Con la filtración de que el coche de Apple ha sido cancelado, se da fin a una larga historia de la compañía de la manzana con el sector automovilístico. Mientras tanto, uno de sus grandes rivales está acaparando los focos gracias a su primer coche eléctrico, el Xiaomi SU7.
Durante demasiado tiempo, los fabricantes chinos han sido acusados de producir meras copias de la superior industria estadounidense; y es cierto que algunas marcas empezaron así, con móviles sospechosamente parecidos a los iPhone, pero mucho más baratos. Pero eso es agua pasada, y hoy en día los fabricantes chinos no sólo siguen su propio camino, en muchos aspectos son más innovadores que los americanos.
No hay un mejor ejemplo de cómo ha cambiado la cosa, que fijándonos en una tendencia reciente en el sector tecnológico: la inversión en el sector del automóvil. Todas las grandes tecnológicas tienen un pie puesto en los coches, la mayoría a través de productos especializados; desde Google con Android Auto a Qualcomm con procesadores para coches.
Adiós al coche de Apple
Era cuestión de tiempo que una tecnológica se atreviese a crear su propio coche desde cero, y durante años, parecía que esa compañía iba a ser Apple. El Proyecto Titan era uno de los secretos peor guardados de la compañía californiana, y también uno de sus más ambiciosos; ahora, todo indica que el proyecto del coche de Apple ha sido cancelado de manera definitiva. Los recursos serán dedicados a la producción de Inteligencia Artificial generativa, un campo en el que Apple va muy retrasada respecto a sus rivales.
El concepto del coche de Apple cambió con el paso del tiempo. Se llegó a hablar de un coche revolucionario, con baterías de gran autonomía y tecnología autónoma que permitiría crear un interior en el que los ocupantes podían pasar el tiempo con tecnologías de realidad aumentada. Y cuando estaba claro que eso no era posible, internamente se planteó la posibilidad de vender la plataforma a los fabricantes; una estrategia similar a la de los coches de Huawei, que en realidad están fabricados por compañías establecidas en el sector.
Finalmente, todo indica que Apple ha cerrado de manera definitiva el proyecto, que no llegará de ninguna manera al consumidor; aunque otras secciones relacionadas con los coches como Apple CarPlay (la alternativa a Android Auto) no se han visto afectadas y próximamente presentarán novedades. De esta manera, Apple ha tenido que admitir, al menos de manera interna, que ha fallado donde Xiaomi ha triunfado. Y no hay nadie más sorprendido que el propio fundador de Xiaomi.
El logro del coche de Xiaomi
Lei Jun, CEO de Xiaomi, ha confesado en la red social Weibo sentirse ‘conmocionado’ al enterarse de la decisión de Apple de cerrar el proyecto de coche eléctrico. Y no es para menos, porque en primer lugar la decisión de crear un coche fue influenciada por el mismísimo Steve Jobs.
No es ningún secreto que Lei Jun es un gran entusiasta de Apple, y ha sido ‘pillado’ en ocasiones usando un iPhone (junto con muchos otros móviles que pasan por sus manos a diario). Steve Jobs fue un héroe para Lei, hasta el punto de que el libro Fire in the Valley le inspiró a fundar su propia compañía tecnológica. Así que no fue una sorpresa que, en el 2021, Xiaomi anunciase su propio coche eléctrico para competir con el, por aquel entonces, futuro coche de Apple.
El camino de Xiaomi fue muy parecido al de Apple. En vez de licenciar su ‘software’ a los fabricantes, decidió invertir más de 1.280 millones de euros y crear un equipo global de 3.400 ingenieros y 1.000 expertos técnicos para desarrollar su propio vehículo. Una tarea que muchas compañías ni siquiera se plantearían, pero que para Xiaomi era una “elección estratégica”, según Lei.
El resultado es el Xiaomi SU7, el coche eléctrico que ha conquistado el MWC de Barcelona y que está poniendo nerviosas a fabricantes como Tesla o Porsche. Y aunque Lei ahora se encuentre ‘sólo’, no piensa seguir los pasos de los que fueran sus ídolos, y ha reiterado su compromiso con el proyecto, con la inversión de casi 10.000 millones de euros a lo largo de 10 años.