Cada cierto tiempo hay una tecnología que es usada por los fabricantes y compañías de telecomunicaciones como un reclamo para poder ganar clientes y vender más productos. Algunas tienen éxito y otras pasan muy desapercibidas. El año pasado vimos una inundación de dispositivos con «inteligencia artificial» pero sin duda 2019 es el año del 5G. No, no porque vayamos a usar sus redes (al menos de forma normal) sino porque todas las empresas importantes están hablando de él, de su importancia, de lo que supondrá en nuestros hábitos.
La realidad es que eso es cierto, pero quizás haya que poner un poco de distancia y ver por qué el 5G será relevante, antes de lo que creemos, pero no de la forma en la que muchos piensan.
5G será más veloz, pero no será eso lo importante
El 4G supuso un cambio en la forma en la que hacíamos algunas cosas debido al incremento de velocidad. El 5G será más rápido que su antecesor, como es lógico, pero lo más relevante no será eso.
Uno de los mayores cambios que veremos es la cantidad de aparatos que podremos conectar sin problemas a una misma antena 5G. Huawei ha explicado que su tecnología permite pasar de 60 dispositivos a más de 240.
Esto es importante dado que muchos dispositivos que ahora no usan comunicación inalámbrica lo acabarán haciendo. Para ello es también clave la disminución de la latencia, que permitirá por ejemplo usar aparatos de realidad aumentada y virtual sin que provoquen mareo, algo que también será posible con el nuevo Wifi 6.
La realidad es que al inicio el 5G será importante de forma menos visible que el 4G. Durante unos años quizás no tengamos móviles con 5G de forma masiva pero cada vez más aparatos se conectaran a estas redes y más operadoras desplegarán antenas compatibles.
La implementación será mucho más rápida que en el 4G
Cristiano Amon, directivo de Qualcomm, explicó en un evento de Xiaomi que cuando el 4G se lanzó comercialmente sólo habría dos operadoras compatibles. Con el 5G habrá diez veces más, lo que implica que su expansión será mucho más rápida que la que hemos vivido con el 4G. Podríamos pensar que queda mucho para poder probar las redes 5G pero no es así.
Esto es en parte gracias a tecnología como la que ha creado Huawei, que ha fabricado antenas que ocupan un tercio del espacio que las que se requieren para el 4G y que pueden ser añadidas a estas para dotar a una antena 4G de conectividad 5G. Además estos nuevos aparatos se pueden colocar usando mucho menos tiempo y mano de obra lo que también acelera su implantación y ahorra costes, algo que a las operadoras móviles les preocupa sobremanera.
Cuando se implementó el UMTS se necesitaron 10 años para llegar a una cifra de usuarios relativamente importante. El 4G sólo necesito 5 y se estima que el 5G logre esa masa crítica en 3 años. Es decir, que en 2022 usar múltiples dispositivos 5G debería ser normal. No nos referimos a usar puntualmente un producto o a que conozcamos a alguien con un 5G, sino a que esté tan normalizado como ahora lo esta el 4G.
La cuestión es que durante esos tres años el 5G irá mucho más allá de los smartphones.
Más allá de la telefonía
Mirar al 5G como una mera evolución del 5G es un error. Como hemos dicho habrá un aumento de velocidad, latencia y estabilidad pero eso afectará más a los nuevos aparatos que se conecten que a los smartphones.
Un buen ejemplo es la conducción autónoma. Como nos contó Qui Heng, presidente de Marketing Global de Huawei Empresas, hay tecnologías en las que el 5G será clave dado que la experiencia con el 4G no es suficiente. Un ejemplo es la conducción autónoma. Los semáforos se comunicarán con los coches sin demoras y eso es clave si han de tomar decisiones en períodos muy cortos de tiempo.
El 5G también mejora mucho la cobertura en interiores, uno de los fallos de las redes Wifi de más velocidad. Esto es importante porque dado que esta tecnología es capaz de soportar cuatro veces más conexiones por antena que el 4G muchos de los dispositivos que ahora conectamos a nuestra red Wifi irá vinculado a una red 5G. Y no, no hará falta una SIM física para cada uno.
Se abre la veda a las tarifas de datos ilimitadas
Otro de los cambios que veremos vinculados con el 5G es el lanzamiento por parte de los operadores de tarifas de datos realmente ilimitadas dado que el número de dispositivo que conectaremos será mucho mayor aunque no necesariamente necesitarán usar muchos GB. En España hemos visto ya algún experimento en este sentido e incluso alguna tarifa comercial pero el 5G normalizará esto.
Operadoras como Vodafone han anunciado que su despliegue de 5G está ya operativo en ciudades como Madrid, Barcelona o Sevilla, con casi 100 antenas que irán aumentando mes a mes. Incluso han presentado tecnologías que llevan el 5G a dispositivos que no lo tienen, a través de Wifi.
Está claro que las empresas tienen mucho interés en que el 5G triunfe y en que lo haga rápido. La cuestión es ¿podrán convencer a los usuarios de que transformará la forma en la que se comunican en el día a día?