Los avances tecnológicos más notorios suelen ser los que se producen en el ámbito de la electrónica de consumo, al ser los más visibles para los consumidores. Pero los más importantes no siempre son esos, sino los relacionados con la medicina, al permitir mejoras en la calidad de vida, aunque sea con dispositivos y programas que normalmente no salen de las instituciones y laboratorios.
De forma excepcional se producen avances en los centros de investigación que tienen un impacto tanto dentro como fuera de los mismos, como es el caso. En la Universitat Oberta de Catalunya dos investigadores, Igor García y Francisca Villanueva, han creado una aplicación capaz de detectar de forma precoz enfermedades oculares que pueden llegar a causar ceguera.
Esta aplicación está actualmente en desarrollo, pero se está orientando tanto a su uso por parte de los profesionales médicos como por parte de los pacientes, explican García y Villanueva a EL ESPAÑOL - El Androide Libre. Buscan, explican, mejorar el tratamiento de algunas de estas enfermedades, lo que supondría un cierto avance en el seguimiento de ciertas enfermedades.
Redes neuronales y algoritmos
begIA usa aprendizaje profundo y redes neuronales para el cálculo de los resultados, con algoritmos avanzados. Estos algoritmos se ejecutan en un dispositivo externo donde se almacena toda la base de datos de imágenes ofrecidas por las instituciones sanitarias. "Se está explorando la posibilidad de que estos entrenamientos se queden en la nube para que la ejecución en el diagnóstico sea más rápida", comenta García.
La aplicación está diseñada para detectar diferentes tipos de enfermedades oculares que podrían causar la ceguera en los pacientes. En concreto, actualmente puede discernir si una persona tiene principios de glaucoma, retinopatía diabética o cataratas, tres de las causas más frecuentes de pérdida de visión.
El sistema funciona en base a redes neuronales y algoritmos entrenados con decenas de miles de imágenes de pacientes que ya tienen retinopatía, glaucoma o cataratas para proveer un primer diagnóstico que, en caso de ser positivo, derivan al paciente a un especialista. Esto supone un avance con respecto a la necesidad actual de realizar un examen de fondo de ojo para detectar estas enfermedades, algo que en los países desarrollados es factible, pero que en otras partes del mundo no.
El selfie más importante
El funcionamiento de la aplicación, de cara a los usuarios, es sencillo, ya que solo tiene que hacerse un selfie con el móvil, como se suele hacer normalmente, aunque obviamente más cerca para que el ojo quede lo mejor definido posible. García insiste además en que "no hay un límite para poder utilizar la aplicación, pero lo que sí es cierto, es que a mayor resolución de la imagen tomada más acertado será el diagnóstico que arroja la aplicación". Esto implica que cuanto más alta sea la resolución de la imagen más tiempo tardará el smartphone en analizarla, pero no impedirá el diagnóstico, solo aumentará ligeramente el tiempo de espera.
Aunque begIA está pensado sobre todo para utilizarse en zonas en las que no haya un acceso fácil a la sanidad, planteamos si es viable pensar que podría usarse en países como España para mejorar la atención médica en lo relacionado a enfermedades oculares. "Toda aquella persona que por motivos económicos o geográficos, que no sientan que merece la pena hacer el esfuerzo de gastarse un dinero o realizar un gran desplazamiento por pequeñas dolencias podrían utilizar esta aplicación", refiere García. De esta manera, tendrían acceso a un diagnóstico rápido y barato, sin necesidad de moverse de casa.
Como es lógico, un examen de fondo de ojo siempre va a ser más certero que los resultados que pueda arrojar esta app, pero lo importante, según declara el investigador, es que begIA ofrece "la oportunidad de poner en alerta a los ciudadanos de que algo puede no estar bien con su salud ocular." La aplicación es capaz de "reducir al mínimo los falsos negativos".
Primero en Android
Esta aplicación ha sido diseñada en España, y por eso los investigadores han optado por crear primero en Android, al ser el sistema operativo con más penetración en nuestro país. La idea es intentar dirigirse al mayor público posible, y en nuestro mercado Android tiene una gran ventaja sobre los demás sistemas.
Las enfermedades oculares están vinculadas en muchas ocasiones a la edad de los pacientes, siendo más normales en personas de avanzada edad que en jóvenes, aunque como es lógico no es siempre así. En España las personas mayores suelen tender a usar dispositivos más sencillos, y ahí Android entra en escena ya que hay un catálogo muchísimo mayor.
Con todo, el investigador no deja claro que "con las funcionalidades presentes actualmente, podría ejecutarse en cualquier smartphone." Esto abre la puerta a que desarrolle para dispositivos con iOS.
Un futuro alentador
Actualmente usamos los teléfonos para tareas que hace treinta años eran impensables, como grabar vídeo de alta resolución, comunicarnos vía satélite, guiarnos por GPS... Es muy probable que en un futuro las acciones relacionadas con la salud y la medicina pasen también por estos aparatos, además de por otros como los smartwatches.
Hemos querido preguntarle a Igor García, directamente, si sería viable pensar que, a medio plazo, begIA podría ser usada directamente por pacientes para cuidar su salud visual como se usan actualmente pulseras o relojes inteligentes para medir parámetros cardíacos. La respuesta nos deja esperanzados: "Es una idea. Podría abrirse la aplicación cada vez que nos levantemos de la cama o cuando encendamos el móvil y ejecutar un diagnóstico automáticamente".
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