La guerra entre Apple y Google se recrudece. Como revelaron documentos internos publicados hace poco, Apple cree que Android sólo sirve para espiar a los usuarios, y su estrategia consiste en presentar su compañía y sus productos como completamente opuestos.
Esa estrategia supone que, a veces, Apple va a la contra sólo para ser diferente. Lo hemos visto en muchas ocasiones, cómo Apple ha preferido crear sus propios estándares antes que seguir los de la industria; incluso en ocasiones en las que simplemente hacer lo mismo sería beneficioso para sus productos y sus usuarios.
Un buen ejemplo de esta cabezonería (o apuesta por la innovación propia, según lo mires) está en los mensajes de texto. Apple se niega en redondo a adoptar el estándar RCS usado por el resto de los fabricantes de teléfonos móviles, por una sencilla razón: fue creado por Google. Ahora, puede que no tenga más remedio.
Ataque de Google en la UE
Según ha revelado The Financial Times, Google se ha aliado con un grupo compuesto por las principales operadoras europeas, entre las que se encuentran Telefónica y Vodafone, para pedir a la Unión Europea que categorice a iMessage como un ‘servicio central de plataforma' (“core platform service”); la Comisión Europea ya habría abierto una investigación para comprobar si la app de mensajería, que viene por defecto en todos los iPhone, cumple con los requisitos para verse obligada a seguir la nueva ley de mercados digitales (DMA).
Todo esto significa que el iPhone podría usar el mismo sistema para los mensajes que los móviles Android; y para el usuario medio, eso se traduce en que todos los mensajes del iPhone serían de color azul, sin importar de dónde vengan. En la actualidad, la app distingue entre los mensajes enviados con un iPhone, que son de color azul, y los mensajes enviados por móviles Android y otros métodos, que son de color verde.
Parece mentira que haya tanto revuelo sólo por unos colores, pero para Google, ha sido la gran obsesión de sus campañas de marketing de los últimos años. Y no es para menos, porque aparentemente, muchos usuarios se pasan al iPhone sólo para que sus mensajes salgan en color azul en los móviles de sus amigos y familiares, ya que así parecen más fiables y seguros.
Además, Apple no soporta las ventajas adicionales que ofrece RCS, que nació para mejorar los SMS con funciones avanzadas como fotos, vídeos, emojis animados y cifrado de extremo a extremo. A cambio, ha preferido mejorar iMessages para que sólo los usuarios de iPhone puedan usar ese tipo de ventajas, como las reacciones a los mensajes y el cifrado, con otros usuarios de iPhone; con el resto de usuarios, sólo acepta los SMS clásicos.
Ahora, Google ha ideado una estrategia para obligar a Apple a hacerle caso: usar a la Comisión Europea. Fue este organismo el que ha conseguido que el iPhone use USB-C, el estándar de la industria, por lo que no tendría reparos en forzar a Apple a adoptar RCS. La clave está en si iMessages se considera un servicio central; en caso de que así fuera, Apple tendría que hacerlo compatible con el resto de servicios de mensajería.