A las casas, como a los coches, les está sucediendo lo mismo que les pasó a los teléfonos en los primeros años de este siglo: se están volviendo inteligentes. La domótica cada vez es más popular, con soluciones que, por fin, están integrando los productos de varias de las mayores compañías del mundo.
Son muchos los usuarios que tienen dispositivos de control de todo tipo en casa, pero aún son más los que aún no se han animado a dar el salto. Empezar a hacer inteligente una casa no es especialmente caro ni complejo, pero hay que tener en cuenta ciertas cosas, desde la conexión a internet que se tenga hasta el tipo de dispositivos a comprar.
Lo más sencillo es empezar con productos que no requieran de un conocimiento técnico importante. Home Assistant, por ejemplo, es un software extremadamente potente, pero no muy amable con la gente poco dada a la tecnología. Los productos que se vinculan a los ecosistemas de Apple, Google o Amazon suelen ser mejores, al menos para empezar, dada su sencillez.
Eligiendo un ecosistema
Dicho esto, lo primero que hay que hacer es elegir una de estas plataformas para empezar a construir el ecosistema, que puede ser tan sencillo como un altavoz y una bombilla, o simplemente una bombilla controlada desde el móvil. HomeKit, el protocolo de Apple, suele ser elegido por muchas de las personas que tienen un iPhone, un Apple TV u otros dispositivos de la marca, pero es más caro que sus competidores y tiene menos dispositivos compatibles, al menos hasta la llegada de Matter.
Apple y Google disponen de los dos ecosistemas más amigables y económicos, centrados en sus altavoces inteligentes, aunque no hay que comprarlos de forma obligatoria. Se pueden controlar los diferentes dispositivos desde las aplicaciones para móviles o tablets de Google Home y Alexa.
Es posible usar los dos sistemas a la vez, pero del todo innecesario. Google tiene una mejor integración con sus servicios, como es lógico, pero Alexa suele tener mejores funciones domóticas y falla menos que Google normalmente. Además, la propia frase de activación es más cómoda y natural que la de Google.
La importancia de la WiFi
La inmensa mayoría de los productos domóticos se conectan a internet mediante WiFi. Esto hace que la calidad de la conexión que se use en casa sea clave. Por ello, es importante saber cómo de fuerte es la señal en el punto en el que se vaya a colocar un dispositivo domótico, sea un altavoz, una bombilla o una cerradura.
Si la señal es baja se podría optar por un amplificador de señal, sea un router Mesh, un PLC o un aparato de otro tipo. Obviamente esto redundaría en una mejor señal también para otros aparatos, como móviles y ordenadores. De igual modo, muchos dispositivos sólo permiten conectarse a redes de 2.4 GHz, por lo que si la red de un hogar es de 5 GHz, o mixta 2.4/5 GHz,. es posible que se tenga que desdoblar antes, al menos para la instalación de los diferentes aparatos.
Control centralizado
Es totalmente posible usar dispositivos domóticos en casa sin tener que usar los asistentes de voz de Google o de Amazon. Xiaomi, por ejemplo, tiene en Xiaomi Home una plataforma en la que controlar decenas de productos diferentes, desde ventiladores a aspiradoras pasando por freidoras de aire y sistemas de seguridad.
El problema es que, salvo que estemos dispuestos a lidiar con muchas apps diferentes, lo mejor es tenerlas todas integradas en una. Ahí es donde entran las aplicaciones de Alexa o de Google Home, más allá de que se quiera o no usar los comandos de voz de esos asistentes. Desde esas aplicaciones se pueden activar y desactivar diversos dispositivos, crear rutinas que programan comportamientos, y todo sin tener que usar de forma diaria diferentes apps, con diferentes interfaces.
Qué comprar para empezar
Lo bueno de la domótica es que se adapta a cada usuario. Algunos han empezado por tener un control de su sistema de seguridad, instalando cámaras y sensores que se controlan desde una centralita pero también desde el móvil. El sistema de Ring, por ejemplo, es una opción, o el de Eufy si se busca algo más barato.
Lo normal, no obstante, suele ser empezar por la iluminación, para poder encender y apagar ciertas lámparas de forma sencilla sin tener que ir al interruptor. Esto se puede hacer instalando bombillas inteligentes, enchufes en el caso de que sean lámparas de pie e incluso relés con WiFi si lo que se quiere es controlar un conjunto de luces con diferentes bombillas.
Otro uso que además nos ahorrará dinero en la factura de la luz es usar un enchufe inteligente en el termo eléctrico, en el caso de que se use ese tipo de calentador de agua. El poder programarlo para que se apague por las noches es algo que puede convenir a muchos usuarios, y siempre se puede encender o apagar a distancia, por si hiciera falta. Las aspiradoras inteligentes son otra opción muy interesante, para programar, controlar desde el móvil o incluso desde los altavoces.
También se pueden domotizar los accesos a la vivienda. Es posible instalar una cerradura inteligente en la casa, para abrir desde el móvil aunque se hayan olvidado las llaves e incluso abrir desde el coche la puerta del garaje. Y todo esto también se puede controlar desde un reloj inteligente.