Desde la invención de Internet la privacidad ha sido uno de los aspectos clave. Los datos de los usuarios han podido ir de un lugar a otro, y las empresas no tardaron mucho en saberle sacar un beneficio económico. En el sector de la telefonía móvil esta ha sido una de las grandes diferencias entre Apple y Google. Mientras la primera abogaba por la privacidad para sus usuarios, obteniendo el dinero desde el hardware, la segunda apostaba por ofrecer productos gratuitos a cambio de poner publicidad, que se basaba en datos de los usuarios para ser más certera.
A medida que más dispositivos se han vuelto inteligentes y conectados, más importancia cobraba la privacidad en otros sectores. En los últimos años hemos visto escándalos relacionados con aspiradoras inteligentes, cámaras de seguridad, etc. Ahora le ha llegado el turno a los coches, que además de hacer una transición a lo eléctrico lo están haciendo hacia los vehículos conectados.
La privacidad en este sector es un tema vigente desde hace años, pero recientemente se está volviendo a hablar de ello dado que cada vez más usuarios compran coches eléctricos, coches que casi sin excepción suelen estar conectados. Pero no hay que confundirse, también los vehículos nuevos de combustible disponen de funciones de conexión que requieren de un tratamiento de los datos personales tan fuerte como el de un smartphone o un ordenador.
Y esto va a implicar que, al igual que se quieren borrar los datos de un portátil o de un smartphone antes de venderlo, se haga lo mismo con los datos que un coche tiene antes de deshacerse de él. Esto no es algo que se proponga para el futuro, sino que algo que los expertos recomiendan hacer ya.
Un nuevo tipo de coche
Hace unas semanas la fundación Mozilla publicó un informe en el que se analizaban la toma de datos personales por parte de 25 marcas de coches así como la gestión que se hacía de los mismos. Pese a no ser un factor decisivo en la compra para la mayoría de usuarios, la gestión de estos datos es cada vez más una fuente de ingresos para las empresas, que pueden venderlo a otras compañías, como aseguradoras.
En EL ESPAÑOL - El Androide Libre hemos podido hablar con Eduard Blasi, profesor colaborador de los Estudios de Derecho y Ciencia Política de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), y cocreador de Tech and Law. Hemos tratado los coches conectados, cómo las marcas de automóviles tendrán que empezar a tratar los datos personales de manera más segura y de cómo este es un cambio que no va a revertirse.
Los coches conectados llevan muy poco tiempo entre nosotros, y los usuarios aún no se han acostumbrado a ellos. "A menudo el usuario asume el coche como un vehículo que le lleva de un punto A a un punto B, pero ya hacen más cosas", indica el profesor. Del mismo modo que "el teléfono ya no solo sirve para llamar, esto es ya casi el valor residual. El coche hace más cosas que llevarnos de un sitio a otro".
"El avance es positivo, pero ha de ir de la mano de la privacidad y de la ética"
Los coches cada vez están más conectados a otros dispositivos, como teléfonos, pero eso colleva un tratamiento de datos a gran escala. Las empresas automovilísticas no han tenido que lidiar con esto durante su más de un siglo de historia, y es sólo ahora cuando empiezan a ver los beneficios que les puede aportar. Los datos pueden ser usados para mejorar las funciones de sus coches, pero también pueden ser cedidos o vendidos a terceras empresas.
Las marcas se han de adaptar
Como sucede en todos los sectores donde se usan datos personales, en la automoción se requiere una autorización expresa por parte de los compradores para poder recopilar estos datos. Como indica Eduard, "las empresas automovilísticas aún no han puesto el foco en cuestiones como la privacidad, pero no hace tanto años, empresas como Google o Meta tampoco tenían en mente estas cuestiones y han ido adaptándolas poco a poco".
"Al final será una cuestión de tiempo que estas empresas automovilísticas cumplan con lo que indica la norma". La cuestión es si esto será así por una demanda por parte de los compradores o por una demanda de los gobiernos. El profesor indica que "es muy importante la sensibilidad social, pero la evolución se alcanza desde varios ámbitos. Las autoridades ejercen una supervisión y no es descartable que a corto o medio plazo el sector automovilístico esté dentro de la AEPD o de otras autoridades de control".
No obstante, no hay que dejar la pelota sólo en el tejado de los usuarios o los gobiernos. "Las empresas deberán tener un delegado de control de datos, porque hay un tratamiento de datos a gran escala. Este delegado es el que debe marcar las directrices y fijar un mapa de ruta sobre el desarrollo y el flujo de la información de estos coches inteligentes".
El coche conectado es el futuro
Los coches cada vez tendrán más tecnología, independientemente de su sistema de propulsión, y no es algo en lo que se vaya a dar marcha atrás, como no se plantea nadie el dejar de usar smartphones y volver a los móviles del siglo XX. Eduard Basi indica que "dar marcha atrás sería un error. En la medida que el avance tecnológico va a estar cada vez más presente, hay que poner esfuerzos en que ese avance sea positivo y aporte valor al conductor."
Los coches conectados o inteligentes son capaces de ofrecer funciones muy valoradas, como el poder conducirse solos, el alertar de si el conductor tiene sueño e incluso se pueden evitar accidentes con los sistemas ADAs. La privacidad de los datos que se usan para ese tipo de prestaciones tiene que estar garantizada por defecto, como indican las normas legales.
Además, Eduard marca la diferencia entre poder ofrecer ciertas funciones sólo a cambio de la cesión de datos. Esto es posible siempre que esas funciones no sean básicas para el uso del dispositivo. Es decir, los usuarios no tienen que verse obligados a dar sus datos para la conducción, pero una marca podría demandarlos para funciones añadidas, de seguridad, entretenimiento u otras.
"El usuario del futuro espero que tenga en cuenta este tipo de cosas cuando compre un vehículo, como lo es ahora el diseño. Cuando una persona se compra un tipo de móvil en concreto, quizás lo hace porque está valorando la privacidad, lo pone en valor". La comparación con lo visto en el sector de la telefonía puede ser, para el docente "un espejo en el que se pueden mirar las marcas de coches en el futuro. De forma evolutiva se implantarán medidas de privacidad y el comprador podrá tomarlas en consideración".
La clave es el consentimiento
Como toda tecnología, esta se puede usar para fines positivos o negativos. Las marcas de coches, como indica el informa de la Fundación Mozilla, recopilaban una gran cantidad de datos personales, algunos de los cuales no son necesarios para la conducción. Esto es así porque las marcas pueden sacar un beneficio económico de la obtención de esos datos. El informe indica que un 84% comparte o vende los datos recogidos con otras empresas. Esto puede ir desde venta de datos a aseguradoras hasta cesión de información a otras filiales del mismo grupo matriz.
Pero el problema no es tanto la recolección de datos como el control de los mismos por parte de los usuarios."El usuario tiene que ser el que tiene el poder de disposición y control de sus datos en todo momento", indica Blasi, "y si al final quien decide es la empresa, ahí pasa algo". El usuario ha de ser el que autoriza el que ceda sus datos para tener acceso a una funcionalidad o no.
De igual forma, el usuario es el que debe consentir que esos datos se cedan o venda, de forma anonimizada o personalizada. En ocasiones las empresas quieren grandes cantidades de datos, con cierta información de los usuarios, como sexo, edad o residencia, pero no necesitan poder identificar a los usuarios uno a uno. Pero en otros casos quizás sí sea una ventaja, como a la hora de poder recibir una mejor oferta de un seguro porque la aseguradora conoce nuestro historial de conducción.
Formatear antes de vender
Cuando se quiere vender un móvil o un ordenador, todo el mundo tiene asimilado que hay que borrar los datos personales de estos aparatos antes de deshacernos de ellos. Incluso antes de destruirlos. Esto es algo que se podría pensar que llegará en un futuro a los coches, pero para el profesor, es algo que ya se debería hacer.
"Yo creo que deberíamos empezar a hacerlo desde ya", indica Eduard Blasi. Para el divulgador, el deshacerte de un producto sin asegurarte de que no hay datos personales es un error, y los coches conectados no son una excepción. Y esto es un problema actualmente, ya que el informe antes mencionado indicaba que un 92% de las empresas estudiadas otorgaba poco control, o ninguno, sobre sus datos personales a los conductores.