Pocas nuevas tecnologías son tan polémicas como las pantallas de los coches. Empezaron como una simple ayuda que permitía tener aplicaciones como Android Auto y Google Maps en el coche de manera sencilla, pero se han expandido a niveles que empiezan a ser molestos para los conductores.
No es ningún secreto que la mayoría de los conductores prefieren los botones clásicos, especialmente para controlar las funciones básicas como el climatizador o el reproductor de música. Pero el éxito de los adaptadores con Android Auto también demuestra que hay demanda por sistemas simples y más parecidos a los de los móviles.
Sin embargo, los fabricantes no han pillado esa ‘indirecta’, y en el pasado CES 2024 confirmaron la tendencia con la presentación de varias pantallas gigantescas para coche, incluyendo una de 45 pulgadas y resolución 9K. Pocos días después, Ford dio un paso más allá con una pantalla de 48 pulgadas que ocupará todo el ancho del habitáculo, acompañada de otra más pequeña para los controles. No hay ninguna duda de que son dispositivos muy avanzados y con muchas posibilidades, pero ¿es eso lo que quieren los conductores?
Contra las pantallas
Precisamente los anuncios del CES 2024 fueron la base de una encuesta que buscaba responder a esa pregunta, y los resultados son malas noticias para los fabricantes que participaron en esa feria. El estudio fue organizado por AutoPacific, e intentó medir el interés en las nuevas tecnologías de los encuestados interesados en comprar un nuevo coche; en concreto, se centró en tres avances que han dado mucho que hablar: la pantalla de infoentretenimiento, funciones de compra integradas en las pantallas, y las pantallas exteriores.
Ninguna de estas tres tecnologías atrajo la atención de los consumidores, siendo las pantallas del interior las más aceptadas con un 21% de los encuestados afirmando que les gustaría una en su próximo vehículo. Las ventajas como el uso de apps de mapas y multimedia fueron la clave de esta mayor aceptación, pero no fueron suficientes para convencer a los conductores de sumar 1.000 dólares más al precio del coche para conseguirlas.
Tal vez no es sorprendente que los conductores que buscan coches eléctricos e híbridos son más entusiastas de las nuevas tecnologías, con un 29% prefiriendo las pantallas. Sin embargo, ni siquiera eso ha podido salvar a otra tecnología muy potenciada últimamente por las marcas: la posibilidad de hacer compras dentro del coche, que recibió sólo un 18% de interés (aunque subió respecto al 10% de la encuesta del 2022).
Gracias a los nuevos sistemas y a la conectividad 5G, algunos fabricantes como Mercedes-Benz o BMW ya ofrecen funciones adicionales en sus coches en algunos mercados, como asientos con calefacción o modos de conducción más deportivos. Aunque fueron criticados en su día, el estudio revela que el 60% de los interesados en esta tecnología querían algo similar; el 56% quería hacer streaming de vídeo, y el 50% quería poder pagar por gasolina o una recarga desde el coche.
Por último, una medida de seguridad vial que no está recibiendo mucho apoyo de los conductores es la pantalla externa que permita avisar a peatones de la presencia del coche, o un sistema de mensajería que permita enviar indicaciones (por ejemplo, para indicar que pueden cruzar la carretera). Hay que aclarar que la encuesta pone un precio de 500 dólares a esta función, lo que puede explicar el bajo apoyo que ha recibido; si fuese una función gratuita u obligatoria, probablemente sería mejor recibida.
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