En los últimos años se ha estado hablando de una posible salida a bolsa de Xiaomi para aumentar la inversión en la firma y conseguir fondos para poder financiar su expansión internacional.
Esta expansión lleva muchos años en parcha pero ha sido especialmente significativa en 2017 por la llegada de la empresa a Europa, primero a Grecia y luego, de forma más notoria, a España.
El 9 de julio era el día elegido por la compañía para empezar a operar en la bolsa de Hong Kong, la elegida para ser la que gestionara las acciones de la joven empresa.
Una arranque correcto pero algo frío
Tras haber barajado un precio por acción de entre 17 y 22 dólares de Hong Kong la compañía optó por el mínimo y se abrió a inversiones a 17 dólares de Hong Kong la acción. En el mismo día del evento el precio cayó hasta los 16.60, el equivalente a 2.12 dólares estadounidenses. Al cierre de la jornada el precio era de 16.98 dólares por lo que la valoración de la empresa prácticamente se ha mantenido como en el lanzamiento.
La valoración global de la compañía es de 54 000 millones de dólares estadounidenses, dentro del margen de lo esperado pero lejos de los 100 000 millones de los que se llego a hablar hace unos meses.
La salida a bolsa ha granjeado a la compañía con unos 4 000 millones de inversión, que podrá usar para expandirse y crecer, algo que ahora es más importante que nunca ya que tendrá que dar cuenta a sus accionistas.
Lo que Xiaomi dice que es y lo que creen los inversores
Tanto en la carta abierta de Lei Jun publicada en el blog de Xiaomi como en los comentarios de los directivos se hace hincapié en que Xiaomi es una empresas de internet, no de hardware. Es cierto que la empresa siempre ha considerado a los smartphones como una mera herramienta para expandir sus productos virtuales pero también lo es que, fuera de China, Xiaomi es una marca de hardware para el consumidor final.
Además, los inversores ven cómo el grueso de las ventas y del crecimiento de Xiaomi se da en la gama media y gama baja del sector que es la que menos beneficios genera, motivo por el cual la acogida de la salida abolsa ha sido más tibia de lo esperado.
No es de extrañar que los potenciales compradores de acciones vieran con reticencia el anuncio de la firma de que no ganarían más de un 5% vendiendo móviles, algo llamativo para los clientes pero no para los accionistas.
El futuro de Xiaomi
A partir de ahora Xiaomi se debe no sólo a sus fundadores o a sus clientes sino también a sus accionistas y es posible que veamos algunos cambios.
Pese a eso sería extraño ver un giro radical en una compañía que se ha erigido en lo que es con un fortísimo apoyo de su comunidad y estamos seguros de que eso es uno de los activos más valiosos de la empresa.
2018 será un año muy relevante, donde veremos la consolidación de la empresa en mercados como Italia o Francia además de España. En 2019 se mantienen los planes de aterrizaje en Estados Unidos pero con la nueva guerra comercial entre Pekín y Washington esto aún ha de ser estudiado muy a fondo.