por eso que otras marcas como Apple le tomaron el relevo.
Junto a la de Cupertino empezaron a salir muchas otras desde oriente. La primera remesa eran las coreanas Samsung y LG e incluso las japonesas Sharp y Sony. Pero desde hace unos años ha sido China la que protagoniza los rankings de mayores fabricantes de móviles.
La importancia de las patentes
Pese a que Nokia ha vuelto a los escenarios con nuevos smartphones de la mano de HMD su principal elemento diferenciador radica en las patentes que tiene en su poder.
Empresas mucho más recientes como Xiaomi necesitan de esa experiencia para poder luchar en igualdad de condiciones con otras firmas mucho más consolidadas.
Ahora es Huawei la que ha pagado una suma que no se ha hecho pública para poder acceder a las patentes de la marca finlandesa. El acuerdo es confidencial y se espera que el importe se plasme en los beneficios de la compañía del cuarto trimestre de 2017.
No se ha especificado si el acuerdo también posibilitará a Nokia hacer uso de las patentes de Huawei o de si habrá algún tipo de colaboración entre ambas.