En las últimas horas Google ha anunciado la adquisición de Fitbit para potenciar su división de relojes inteligentes. ¿Cómo ha llegado Fitbit hasta aquí? ¿Qué posibilidades existen dentro de Google? Analizamos todos los puntos.
Fitbit, auge y caída de un empresa especializada
Fitbit es una compañía que fue fundada en 2007 con el objetivo de hacer del mundo un poco más saludable. En una época en la que nacía el primer iPhone y nadie sabía lo que era un smartphone, esta pequeña compañía quería llevar las pulseras de actividad al sector de masas.
Pionera en el sector de las pulseras deportivas, Fitbit salió a bolsa en 2015 y se hizo con Pebble en 2016, empresa que tuvo gran popularidad en el sector de los relojes inteligentes. Fruto de esa adquisición nacieron la Fitbit Ionic y Fitbit Versa, siendo esta última uno de los productos más importantes de la marca.
Pero en toda esta fiebre de los wearables Fitbit cada vez iba a menos. Conforme los wearables eran más y más populares, comenzaron a llegar nuevos rivales con más recursos y capacidades, algo que ha supuesto que Fitbit lo tuviese realmente complicado.
La compañía se mantenía firme, pero su valor ya no era el de antaño ni de lejos. Y no parecía que la situación fuese a mejorar, algo que ha llevado a la compañía a buscar un comprador con quien formar parte de algo más grande. Ese comprador no ha sido otro que Google.
¿Qué sentido puede tener la compra para Google?
Google ha comprado finalmente Fitbit por 2100 millones de dólares. No es la mayor compra que hemos visto por parte de una gran compañía, pero tampoco es una cifra para despreciar. Más aún si tenemos en cuenta que muchas de las fortalezas de Fitbit eran debilidades de la propia Google.
Esta sentencia deja clara lo beneficiosa que era esta adquisición por parte de Google. También hay que tener en cuenta que dichas debilidades vienen a causa de no haberse tomado en serio dichas áreas.
El más obvio y reconocido por Google: potenciar Wear OS
Parece que cada vez que hablamos de Wear OS es para criticar lo mala que es la situación de la versión de Android diseñada para relojes inteligentes, pero no es porque despreciemos la labor de Google, sino porque le exigíamos la misma importancia que le exigimos a Android y no responde.
Watch OS de Apple y Tizen de Samsung son plataformas que están a años de ventaja de Wear OS. Incluso Fitbit OS, un sistema con mucho menor recorrido y capacidades que Android, termina siendo una alternativa mucho mejor enfocada.
Google ha declarado públicamente la intención de utilizar esta última compra para potenciar Wear OS. Google halaga la capacidad de Fitbit para crear una gran experiencia de salud y fitness, experiencia que quieren trasladar a su plataforma.
Fitbit no es solo una empresa de relojes, sino de salud
Pero Fitbit no es únicamente una empresa de relojes con un conjunto de aplicaciones para disfrutar de una vida más saludable. Quizás sí lo sea para el comprador de uno de sus productos, pero como compañía tiene un valor añadido adicional, tal y como declara la propia empresa.
Durante 12 años Fitbit ha estado dedicada a mejorar la experiencia de salud de una comunidad que a día de hoy cuenta con 28 millones de usuarios activos, usuarios que no solo han comprado un producto de Fitbit, sino que lo utilizan en su día a día.
Y esto planteaba una seria duda sobre el futuro de Fitbit bajo las filas de Google. Históricamente, Google ha aprovechado la información de sus usuarios de forma continua para mejorar la precisión de sus anuncios, algo que si eres usuario de Fitbit te puede llegar a preocupar.
La compañía ha sido clara al respecto, y es que la privacidad seguirá formando parte del ADN de Fitbit. «Fitbit continuará poniendo a los usuarios el control de sus datos y seguirá siendo transparente con la información recopilada y el por qué. La compañía nunca vende información personal, y los datos de salud y bienestar de Fitbit no serán usados para anuncios de Google».
¿Puede Fitbit mantener su promesa de proteger la información personal de sus usuarios estando bajo el control de Google? Por muy buena voluntad que tengan los chicos de Fitbit, el futuro siempre es incierto. Aunque existen posibilidades por las que podrían mantener su promesa pero al final terminar siendo irrelevante.
Un posible escenario de por qué a Google no le importaría cumplir la promesa
- Fitbit podría seguir operando con independencia y simplemente vender sus productos, pero teniendo acceso a los recursos de Google.
- La información que Fitbit tiene de sus usuarios podría quedar blindada, pero si Google crea una plataforma con la tecnología de Fitbit, esta nueva plataforma sí que podrá ser utilizada. Toda esa tecnología ha sido desarrollada en parte con la experiencia e información que Fitbit ha adquirido en 12 años.
- La nueva plataforma de salud es un Google Fit, pero con todo lo que hace que Fitbit merezca la pena. Resultado: un Google Fit que merece la pena usar.
- Los usuarios paulatinamente dejan de usar Fitbit porque toda la innovación termina implementándose en Google Fit.
- Google no ha utilizado los datos de los usuarios de Fitbit, pero sí ha creado una plataforma de la calidad de Fitbit para almacenar los datos de salud de cualquier usuario de Android, una plataforma de más de 2000 millones de usuarios.
Evitar la entrada de Amazon a un sector con gran futuro
El sector de los wearables es uno que durante años no ha tenido gran relevancia, pero que poco a poco no ha parado de crecer. Apple ha conseguido liderar el sector por beneficios con un Apple Watch que continúa imparable, pero existen otros grandes actores como Huami, Samsung o Huawei.
Se trata de un sector que ya no es una apuesta, sino una realidad, y la búsqueda de un comprador para Fitbit era la oportunidad perfecta para que Amazon pudiese tener su propio equipo de salud y relojes inteligentes.
Los relojes inteligentes no son solo una gran oportunidad de negocio, sino que son una de las herramientas más accesibles para los asistentes de voz.
Alexa ya ha conquistado millones de hogares. Y, aunque existe una aplicación móvil, intentar crear una alternativa al Android de Google parece misión imposible, siendo más factible integrar Alexa en cualquier reloj.
Ya vimos que el último reloj de Fitbit, la segunda generación de Versa, traía como gran novedad a Alexa como asistente de voz. De no haber sido comprada por Google, esta compañía seguramente habría acabado en manos de Amazon.