La manera de comunicarse en la sociedad española, como en tantas otras, ha cambiado radicalmente en las dos últimas décadas. La llegada de los chats en los ordenadores y posteriormente en los smartphones han transformado los medios por los que adultos y adolescentes se ponen en contacto. En España el uso de WhatsApp es tan masivo que es incluso normal ver a niños usándolo.
En las últimas semanas se ha hablado sobre la conveniencia de darle a niños acceso a redes sociales y mensajería instantánea mediante su propio teléfono móvil, y cómo varios grupos de padres se estaban organizando para intentar posponer el momento en que sus hijos tuvieran sus propios dispositivos.
Esto ha vuelto a saltar a la actualidad con la noticia de varios grupos de menores en el que había cientos de integrantes y donde se compartía contenido muy problemático, desde pornografía a mensajes sexistas y homófobos. Este hecho ha disparado la preocupación de los padres, que se debaten entre dar un móvil a sus hijos e intentar postergar esa realidad lo máximo posible.
A vueltas con el límite de edad
El uso de Whatsapp está extremadamente extendido entre todos los usuarios de móviles, incluyendo los menores de edad. Esto hace que sea muy fácil tener un gran alcance y lograr reunir a cientos de personas en grupos de cualquier clase.
En las últimas semanas cientos de alumnos de la ESO de varios colegios de San Sebastián han sido invitados y agregados a dos grupos de WhatsApp en los que se difundían mensajes de contenido sexual, sexista y homófobo. Estos casos no son los primeros que salen a la luz.
Grupos similares también se han visto casos en colegios de Madrid y Barcelona, y hace poco en Almendralejo otros grupos fueron denunciados por distribuir fotografías de alumnas editadas con inteligencia artificial para simular que habían posado desnudas antes la cámara. En EL ESPAÑOL se trató este tema en el Pódcast En la Sabana.
Ante esta oleada de problemas relacionados con los grupos de WhatsApp muchos padres se plantean no darle un móvil a sus hijos. Pero incluso los que lo hacen han de saber que, en la Unión Europea, es ilegal que un menor de 16 años utilice esta aplicación de mensajería.
Es algo que mucha gente no sabe, y que en otras partes del mundo no es así, pero es algo que se suele pasar por alto. La presión social del grupo de amigos, los padres de otros niños que dicen que no es para tanto o los propios hijos insistiendo en que todos sus amigos tienen Whatsapp, a veces hacen ceder a los padres y permiten el uso de esta aplicación a los más pequeños.
Educando a los menores
Pese a que los términos de uso de la aplicación indican que no se recomiende su utilización en menores de 16 años, son muchos los jóvenes de edades algo menores que lo usan. Sylvie Pérez, psicopedagoga y profesora de la Universitat Oberta de Catalunya explica a EL ESPAÑOL - El Androide Libre sobre la actual ola de prohibición de los móviles entre los preadolescentes.
La docente no es partidaria de la prohibición de los móviles en los jóvenes de entre 12 y 16 años. "No es una solución; prohibirlo es poner al nivel el móvil de un cigarrillo, y los adultos los usamos", ha declarado. "Equiparar el móvil a elementos nocivos es buscar una solución fácil, es buscar tener una posición de fuerza del padre frente al hijo sin analizar cada situación".
Otra cuestión es la prohibición en los colegios, a lo que la psicóloga también se opone, pero con matices importantes. "El móvil no se debe prohibir en el colegio porque puede ser necesario en el camino de ida o vuelta, pero eso no quiere decir que se deba dejar usar en el patio, en las aulas o en el pasillo". En la conversación se ha hecho mucho hincapié en los 12 años porque es la época en la que se pasa de la educación primaria a la secundaria. "En la gran mayoría de casos este cambio escolar implica un cambio de edificio cuando no de población y entran en un mundo de adolescentes, no de niños. Y eso es algo que no se plantea si es correcto o no. Nos preocupa que a los 12 tengan móviles pero no el resto de cambios".
El planteamiento de fondo es que no es un error dar un móvil a niños de 12 o 13 años, pero puede ser un problema cómo se gestiona esa nueva realidad. Según la profesora "depende de la madurez del niño que los padres deban plantearse si necesita un móvil con 12 años o con 10 o 14 pero, sobre todo, para qué necesita un niño el móvil".
Aquí también entra en juego la realidad de los padres que dan a sus hijos los móviles desde los pocos años para que se porten bien, coman o no formen ruido cuando están en reuniones con amigos o familiares. En ese caso "hay que hacer autocrítica, porque quizás el padre le ha puesto el móvil al niño para que cene, y luego se extraña de que su hijo le pida tener un móvil propio". "Los niños que ahora tienen 12 años son los que han vivido con los móviles desde pequeños", ya que hace más de una década que los smartphones están de manera normal entre nosotros.
Lo adecuado es hacer un uso del móvil claro y sin secretos, acostumbrar a los hijos a que el móvil es una herramienta más de la casa y que pueden usar, puntualmente, el de los padres cuando son pequeños, quizás incluso para hablar con otros compalñeros, a los cuales sus padres también les han prestado el móvil. Obviamente todo bajo la supervisión de los adultos.
Cuando llega el momento de que el niño tenga un móvil propio hay que regular el uso que se le da. Hay que observar si el uso es normal, "si hay situaciones extrañas como que oculte el móvil cuando un adulto entre en la misma habitación, si se pasa media hora en el baño encerrado con el móvil...". En este último caso "hay que hablar con ellos sin juzgar ni autocensurarse, para intentar comprender los motivos que le han hecho obrar así, para ser conscientes de si ellos son o no consccientes de lo que hacen y los peligros que hay". Eso sí, según la psicóloga hay que ser consicentes de que siempre pueden pasar cosas, como en cualquier otro aspecto de la vida.
Cómo hacer WhatsApp más seguro
Elegir quién puede agregar a un grupo
Uno de los potenciales problemas de WhatsApp es que se agregue al menor a un grupo no deseado. Si se quiere evitar esto se puede restringir quién puede agregar a un usuario a un grupo. Para controlar este acceso hay que ir a los Ajustes de WhatsApp y, en la sección Privacidad, seleccionar Grupos. Ahí se puede establecer que sólo los contactos puedan agregar a un usuario a un grupo, o sólo ciertos contactos.
No usar chats secretos
Al igual que en otras aplicaciones, WhatsApp está preparando una función con la que se podrán crear chats cifrados con la huella dactilar, de manera que nadie tendrá acceso al mismo aunque pueda usar el móvil. Por el momento esta función no está activa, pero es cuestión de pocas semanas que esté disponible en España y en otros países.
Controlar la agenda
Whatsapp puede ser la puerta de entrada a conversaciones con otras personas, pero se puede hacer que sólo se puedan comunicar con personas que estén en la agenda del teléfono. Por eso, es necesario controlar los contactos de su agenda y gestionarlos manualmente.
Revisar el contenido de los chats
Al igual que sucede en el resto de aplicaciones y servicios instalados en el smartphone de un menor, es buena idea revisar las conversaciones y el contenido. Y sí, esta acción es legal, como quedó confirmado en sentencia judicial. Según Sylvie Pérez, hay que revisar el contenido de los móviles, pero también "ser conscientes de que hay condicionantes, y si el niño no los cumple, los padren han de revertir el cambio a la situación previa, por el propio bien del niño". El límite de esta revisión "ha de ir de acuerdo a qué otras cosas se permiten. Si un padre permite que un niño salga hasta las 6 de la mañana de fiesta no es muy lógico que luego le revise el contenido del móvil". El móvil no es más que una parte más de la educación y es "una parte más del resto de permisos que le vamos a ir dando para que vayan siendo autónomos y no hay que aislarlo del resto de decisiones".
Alternativas a los móviles
Pese a que el uso mayoritario de WhatsApp se realiza a través de los smartphones, hay más dispositivos que pueden usarlo. En EL ESPAÑOL - El Androide Libre se ha hablado de la versión para ordenador, de la llegada de la aplicación para los relojes con Wear OS, etc. Pero ninguna de esas opciones es la más adecuada para los menores.
Por suerte existen dispositivos en forma de reloj que suplen la necesidad de comunicación de los menores, incluso mediante WhatsApp, pero lo hacen bajo una aplicación de supervisión instalada en el smartphone de los padres. Estos relojes con WhatsApp, como los de la firma española SaveFamily, disponen de localización por GPS, funciones de llamada y videollamada, botón de SOS y gestión de WhatsApp. Incluso aquí hay que considerar que la app de mensajería no es para menores de 16 años, pero al menos está más controlada que en un smartphone normal.
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