Google fue condenada por el Tribunal General de la Unión Europea a pagar más de 4.000 millones de euros como castigo por utilizar su posición dominante para imponer restricciones a los fabricantes Android, y el tribunal acaba de ratificar la condena, aunque ha rebajado ligeramente la multa.

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Pese a que para cualquier persona se trata de una cantidad astronómica, supone un pequeño porcentaje de los ingresos publicitarios de Google cada año, y dicha cantidad ha bajado un 5%, siendo, finalmente, de 4.125 millones de euros.

Google, por su parte, se encuentra decepcionada por esta decisión, amparándose en todo el empleo y las opciones que crea el ecosistema Android. Aunque eso no tiene nada que ver con el incumplimiento de las normas de libre competencia.

Google pagará más de 4.000 millones de euros

No es la primera vez que la compañía ha sido demandada, ni tampoco el único lugar, ya que 36 estados estadounidenses demandan a Google por monopolio en la Play Store, precisamente por no ofrecer libertad para instalar alternativas a su tienda de apps.

En este caso, la multa viene provocada por aprovechar su posición de liderazgo para obligar a los fabricantes a instalar sus aplicaciones y, con ello, perjudicar a sus competidores en este sentido. Según los datos del TJUE, más del 95% de los usuarios con Google y su app de búsqueda preinstalada utilizan su servicio de búsqueda para navegar por Internet.

Ciertamente, es prácticamente imposible encontrar un móvil con los servicios de Google Play que no tengan muchas de las apps de la marca preinstaladas, y en muchos casos, no parece ser por decisión propia del fabricante.

La compañía estadounidense cuenta aún con la posibilidad de interponer un recurso de casación para recurrir e intentar retrasar aún más los efectos de la multa.

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