Con Matter ya oficial para así poder incluir de forma fácil a los asistentes Alexa y Google Assistant en el hogar, parece que Amazon va a tener que buscársela para que su asistente de voz genere los suficientes beneficios para no seguir entrando en pérdidas el año que viene.
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Alexa no genera beneficios
Hay que saber que hace unos cuantos años se dejó caer que en el futuro el 50 % de las compras se harían a través de la voz. Mientras que en España el servicio no recomienda cada dos por tres que se realicen compras desde Alexa, en Estados Unidos ese "pero" que usa el asistente está empezando a agobiar a sus usuarios. El pero tiene que ver con la insistencia de Alexa para que se realicen compras con la voz.
Pero claro, comprar con la voz sin ver el producto es una experiencia que no gusta a cualquiera, es decir, a muchos. Y es que Amazon, vía Ars Technica, estaría a punto de llevar a cabo un plan para eliminar 10.000 puestos de trabajo.
Una de las áreas que lo está pasando francamente mal es la relacionada con Alexa. Un asistente de voz que lleva ya sus 10 años de existencia y que no ha sido capaz de generar los beneficios necesarios para que sea una unidad de negocio sostenible por sí misma.
En el primer trimestre del año la división dedicada a Alexa, que forma parte del grupo "Worldwide Digital" con Amazon Prime Video, perdió 3.000 millones de dólares. Parte de esas pérdidas están vinculadas a Alexa y así llegar casi a los 10.000 millones cuando acabe el año en curso.
Los Echo se venden a precio de coste
Según sabemos los planes para monetizar a Alexa han fallado en su gran mayoría. De hecho, Jeff Bezos comenzó a perder el interés en Alexa en 2020, y tampoco su nuevo CEO, Andy Jassy, está por la labor de recuperar a Alexa para que genere beneficios.
Y si hay unos dispositivos que son los top ventas de Amazon, los Echo, éstos están siendo vendidos casi a precio de coste. Es decir, que no hay margen de beneficio en cada uno de esos Echo que se han podido encontrar en el Black Friday a precios muy bajos.
De hecho, en un documento interno se deja ver que Amazon quiere generar beneficios cuando los usuarios usen sus dispositivos, no cuando los adquieran. Y es que ese plan nunca ha visto la luz, sobre todo porque los usuarios no empatizan con Alexa cuando ésta les quiere vender un producto del que ni si quieran ven una imagen.
Los asistentes puestos en duda
Otro dato importante: los miles de millones de interacciones semanales con Alexa realmente se realizan para comandos triviales para reproducir música o subir o bajar la luz de las estancias.
Como no, esto no genera ingresos y el futuro cercano tendrá que ver con esta parte tan importante para una compañía. El hecho es que Amazon tendrá que tomar una decisión arriesgada para que esos millones de interacciones tengan que ver con la compra de algún tipo de producto o servicio.
Y es que tampoco Google Assistant se salva en este sentido, ya que la misma gran G ha dejado claro que le cuesta monetizar el servicio. Lo peor de todo es que esa experiencia tan esencial para muchos para cosas triviales en su día, pero que gustan, como encender la pantalla del televisor o simplemente acostarse para dictar el comando de buenas noches a Alexa, no interesa a los altos ejecutivos de las grandes tecnológicas.