Una de las tecnologías que más promete en el futuro inmediato es el 5G. El problema es que para que podamos conectarnos a dichas redes, las empresas de telecomunicaciones tienen que desplegarlas primero, y eso cuesta mucho dinero.
Además, en un marco tan inclinado del lado del consumidor como es el europeo, las operadoras temen que el despliegue sea demasiado caro para el retorno de la inversión que van a tener a medio plazo.
Es por eso que se están empezando a firmar acuerdos de colaboración como el que hoy han anunciado Orange y Vodafone, que compartirán redes móviles y fijas para mejorar la cobertura de las mismas y poder ser mas competitivos.
Ampliando un acuerdo existente
Este acuerdo es una ampliación de uno que se firmo en 2006 y que se amplió en 2016, diez años después. Sin embargo ha habido un cambio importante y es que hasta ahora las operadoras compartían redes en zonas con pocos habitantes, en concreto hasta 25.000, lo que circunscribía los acuerdos a pequeñas ciudades y pueblos.
El nuevo acuerdo anunciado hoy amplia la colaboración a ciudades de hasta 175.000 habitantes y afectará a mas de 14.800 emplazamientos que dan cobertura actual al 2G, 3G y 4G. Más adelante el acuerdo se aplicará a la creación de redes 5G en este tipo de localidades.
También se compartirán las redes de fibra, permitiendo que más usuarios tengan opciones para elegir en sus domicilios y lugares de trabajo.
No afecta a las grandes ciudades
Orange ha destacado que las ventajas de compartir redes no son muchas en localidades muy pobladas por lo que no ven sentido ampliar el acuerdo a las grandes ciudades.
Pese a eso, este acuerdo permitirá que el despliegue de las redes 5G a nivel nacional sea más rápido y también más barato, algo que no sólo beneficiará a las operadoras, sino también a los usuarios finales.