El DRM (Digital Rights Management) es uno de los aspectos más polémicos de cualquier software o hardware; en la mayoría de los casos, cuando hablamos de DRM queremos decir «protección anticopia», y suele ser aplicado a programas o juegos. Pero esa no es su única utilidad.
Qué es el DRM y cómo te afecta
Al fin y al cabo, el DRM no son más que herramientas usadas por las compañías para asegurarse de que no se vulneran sus derechos. Y pueden ser aplicadadas, y son aplicadas, a todo tipo de productos. No nos damos cuenta, pero prácticamente todo lo que usamos a diario tiene DRM; sólo se convierten en un problema cuando afectan al uso normal que le damos a los productos que compramos.
El ejemplo más compartido es el del DRM aplicado a videojuegos. Agunas herramientas DRM como Denuvo se instalan al mismo tiempo que el juego y controlan que no hagamos copias piratas; pero al mismo tiempo pueden provocar ralentizaciones, problemas de compatibilidad o incluso no dejarnos jugar, por ejemplo, si no tenemos conexión a Internet.
El DRM en el móvil, ¿cómo nos afecta?
Pero el DRM es algo más que programas contra la piratería. También se aplica a otras piezas de software y firmware, incluso a hardware; y todo con el mismo propósito: impedir que el usuario acceda a lo que no debería, según la empresa, claro. No solo para bloquear la piratería, sino también para obtener un mayor control sobre la plataforma y el producto.
Por ejemplo, pongamos que quieres cambiar la pantalla de tu móvil porque se ha roto; ya has comprado un reemplazo y la has instalado, pero no se enciende. Es posible que el fabricante haya implementado código que detecta si el componente es original, y bloquea su uso si no lo es; esa sería una implementación del DRM con el fin de controlar el producto vendido.
De esta forma, se asegura de que sólo el servicio técnico oficial puede arreglar sus productos. El objetivo es que todas las unidades de un producto se mantengan en las especificaciones originales. Oficialmente es para «garantizar la mejor experiencia»; pero también es por la garantía y sobre todo, para asegurar que los usuarios acuden a su servicio técnico.
¿Podemos hackear el DRM de manera legal?
El DRM es, por lo tanto, completamente contrario al llamado «derecho a reparar»; los usuarios deberían ser capaces de modificar y reparar sus propios dispositivos, ya que para eso los han pagado. Sin embargo, en la actualidad el mercado y las leyes están completamente dominados por los intereses de los grandes fabricantes.
Cuando compras algo, es tuyo. Eso es lo que hemos aprendido desde pequeñajos, pero la realidad es más complicada. Cuando compras una app, no es tuya; sólo recibes permiso para usarla, un permiso que puedes perder y que no se extiende a modificarla para tus intereses.
Cuando compras un móvil, es tuyo; excepto que estás seriamente limitado a lo que puedes hacer con él. Nada te impide intentar cambiar la pantalla de tu móvil, por supuesto; la policía no entrará en tu casa pistola en ristre. Modificar tu móvil es legal. Lo que no lo es es tomar algunos de los pasos necesarios para realizar esa modificación.
Por ejemplo, está prohibido saltarse el DRM que proteja los componentes de tu móvil. En la Unión Europea, el DRM está protegido bajo la «Directiva de la Unión Europea sobre derecho de autor». Este texto de 2001 persigue los métodos para saltarse las medidas que los fabricantes imponen para evitar la copia de su tecnología.
Una ley antigua que no está adaptada a los smartphones
En su día, esto significaba que se podían cerrar páginas que compartían «cracks» para piratear programas y juegos; pero en la actualidad, también significa que no podemos saltarnos la protección DRM de nuestros dispositivos. El texto fue escrito cuando los «smartphones» eran una idea futurista; y no especifica que el DRM sea exclusivamente para proteger el software, sólo los derechos de las compañías en general.
Aunque la directiva va a ser actualizada dentro de poco, no hay visos de que vaya a cambiar nada sobre el DRM; si acaso, lo dificultará aún más gracias al polémico Artículo 13, que obligará a filtrar todo el contenido que se sube a las páginas web para bloquear posible contenido pirata. Los críticos apuntan a que con estos filtros sería posible censurar contenido de manera sencilla y rápida.
Por lo tanto, será más difícil compartir herramientas o utilidades para saltarse la protección de los móviles. La nueva directiva aún no ha sido aprobada, pero ha conseguido pasar los trámites previos sin problemas.
En EEUU el derecho a reparar toma fuerza
Al otro lado del charco la cosa es diferente. Hace pocas horas hemos sabido que la Oficina de Copyright estadounidense ha propuesto nuevas reglas que permitirán a los usuarios hackear sus propios dispositivos.
El texto implementará una excepción al DRM, por el cual los compradores tendrán libertad para modificar sus dispositivos; la medida afectará tanto a smartphones como a otros dispositivos. Hasta permitirá modificar coches y tractores incluso aunque el fabricante implemente medidas para evitarlo.
La medida es todo un espaldarazo al «derecho a reparar», que ha cobrado mucha fuerza en los últimos meses. Pese a la presión de fabricantes como Apple, algunos estados ya están planteándose incorporar medidas que les obliguen a facilitar la reparación, o al menos a no estorbarla.