Hace unas semanas conocíamos que la Unión Europea estaba planeando un plan para aumentar la vida útil de los dispositivos móviles planeando que las baterías fuesen más fáciles de reemplazar. Esta propuesta forma parte de un paquete de propuestas que tiene como objetivo crear una economía más sostenible y de cero emisiones mientras combaten la obsolescencia.
Finalmente se ha publicado un documento en el que aparecen todas las medidas. Y parece que no sólo pretenden que las baterías sean más fáciles de reemplazar, sino que la industria móvil cambie por completo.
El móvil debe dejar de ser una herramienta de usar y tirar, según la UE
La industria móvil ha sufrido una evolución radical en la última década. Año tras año, los smartphones han aumentado drásticamente sus capacidades y el software de estos ha evolucionado al mismo ritmo, lo que nos ha acostumbrado a un ritmo de renovaciones acelerado, y es que en el mejor de los casos un smartphone tiene una vida útil de unos 4-5 años.
Según la UE, hasta el 80% del impacto medioambiental de un dispositivo es determinado en la fase de diseño del mismo. Actualmente existe un patrón de tomar – usar – dejar que no ofrece incentivos suficientes a que el uso de los móviles sea más circular.
Para ello, la comisión europea ha propuesto varios principios de sostenibilidad para reducir lo máximo posible la huella medioambiental de los dispositivos. Estas propuestas son las siguientes:
Las 9 medidas contra la obsolescencia
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Mejorar el diseño, teniendo en cuenta estos factores:
- Durabilidad: el dispositivo tiene que tener una vida útil más longeva.
- Reusabilidad: facilidades para que un producto pueda ser reutilizado por otras personas.
- Mejorabilidad: facilitar las posibilidades de ampliación en los dispositivos. Esta medida en el caso del smartphone, con un nivel de miniaturización extremo estaría más centrado en las opciones de software.
- Reparabilidad: a día de hoy muchos smartphones son imposibles de reparar por nosotros mismos.
- Aumentar el contenido de materiales reciclados.
- Facilitar la remanufactura y el reciclaje de alta calidad.
- Reducir el uso del carbón y huella medioambiental.
- Reducir los productos de uso único uso y contrarrestar la obsolescencia prematura.
- Introducir una prohibición de destrucción de productos que no se vendan.
- Incentivar el producto como servicio: es decir, la titularidad y responsabilidad del dispositivo esté en manos de las compañías.
- Movilizar el uso de la digitalización en productos como manuales.
- Recompensar a los productos en base a su sostenibilidad.
Cómo podría cambiar Android para siempre
Normalmente cuando se habla de obsolescencia, son muchos los que apuntan a Apple como, a veces, mayor responsable de la situación. En cierta medida es cierto que los de Cupertino han iniciado en los últimos años una serie de tendencias en la industria como las baterías no reemplazables, la escasa ampliación de sus ordenadores o los diseños casi imposibles de reemplazar. Pero estas tendencias las han copiado prácticamente toda la industria. Pero hay algo que Apple hace y nadie ha querido copiar.
A día de hoy, el ciclo de actualizaciones de un iPhone o un iPad es de unos 5 años en promedio, lo que hace que mantengan gran valor en la segunda mano. En Android, lo más cercano que tenemos son los Google Pixel, con 3 años de actualizaciones regulares. Después hay casos como OnePlus, que a pesar de no ser constante con las actualizaciones, si que ofrece 3 años en sus móviles. Samsung, por otro lado, ofrece actualizaciones de seguridad en sus mejores móviles hasta 4 años.
Es insuficiente, y aquí es a Google, como máximo responsable, a quien deberíamos observar. ¿Por qué las exigencias en actualizaciones de Android son tan laxas como lo eran hace una década? En los comienzos del sistema era comprensible, pero ya el hardware ha avanzado a un nivel que debería ser capaz de funcionar correctamente con las últimas versiones de Android durante años.
Aumentar el soporte a largo plazo implicaría una subida de precios: en el ciclo de vida de un producto de software, el mantenimiento es la parte más costosa. Aumentar el ciclo de actualizaciones exige un cambio en la mentalidad de la industria, ya que hace que los productos tengan que costar más. Porque ninguna empresa va a jugar a pérdidas.
¿Y por qué deberían ser más caros? básicamente porque para ganar dinero en la venta de dispositivos solo existen dos formas de ganar dinero. O vendes más o vendes más caro. La estrategia principal para vender más es aumentar las rotaciones, y el objetivo principal de las propuestas de la UE es que se generen menos residuos, no más.
El incentivo al producto como servicio si que es interesante, y es que aquí se quedan dos puertas abiertas para hacer que el smartphone sea más sostenible. La propuesta principal de la UE está en que la titularidad y responsabilidad de los productos estén en manos de las empresas y nosotros paguemos una cuota por uso, como si fuera una especie de alquiler. Este modelo de negocio es interesante porque cambia la mentalidad más hacia la longevidad de productos en un mercado que no demanda nuevas características y simplemente quieren poder acceder a las tecnologías estándar.
Aún es pronto para saber como afectaran estas tecnologías, pero esperemos que la industria se ponga de acuerdo con estos planes y Android termine siendo un ecosistema más sostenible, y sobre todo, con la menor obsolescencia posible.