Android ha sido desde sus inicios un sistema operativo abierto, y Google se ha servido de ello para posicionarlo como la mejor opción para muchos usuarios y también fabricantes de móviles.
A estos últimos, incluso les permitía el uso del sistema sin tener que pagar licencias, como hacía antaño Microsoft con Windows. Esto permitió que la adopción de Android fuera impresionante.
Sin embargo, Google sabía que tenía que atar en corto a sus socios y frenar las alternativas que podían surgir por el hecho de que cualquiera podía coger el código fuente de Android y crear una versión alternativa.
Esto es lo que hicieron firmas como Amazon, que creó con Fire OS un sistema operativo basado en Android pero independiente de Google.
Google no quiere que los fabricantes usen versiones de Android sin sus apps
Para evitar que esa estrategia fuera mayoritaria Google introdujo en los acuerdos con fabricantes para usar sus apps, las que quieren todos los usuarios de móviles, un requisito muy concreto.
Uno de los apartados de los contratos era el AFA, "anti-fragmentation agreement" o acuerdo de anti fragmentación. Google defendía que para que no hubiera decenas de versiones de Android incompatibles entre sí, lo mejor era que los fabricantes se ciñeran al uso de la que Google creaba.
Bueno, y colateralmente Google se quitaba de en medio posibles versiones creadas por gigantes como Microsoft o Amazon, que prescindieran de sus servicios. Vaya, Google no quería Forks de Android.
Corea del Sur multa a Google por esta práctica
Google ha sido sancionada por gobiernos en múltiples ocasiones, por su posición en el mercado de los móviles so por su gestión de la publicidad online.
La última multa ha llegado de Corea del Sur, que ha estimado que Google abusaba de su poder en las negociaciones impidiendo que sus socios pudieran usar, además de su versión de Android, otras diferentes.
La Korea Fair Trade Commission (KFTC), ha dejado claro que Google ha abusado de su posición dominante y ha restringido ilegalmente la competencia en el sector de los sistemas operativos móviles.
La multa, de unos 150 millones de euros, será posiblemente recurrida por Google, pero esto podría tener un fuerte impacto en el mercado si se replica en otros países.
Una tendencia en ascenso
Las agencias reguladoras de Corea del Sur ya fueron noticia hace unos días al obligar a Apple a que permitiera otros sistemas de pagos en su Apple Store.
Tras la beligerancia de Europa con las grandes tecnológicas y el giro de la administración estadounidense parece que más países, como Corea del Sur, están empezando a poner trabas a las grandes empresas que se sirven de su tamaño para moldear el mercado a su antojo.
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