La alimentación ha cambiado mucho en las últimas décadas en países como España. La otrora adalid de la dieta mediterránea ha visto cómo sus ciudadanos cada vez optan más por comidas precocinadas, por un estilo de vida con más estrés y por unos hábitos de alimentación mucho peores que los que se dieron el siglo pasado.
Esto ha causado que las consultas de medicina se hayan llenado de personas que se han vuelto intolerantes a la lactosa, alérgicas a ciertos alimentos o, simplemente, con problemas para hacer la digestión. De hecho, en los últimos años hay un diagnóstico que se ha disparado en esas consultas: el SIBO.
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Esta enfermedad se ha vuelto casi el comodín para explicar muchos de los problemas digestivos de la sociedad actual. El SIBO (sobrecrecimiento bacteriano en el intestino delgado) se ha posicionado como una de las enfermedades más sobrediagnosticadas de los últimos años, lo que ha generado un enorme negocio.
Pero la realidad es que hay cada vez más personas que tienen problemas estomacales, como diarrea, distensión abdominal o gases, y no saben qué alimentos se los producen. Una de ellas era la mujer de Aonghus Shortt, CEO de la empresa Foodmarble, que ha desarrollado un dispositivo que, junto con el smartphone, promete ser capaz de detectar ciertos problemas en la digestión.
Un accesorio muy peculiar
Hay personas que no son capaces de procesar ciertos carbohidratos complejos que están en alimentos comunes, y también otros elementos presentes en alimentos artificiales como los edulcorantes. El problema para ellos empieza a la hora de poder identificar qué alimentos son los que le causan problemas.
Por eso Aonghus Shortt desarrollo en 2015 un dispositivo para su mujer que detectaba los problemas en la fermentación de los alimentos en el estómago, un proceso natural de la digestión pero que si no se produce correctamente puede dar lugar a ciertas molestias y problemas estomacales. En 2016 se lanza el FoodMarble AIRE, el primer dispositivo portátil de prueba de aliento de hidrógeno del mundo.
Tras ese lanzamiento en forma de crowdfunding, el dispositivo se pone a la venta de forma normal dos años después, siendo un éxito. Ahí es cuando la empresa empieza a trabajar en un nuevo servicio, que permite a los usuarios determinar qué alimentos le sientan mal.
Controlando la comida
En 2021 se lanza el kit de prueba de intolerancia alimenticia FoodMarble. Este plan de 6 semanas con un kit de prueba FODMAP ayuda a los clientes en el proceso de encontrar los alimentos que les causan problemas digestivos. Mediante sobres con los compuestos más problemáticos, como la lactosa, el sistema es capaz de encontrar problemas de intolerancias a ciertos alimentos.
Otra manera de controlar lo que nos sienta mal es realizar varias respiraciones a través de Foodmarble AIRE a lo largo del día habiendo registrado en la aplicación del dispositivo las comidas que hemos realizado para que el sistema sea capaz de establecer paralelismos entre los síntomas y los alimentos ingeridos.
Este tipo de controles tiene sus limitaciones, como el verse afectados fuertemente por la ingesta de alcohol, por lo que no es viable usarlo cuando se está bebiendo. No obstante, el uso del dispositivo es en ciertos momentos, y no implica que no se pueda beber alcohol durante mucho tiempo, solo cuando se vaya a usar el dispositivo y se esté haciendo la digestión de la comida en cuestión.
En 2022 se lanza un segundo modelo, que además de poder medir el hidrógeno del aliento hace lo mismo con el metano, lo que aumenta la capacidad de análisis del dispositivo, así como las conclusiones que se pueden sacar de los datos aportados por el mismo. De hecho, este dispositivo es capaz de mantener el seguimiento de SIBO como enfermedad, siempre bajo el control médico, claro.
Aprendiendo a comer
El FoodMarble AIRE permite averiguar qué tipo de alimentos nos producen problemas para poder limitar su ingesta, en el caso de que sean imprescindibles, o eliminarla, en el caso de que podamos quitarlos de nuestra dieta. Obviamente este tipo de información se usa para poder cambiar unos hábitos que son los que nos causan problemas ante el desconocimiento de qué alimentos nos están sentando mal.
Estos dos dispositivos se pueden comprar en Europa también. El Foodmarble AIRE tiene un precio de 169 euros, y el Foodmarble AIRE 2 de 229 euros. Ambos están pensados para un uso personal, aunque el modelo más caro también es el más avanzado.
Por su parte, el kit de alimentos para las pruebas, si se quiere usar, tiene un precio de 49 euros, e incluye cuatro sobre de diferentes componentes, así como una indicación de qué alimentos suelen llevarlos. Estas pruebas duran seis semanas, y a través de la aplicación incluso hay recetas aconsejables para cada caso. Todos los productos tienen un año de garantía así como envío gratuito y, al contrario que otras soluciones y dispositivos de este tipo, no cuentan con una suscripción de pago mensual, por lo que el desembolso es el puntual de la compra y nada más.