La fotografía móvil se ha convertido en una de las más mayores impulsoras de la innovación en los smartphones. A veces por la propia tecnología de los sensores, otra por tecnologías de software e inteligencia artificial y también por lo que este software es capaz de lograr con procesadores más avanzados.
Una de las últimas modas es la de incluir más cámaras en la parte trasera para tener mayor versatilidad. ¿Cuántas cámaras? Pues depende del fabricante, pero la tendencia está siendo meter tantas como sea posible, siendo ya muy habitual ver móviles con cuatro cámaras en su espalda.
Es importante recordar que más cámaras no equivale a mejor calidad, sino a más modos de fotografía, donde la calidad de cada sensor es destinada a ese modo y raramente suma. No obstante, dicha versatilidad se ha convertido en una tendencia imparable.
Tan imparable que está siendo un problema para los fabricantes de cámaras móviles. Especialmente para Sony, el más importante.
Sony admite tener problemas de producción para tantos sensores
El mercado móvil está siendo una gran oportunidad para Sony, a pesar de que la marca cada vez tenga menos presencia como fabricante de móviles. La razón del éxito de Sony en este caso reside en la fotografía móvil, y es que sus sensores han sido durante años la mejor opción para casi cualquier fabricante, especialmente en la gama alta.
No obstante, dicho éxito se está convirtiendo ahora en una dificultad, y es que la demanda de sensores de fotografía está creciendo a niveles extraordinarios. La razón no se debe a que se estén vendiendo más móviles (ya que el mercado se ha estabilizado) sino a que estos cada vez incluyen más cámaras.
Si antes lo habitual era que un móvil tuviera dos o tres cámaras entre la frontal y trasera, ahora es normal que cada móvil tenga de cuatro a seis sensores. Un gran aumento en la demanda que ha propiciado que el negocio de los semiconductores sea el más prolífico de Sony, superando incluso los beneficios de Playstation.
«Juzgando como van las cosas, incluso después de una gran inversión ampliando nuestra capacidad, podría no ser suficiente» ha afirmado Terushi Shimizu, vicepresidente ejecutivo de Sony. «Vamos a tener que pedir perdón a los consumidores porque simplemente no podemos hacer suficientes.»
Dificultades para unos, oportunidades para otros
Aunque en un primer momento esto pueda parecer irrelevante para el mercado de los dispositivos móviles, al final marcas como Xiaomi, realme o Huawei dependen parte de sus innovaciones en las capacidades de los fabricantes de componentes. Y si Sony no puede fabricar suficientes sensores, otro tendrá que hacerlos. Y si nadie puede, muchos fabricantes tendrán que dar marcha atrás e incluir menos cámaras.
No poder atender a la demanda de sensores tiene consecuencias tanto positivas como negativas.
En el caso de la fotografía móvil con múltiples sensores, lo más probable es que Sony termine destinando la mayoría de sus recursos en sensores de alta calidad como el IMX 586 y el nuevo IMX 686, cámara que tendrán muchos móviles de gama alta el próximo año. A fin de cuentas, si la producción tiene un límite, lo razonable es que no perjudique a los modelos más rentables.
Esta limitación es importante, ya que a fecha de mayo de 2019 Sony tenía un 51 % de cuota de mercado, cifras que podrían cambiar durante los próximos meses. Samsung aspira al liderazgo y en términos de calidad ya están a la altura con sensores como el ISOCELL Bright HMX de 108 Mpx. Por otro lado, en los sensores secundarios, las dificultades de Sony podrían ser una gran oportunidad para Omnivision.
Lo que si está claro es que parece que durante 2020 dejaremos de ver un absurdo incremento en la cantidad de cámaras que un móvil puede tener.