Ver para creer. Los seres humanos hemos crecido y evolucionado en un entorno en el que nuestros ojos desempeñan un papel fundamental, el de identificar con qué estamos interactuando. La realidad se crea mayormente a través de la visión, y eso hace que le demos una importancia crítica a la misma, la suficiente incluso para confiar en lo que vemos casi sin dudar. Y eso es un problema ya incluso en el ámbito laboral.

Ya en 1938 Orson Welles impactó con su obra radiofónica La guerra de los mundos, que hizo creer a miles de personas que estábamos ante una invasión alienígena, sin tener que mostrar nada visualmente. Imaginad si hubiera tenido acceso a la tecnología actual en la que podría mostrar lo que quisiera, simplemente usando aplicaciones que llevamos en nuestros móviles.

Aunque nos hemos acostumbrado a ver modificaciones digitales en series y películas de actores muy conocidos, aún no nos hemos hecho a la idea de que los programas necesarios para ello pueden ser usados incluso desde un móvil, aunque por el momento no tengan la misma calidad que los que se usa en la industria audiovisual, como es lógico. Pero esto ya dio el salto a la publicidad hace unos años, con el famoso anuncio de Lola Flores. para una empresa española.

Ejemplos como ese nos dejaban claro que era algo que se podía hacer, y que se podría engañar a la gente creando estos elaborados vídeos, pero las herramientas, de hardware y de software, no estaban a la altura de cualquiera. Siguen sin estarlo, pero hay algo que está empezando a cambiar. Ahora podemos hacerlo desde casa con herramientas web que, a menudo, son gratuitas.

Ahora soy famoso

Estamos entrando en una etapa del desarrollo de la tecnología en la que podemos empezar a poner en duda lo que veamos a través de una pantalla. Da igual que estemos viendo a una persona hacer algo delante de nosotros, en un móvil o un monitor, aunque parezca real, puede no serlo. La cuestión es que las herramientas que se necesitan para eso están empezando a dar el salto al gran público.

Deepfake Alvarez del Vayo

Para ver hasta dónde podemos llegar sin tener conocimientos técnicos sobre la creación de deepfakes hemos decidido probar una de las herramientas que lo permiten. Se llama Unboring y permite cambiar mi cara en un vídeo por otra extrayéndola simplemente de una fotografía, como podéis comprobar en el vídeo superior.

Los resultados no son, por ahora, suficientes como para engañar, pero parece que es cuestión de tiempo que la técnica evolucione y seamos capaces de crear vídeos realistas con herramientas web. Con todo, hay ciertas cosas que podéis hacer para afinar lo máximo el resultado final.

Tres consejos

Habiendo probado decenas de vídeos y de caras de diferentes famosos me he dado cuenta de que es importante tener tres cosas claras. Para empezar, es importante elegir una persona que tenga la misma estructura facial que nosotros. Como veis en los vídeos, quedan mejor en mi caso los actores que tienen barba y la cara más ancha, o más gorda, porque encajan con mi propia estructura. Si no tuviera barba o si tuviera la cara fina hubiera elegido otros ejemplos. Si alguna vez os han dicho que os parecéis a una persona en concreto, podéis empezar por ahí.

También hay que elegir un vídeo que tenga buena iluminación, mejor aún si está grabado expresamente para ello, con el fondo que prefiramos, el encuadre e incluso el audio, si es que lo vamos a usar. Tened en cuenta que el sonido no va a cambiar.

Estructura facial

Por último, hay que tener en cuenta que la web no cambia el peinado, por lo que es mejor escoger personas que tengan el mismo estilo o que, al menos, lo hayan tenido en el pasado. Yo por ejemplo no he cogido a ningún actor calvo o rapado por motivos obvios.

Cómo cambiar la cara

Sabiendo todo eso podemos irnos a la web y registrarnos, para lo cual deberemos vincular nuestra cuenta de Google o de Facebook. Cuando lo hagamos solo tendremos que elegir dos cosas, el vídeo que queremos subir, en la izquierda, y la cara que queremos que aparezca en el mismo, en la derecha.

Unboring

Cuando hayamos hecho eso tendremos que gastar uno de los 5 tokens que nos dan cuando nos registramos, y si queremos más tendremos que pagar, o crear una cuenta nueva. En la parte inferior podemos alternar entre el vídeo original y el nuevo, así como mejorar la calidad, aunque esta función aún está en desarrollo. Es una pena porque se nota bastante la diferencia de calidad entre un vídeo grabado con el móvil y el que da como resultado la web.

La IA va mucho más allá

Pero las aplicaciones de esta tecnología van más allá que la de simular ser otra persona. Servicios como Synthesia, Elai o Rephrase, permiten generar vídeos explicativos, perfectos para entornos empresariales o docentes, sobre todo para cursos online en los que muchas veces el profesor se graba para subir el material audiovisual para que los alumnos los usen a cualquier hora. Se podrá elegir no sólo el avatar virtual, sino también el idioma en el que queremos que se genere el vídeo.

Kaiber

También se pueden usar para crear vídeos artísticos. Ahí es donde entran servicios como Kaiber, que dan un look concreto a las piezas que se suban. Este tipo de usos es quizás el menos problemático, al menos a nivel político y social, pero sin duda cambiarán la forma de creación de contenido. Las nuevas aplicaciones de inteligencia artificial también son capaces de crear vídeos a partir de comandos de texto, como se hace con aplicaciones como Midjourney para fotografías. Hay servicios que permiten crear vídeos desde cero, como Gen2, aunque la calidad aún es muy limitada. Es cuestión de tiempo que aumente su desempeño.

Está claro que la sociedad se adentra en una nueva era en la que ni siquiera lo que se vea en vídeo podrá ser tomado como ejemplo fehaciente de que es cierto. Y esto es un problema también en el sentido opuesto, porque habrá muchos que quieran eludir responsabilidades incluso habiendo sido cogidos en cámara bajo la excusa de que, en realidad, no son ellos, aunque sean como ellos.

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