El método de autenticación por defecto de la inmensa mayoría de los móviles Android es el lector de huellas dactilares; es la manera más fácil y segura que tenemos de desbloquear el móvil o autorizar compras.
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Pero eso no tiene por qué ser así. No tenemos que irnos muy lejos para ver una alternativa: los iPhone usan Face ID, escaneando la cara para identificación biométrica. Es algo que algunos móviles Android intentaron, sin mucho éxito, y la mayoría de las veces la autenticación facial es menos segura.
Reconocimiento de iris en móviles Pixel
Pero la historia podría haber sido muy diferente. Otro método podría haber sido la referencia en Android, tal vez si Google hubiese tomado una decisión diferente en su día. Ahora lo sabemos, gracias a la filtración de un prototipo del Google Pixel 2, que fue cancelado y no salió al mercado.
Lo interesante de este prototipo, de nombre clave “Walleye”, es que cuenta con dos añadidos en el frontal, que sustituyen a la cámara frontal de 8 Mpx que tenía el Pixel 2 original: una luz de infrarrojos y un sensor de infrarrojos. El móvil ejecuta una versión modificada de AOSP con funciones que aprovechan ese hardware adicional.
La función más llamativa es, sin duda alguna, la posibilidad de identificarnos por el iris de nuestros ojos, uno de los elementos únicos de cada persona. El prototipo tiene una app que permite registrar nuestro iris y verificar nuestra identidad; lo único que tiene que hacer el usuario es mirar a una zona marcada de la pantalla, para que la app le identifique.
Este sistema tiene varias ventajas, como que no requiere iluminación (a diferencia del reconocimiento facial simple), una mayor seguridad, y una mayor facilidad de uso, ya que ni siquiera tendríamos que coger el móvil como tenemos que hacer con el lector de huellas dactilares. Además, es posible que Google hubiese experimentado con otras posibilidades, como usar el sensor infrarrojo en la app de cámara.
Por cualquier razón, en Google decidieron que este no era el camino a seguir, y en los siguientes dispositivos se centró en adoptar el reconocimiento facial con el radar Solis, incluido con el Pixel 4. Eso resultó no tener tanto éxito como Face ID del iPhone, y eso nos lleva a la actualidad, donde el sensor de huellas dactilares es el rey.
¿Podría haber cambiado la cosa si Google hubiese apostado por los infrarrojos? Recordemos que Samsung tuvo la misma idea, pero finalmente el Galaxy S9 fue el último modelo que lanzó con reconocimiento de iris. Tal vez si Google le hubiese apoyado con su propio Pixel, otros fabricantes se habrían sumado; pero eso es difícil de decir, y eso hace que este prototipo se quede como una simple curiosidad.