El mundo de las consolas portátiles lleva unos años ya en su era dorada, por dos razones. Para empezar, sistemas abiertos como Android permiten a los desarrolladores centrarse en las partes específicas para los juegos, dejando el resto al sistema. Pero tampoco podemos pasar por alto los avances en hardware, con la Raspberry Pi y Arduino.
[Esto no es una Game Boy, sino una consola que cuesta menos de 50 euros]
La Arduboy es una consola portátil basada en esa última. Está claramente inspirada en la Game Boy de Nintendo, hasta el punto de que sus juegos son de 8 bits y se ejecutan en una pantalla monocromática. Ahora, llega su hermano pequeño.
La consola más pequeña
La Arduboy Mini es, como indica su nombre, una versión incluso más pequeña de la Arduboy. ¿Cómo de pequeña? Podemos llevarla en la cartera, junto con nuestras tarjetas; o podemos meterla en el pequeño bolsillo para las monedas que tienen algunos pantalones. Es absurdamente pequeña, pero también es funcional.
Y es que, pese a su tamaño, la Arduboy Mini es compatible con los más de 300 juegos desarrollados para la Arduboy original, por lo que tiene tanto la potencia como la pantalla necesarias para ejecutarlos. Sí, una pantalla, que es de tecnología OLED monocromática con una resolución de apenas 128 x 64 píxeles, lo cual no da para mucho, pero suficiente para mostrar juegos; unos juegos que funcionan gracias al procesador ATmega32u4 pese a que alcanza sólo 16 Mhz. No es una errata.
Estamos ante una consola tan pequeña que el puerto USB-C ocupa casi toda la parte inferior del dispositivo. Así que no hay mucho sitio para controles; aunque hay seis botones, en realidad cuatro se dedican a crear una especie de cruceta de control.
Con todo esto, no podemos esperar juegos muy avanzados. El catálogo de Arduboy está repleto de títulos inspirados en juegos clásicos de puzles y plataformas, aunque tal vez te sorprenda saber que también hay juegos de disparos en primera persona y juegos de rol. Incluso hay algunos juegos que imitan los gráficos en tres dimensiones, como uno de golf.
El mayor inconveniente de la Arduboy Mini no es necesariamente el tamaño, sino los sacrificios que conlleva. Por ejemplo, no tiene batería integrada porque no hay sitio donde ponerla, así que técnicamente no es una consola portátil: tendrás que llevar una batería externa contigo o enchufarla con un adaptador con la conexión USB-C. Tampoco tiene altavoz, así que jugarás en silencio. Al menos, la placa cuenta con los contactos necesarios para conectar ambos elementos si decidimos hacerlo por nuestra cuenta.
La Arduboy Mini ya ha logrado el objetivo de su campaña de Kickstarter, así que se financiará con éxito dentro de seis días. Aún estamos a tiempo de conseguir una con un precio de 29 dólares
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