Buscar un vídeo musical o una canción, darle al play y escucharla. Hay veces que con algún anuncio de por medio, pero así es nuestra realidad: la música no solo se ha popularizado, también resulta tremendamente barata. Tanto, que es posible escuchar nuestras canciones sin abonar un céntimo.
El usuario no paga por las canciones que escucha a cambio de ser molestado por la publicidad. O puede tener un acceso premium a varios millones de canciones por un módico precio que suele situarse en torno a los 10 euros cada mes. Esto hace que cada canción nos cueste un precio irrisorio, de ahí que le llegue a cada artista una cantidad ínfima por cada reproducción.
No todos los servicios pagan lo mismo al artista cada vez que escuchamos su canción. Algunos superan los 0,010 dólares por cada reproducción musical y otros descienden hasta los 0,0007 céntimos de dólar. Algo en lo que sí se equiparan es en el de las pérdidas: ningún servicio de streaming musical es rentable hoy día.
Millones de usuarios, precios cada vez más baratos y unas contraprestaciones ridículas para los artistas
Como en todo negocio que atañe a cientos de miles de personas, el del streaming de música resulta demasiado desigual. Mientras hay artistas que sacan tajada gracias a acumular millones de reproducciones, otros deben conformarse con unas migajas que no compensan el esfuerzo de apostar por las plataformas digitales. Por más que exista un amplísimo catálogo de música al final tienden a escucharse de manera mayoritaria los grandes éxitos.
Spotify salió a bolsa el 4 de abril jugando un buen papel en los primeros momentos: subió un 25 % pese a los augurios de timidez. Aprovechando esta salida, desde Information is beautiful nos llega una espectacular infografía plagada de datos interesantes en torno al negocio del streaming musical. Se encuentran los grandes jugadores de dicho negocio y muestra las enormes desigualdades entre pago a los artistas y el número de usuarios. YouTube se lleva el primer premio.
Quizá no pueda considerarse a YouTube como un servicio de streaming musical al uso, pero es el más elegido a nivel mundial para escuchar música. El portal ofrece suscripción mensual en Estados Unidos y se espera que esta se expanda en el futuro inmediato a otros mercados. Donde sí operan compañías como Spotify, Deezer, Google Play Music o Apple Music.
Cuantos más millones de usuarios tienes menos pagas a los artistas
Esta sentencia, pese a que resulte casi lapidaria, también es lógica: compañías como Napster o Tidal necesitan que los artistas se queden para así mantener su negocio. Youtube ofrece una ridiculez por cada reproducción de un vídeo musical. Aunque claro, hay artistas que consiguen millones de esas reproducciones; además de obtener beneficios de publicidad.
Estas son las cantidades que las distintas compañías de streaming pagan a los artistas musicales. Están ordenadas de menor cantidad a mayor.
- YouTube. 0,0007 dólares para una audiencia estimada de 1000 millones de usuarios.
- Pandora. 0,0013 dólares para 81 millones de usuarios a nivel mundial.
- Amazon. 0,0040 dólares con 20 millones de usuarios estimados.
- Spotify. 0,0044 dólares y una audiencia de 159 millones de usuarios (se cuentan los usuarios de cada plan familiar por separado).
- Deezer. 0,0064 dólares y 16 millones de usuarios mundiales.
- Google Play Music. 0,0068 dólares y 10 millones de usuarios.
- Apple Music. 0,0074 dólares con una audiencia de 36 millones de usuarios.
- Tidal. 0,0125 dólares y la cantidad más pequeña de usuarios: 4 millones.
- Napster. 0,0190 dólares y solo superando a Napster en usuarios con 5 millones.
Como decíamos, todos los servicios de streaming tienen pérdidas; aunque en algunos no resulta posible acceder a los datos. Hay que tener en cuenta que el precio que pagan a los usuarios no es el mismo cuando estos son gratuitos que cuando están pagando el servicio premium. Además, y como ya comentábamos en 2016, cada discográfica negocia los precios por artista dependiendo del país. Los costes reflejados en la infografía son genéricos y a nivel estimado, pero sirven para hacer una referencia de lo duro que es dedicarse a la música poniendo los discos en las plataformas de streaming.
Spotify pierde 2,68 dólares al año por cada usuario y aún no se sabe cómo será rentable
Parece absurdo que una compañía pierda dinero y, pese a todo, se revalorice en su salida a bolsa, pero así está ocurriendo con Spotify (y con otras muchas tecnológicas). La mayor parte de los usuarios de la plataforma no abonan un céntimo por el servicio, un 55 % del total. El 45 % restante tampoco abona los 10 euros mensuales de manera genérica ya que son muchos los usuarios que comparten tarifa familiar, otra de las grandes heridas por las que se esfuma el dinero en Spotify y resto de plataformas de streaming similares.
Aun así la supervivencia de Spotify está garantizada. Se escucha más música que nunca, a esta se accede de manera mucho más simple y el streaming no solo es el presente, también el futuro. Lo que habrá que ver es si los artistas más pequeños sobreviven con su trabajo más allá de hacer negocio con los conciertos. Este es el verdadero generador de ingresos para los artistas, al final utilizan las plataformas de streaming solo como promoción.