Una de las estrategias más odiadas por cualquier persona que se haya tenido que poner en contacto con el servicio de atención al cliente de una empresa es comprobar que la compañía ha elegido un número que empieza por 902.
En España, estos números tienen licencia para usar una tarificación especial gracias a la cual las compañías ingresan dinero porque la gente llame ahí. Es algo similar a los números de tarificación especial que se usan para llamadas eróticas, concursos y horóscopos, pero con un precio inferior.
El problema es que, cuando llamamos a un 902, no es porque estemos aburridos o con la temperatura más alta de la cuenta, sino porque tenemos un problema, una avería o una duda con un producto.
El Ministerio de Consumo prohíbe cobrar más por las llamadas a los 902
En los últimos meses el gobierno español ya se ha mostrado contrario a estas prácticas y, como vemos en el BOE publicado hoy mismo, se ha eliminado la posibilidad de usar este tipo de tarificación en los servicios de atención al cliente.
La nueva ley no obliga a las empresas a tener un número de atención al cliente gratuito, pero sí obliga a que el precio no sea superior al de una llamada normal a esa localidad.
Es decir, si tenemos una tarifa de móvil o fijo en la que pagamos las llamadas porque no tengamos bonos de minutos o packs de llamadas ilimitadas, pagaremos esas llamadas a un 902 a un precio que, como mucho, será el mismo que el de una llamada normal.
La única posibilidad de que las empresas tengan un número de pago como hasta ahora es que den a su vez servicio con otro que sea gratuito, y que lo anuncien de la misma forma.
Está por ver que esto no sea una forma de esquivar la nueva normativa haciendo que el tiempo de espera sea mucho más largo en el gratuito que en el del pago.
Ciertos números de atención al cliente será gratis
Donde sí podemos llamar de forma gratuita a partir de la entrada en vigor de esta norma es a los servicios de atención al cliente de empresas con funciones básicas, como las de suministro de agua, gas, electricidad, servicios financieros y de seguros, postales, transporte, protección de la salud, saneamiento y residuos.
Es curioso que no entren las de telecomunicaciones, siendo este ya un bien tan necesario como el agua o la electricidad para muchos usuarios.