Cuando Microsoft anunció que iba a comprar Activision Blizard por 68.700 millones de dólares, todo el mundo esperaba una fuerte resistencia de parte de reguladores y organismos públicos, especialmente en Europa. Curiosamente, mientras que la Comisión Europea parece más abierta al acuerdo, finalmente ha sido el Reino Unido el que ha puesto punto (¿y final?) a la aventura.
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Reino Unido bloquea la compra de Activision Blizzard
La CMA (Competition and Markets Authority) ha publicado hoy sus conclusiones sobre la que potencialmente puede ser una de las adquisiciones más importantes de la historia del sector gaming. Microsoft, una de las mayores tecnológicas, quiere hacerse con Activision Blizzard, propietaria de títulos como Call of Duty, Diablo, Candy Crush y muchos más. El objetivo, potenciar su plataforma Xbox y especialmente, su apuesta por el juego en la nube con Xbox Cloud Gaming.
En Microsoft se sentían optimistas, porque creían haber hecho todos los deberes. Firmaron acuerdos con la mayoría de los competidores del mercado, incluyendo Nintendo y Nvidia GeForce Now, para garantizar el lanzamiento de nuevas entregas de Call of Duty, uno de los mayores superventas del mercado.
Pero un retraso sin justificar en la publicación de la resolución ya dejaba entrever que la cosa iba a ser más complicada de lo que parecía. Finalmente, y después de revisar 3 millones de documentos y 2.100 correos electrónicos, la CMA ha fallado en contra de Microsoft y no acepta la fusión de ambas compañías para evitar que ganen una posición dominante en el mercado.
Para sorpresa de muchos, la CMA no se ha centrado tanto en las exclusivas que Microsoft podría ganar para Xbox, tal vez por los mencionados acuerdos y por el hecho de que no hizo exclusivas otras propiedades que obtuvo en el pasado, como Minecraft, que sigue siendo soportado en PlayStation, Nintendo Switch y plataformas rivales.
La respuesta de funcionario del Reino Unido
En vez de eso, la CMA alega que los dos motivos para denegar la compra son algunos aspectos en los que Microsoft se ha quedado corta, y que aprobar la compra requeriría de una supervisión de los reguladores. En efecto, un motivo de peso es que la CMA tendría que supervisar esta operación de manera activa, así como garantizar que los acuerdos firmados por Microsoft se cumplen.
La CMA no se ha centrado en la situación actual del mercado, donde Sony domina completamente con su PlayStation, sino en la situación futura; es decir, en la nube, donde Microsoft ha empezado con ventaja gracias a la inversión inicial en Xbox Cloud Gaming. La CMA afirma que esa plataforma ya representa entre el 60 y el 70% del mercado gaming en la nube, y temen que se convierta en una posición dominante. Pero para eso están los acuerdos anunciados por Microsoft.
El problema de la CMA no es con los acuerdos en sí, sino con el hecho de que los reguladores tendrían que dedicar recursos para asegurar que se cumplen. Pero si deniegan la compra, creen que Activision Blizzard ya cumpliría muchos de los compromisos realizados; por ejemplo, creen que la desarrolladora lanzaría juegos como Call of Duty en otras consolas y plataformas.
Por el momento, la puerta a la unión entre Microsoft y Activision Blizzard no se ha cerrado completamente, y ambas han confirmado que recurrirán la decisión.
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