Cuando Estados Unidos anunció el veto a Huawei, en teoría por motivos de seguridad nacional, pero en realidad por motivos comerciales, muchos creíamos que llegaría un punto en el que el acuerdo entre ambos países finiquitaría el asunto.
Si bien esto es posible aún hoy en día, no parece que vaya a ser a corto plazo, por lo que Huawei tiene que mirar a su futuro sin poder hacer negocios con Google.
Cuando se anunciaron los Huawei Mate 30 y 30 Pro, responsables de la empresa nos dijeron que aun estaban trabajando para ofrecer una experiencia óptima a los compradores, antes de poner el móvil a la venta en Europa.
Los nuevos Huawei tendrían un acceso oculto al sistema
El desarrollador John Wu, un desarrollador experto en seguridad informática y creador de Magisk, ha podido analizar el código de los nuevos modelos de Huawei, los Mate 30, y ha encontrado algo llamativo.
Estos terminales disponen de una API, una interfaz de programación de aplicaciones, que no estaría documentada en el listado proporcionado por Huawei. Dicha API permitiría el acceso de aplicaciones de terceros, siempre certificadas por Huawei, para poder operar en los nuevos modelos incluso con el bootloader bloqueado.
Y diréis ¿para qué serviría eso? Pues para, por ejemplo, poder instalar las aplicaciones de Google de forma sencilla desde un instalados sin tener una versión de Android compatible. Y eso es lo que, según Jhon Wu, habría hecho la empresa china.
Seguridad, legalidad y oportunidad
Este movimiento crearía una puerta trasera de acceso a los terminales que, no obstante, estaría vigilada por Huawei con una certificación propia. Es muy probable que esto sea en lo que trabaja la compañía para poder permitir de forma sencilla que los usuarios instalen las aplicaciones de Google sin tener que hacer acciones demasiado complejas, ya que eso espantaría a gran parte de la población.
Sobre el papel, Huawei habría abierto una puerta en Android para permitir instalar las apps de Google en una versión que, en teoría, no debería permitirlo. Pero no ha dejado esa puerta abierta sin más para que cualquier malware pueda entrar, sino que la ha securizado y la vigila de forma permanente.
Obviamente, tener esa puerta ahí implica más riesgos que no tenerla, pero si el sistema de vigilancia no falla, el resultado final es el mismo: no habría problemas. La cuestión es ¿podría fallar?
Habrá que esperar a que los Mate 30 se pongan a la venta para poder comprobar cómo funciona el metodo y si hay o no problemas de seguridad añadidos.